Un dios emerge de las profundidades de la tierra y ahora, el mundo de Eora, se enfrenta a una amenaza terrible. ¿Quién osará enfrentarse a ella? ¡Pues tú, claro! Conviértete una vez más en el héroe de una épica aventura de rol con Pillars of Eternity 2: Deadfire, el nuevo RPG de Obsidian que promete mejorar, y mucho, todo lo visto en el videojuego original, ¡que ya era excelente!
Sabíamos de su existencia; desde hacía tiempo teníamos claro que el veterano equipo de Obsidian Entertainment trabajaba en la secuela del genial Pillars of Eternity, y aun así, fue imposible contener la emoción. ¡Gritamos de alegría! Sonreímos como niños al descubrir Deadfire, una nueva aventura de rol con la que es difícil no ilusionarse. Conserva todo lo que hizo grande al videojuego original, es lo que esperábamos, pero también introduce novedades que nos llevan a suspirar de forma bobalicona. El más y mejor le viene que ni pintado a este título que ha logrado recaudar, de manos de los aficionados, más de tres millones de dólares en su campaña de financiación colectiva. Un nuevo hito para un estudio que gracias a su buen hacer, y enorme talento creativo, ha devuelto su esplendor al rol tradicional, al de toda la vida, al que décadas atrás nos deleitó con grandes obras como Baldur’s Gate o Icewind Dale.
Hay tanto de lo que hablar, tantas novedades interesantes que comentar, que ya no sé ni por dónde empezar. Así de épico y colosal promete ser Pillars of Eternity II: Deadfire con ese viaje por alta mar en el que nos embarcará camino del Archipiélago Deadfire, una región formada por cientos de islas de una belleza inusitada pero… también ¡tremendamente peligrosas! Ruinas ancestrales, desiertos plagados de monstruos, codiciosos piratas en busca de tesoros y, siempre amenazante, el dios de la luz y el renacimiento, Eothas, al que debes encontrar para salvar tu alma. No será fácil. El oscuro mundo de fantasía en el que transcurre la acción sufrirá las consecuencias de tus actos de un modo imprevisible, dramático, hasta el punto de condenar a los mortales, y a los dioses mismos, al caos absoluto.
Un mundo con vida
No hay mejor espejo en el que mirarse que Baldur’s Gate 2, el clásico RPG de BioWare, si lo que buscas es crear un sistema de combate complejo, cargado de posibilidades tácticas, que además permita al jugador personalizar con total libertad a su grupo de aventureros. Pillars of Eternity lo hizo muy bien, aunque en cierto modo se quedó algo corto de opciones, así que esta secuela quiere dar un paso adelante, ser mejor, más completa, y la respuesta a todo ello son los héroes multiclase. "Nuestra apuesta ha sido la de otorgar un toque distintivo a las clases de personaje mediante la especialización", comentan desde el equipo de desarrollo.
"Queremos que cada subclase tenga algo distintivo y genial en contraposición a las especializaciones principales u otras subclases". Ya en el original demostraron su interés por ello con algunas opciones que eran francamente interesantes. ¿Recordáis a Zahua? La conocimos en la expansión The White March, y entre las opciones que ofrecía, estaba la de decantarse por la rama filosófica de Nalpazca, potenciando así el uso de drogas a riesgo de perder otras aptitudes. Estas especializaciones aportan cambios sutiles, ventajas y limitaciones que a priori no suponen nada… ¡y sin embargo lo son todo! Que Obsidian apueste por ellas y, además, nos permita combinar distintas clases de personaje para crear, por ejemplo, figuras tan emblemáticas como el Mago de Batalla solo puede ser visto como una muy buena noticia. Máxime cuando su prioridad es mantener el equilibrio entre las clases puras y los héroes multiclases con un esquema de progresión similar al del videojuego original y el universo AD&D.
El mundo de fantasía en el que transcurre la acción sufrirá las consecuencias de tus actos de un modo imprevisible
Habrá muchas más opciones de batalla, más alternativas a la hora de afrontar la lucha, pero las mejoras no acaban ahí. Los escenarios desempeñarán un papel crucial durante los combates, pues además de las trampas habituales, podemos sufrir las inclemencias del tiempo o la propia orografía del terreno. Un ejemplo. Caminar por el desierto puede ser una auténtica tortura; os costará avanzar, seréis lentos a rabiar, y esto es algo que las criaturas adaptadas a ese entorno sabrán aprovechar a su favor. "Un mundo más vivo"; este es un mantra que Obsidian no se cansa de repetir cada vez que habla de Pillars of Eternity II, y no le faltan razones.
"Nuestro objetivo con esta secuela era ir un paso más allá, construir un mundo real al que añadir elementos dinámicos en forma de viento, lluvia, nubes y tormentas que fueran cambiando a lo largo de la partida". No solo por razones estéticas. Todos estos elementos influirán de una u otra forma en cómo se comportan los habitantes de Eora, que en este videojuego tendrán vida propia, se regirán por unos horarios que les llevarán a ir a sus puestos de trabajo, descansar en sus casas, tomas hidromiel en las tabernas ¡o lo que sea que hagan! Me parece genial, una idea apasionante, pues de alguna forma, Obsidian promete hacerte sentir dentro de un mundo de fantasía en constante evolución. "Conforme la tormenta se hace más fuerte, los habitantes de la zona reaccionarán comentándolo, guareciéndose de ella o cambiando su comportamiento". Y claro, de alguna forma, esto afectará también a las misiones.
Si ha caído un diluvio, es posible que el personaje con el que debías encontrarte no aparezca donde esperabas, básicamente porque ¡estará en su casa!, protegiéndose del chaparrón. No se han ofrecido muchos más detalles al respecto pero parece que a la hora de combatir, esta clase de situaciones, los duelos bajo una intensa lluvia, con descargas eléctricas o lo que sea, también influirán en el modo que responden los enemigos. Es una constante. La secuela de Pillars of Eternity quiere ser más real, más natural en el modo en el que conduce la acción, la historia, y esto se verá reflejado en la forma en la que se comportan nuestros aliados. Sí, cada uno tiene su propia historia, secretos que podemos descubrir a base de dialogar con ellos, de vivir aventuras; pero en este viaje, nuestros actos condicionarán su forma de ser. En la línea de lo visto en otros videojuegos de Obsidian, lo que digamos, y lo que hagamos, influirá en el modo en el que nos miran nuestros compañeros. Puede que un acto racista les moleste, ¡o al contrario!, que celebren nuestra crueldad, dedicándonos nuevas líneas de diálogo y, ya en los estados finales de la relación, que nos recompensen con habilidades especiales o recetas para fabricar objetos únicos.
Obsidian ha demostrado ser un estudio en el que se puede confiar
Muy en la línea de Tyranny, su anterior trabajo, nuestros camaradas llegarán a pelear entre sí. En nuestra mano estará el intervenir o no en estas disputas que también prometen dejarnos con situaciones de juego totalmente imprevisibles. ¿Sois de los que una única partida no es suficiente? Gracias al gran apoyo de los aficionados, Pillars of Eternity II tendrá desde el principio la opción de Nueva Partida +, que aquí recibe el nombre de Berath’s Blessings, las bendiciones de una diosa que nos permitirá, antes de comenzar la segunda vuelta, mejorar el poder del héroe, aumentar su cantidad de oro, conservar los puntos de facción obtenidos en la primera partida o, incluso, empezar el viaje junto a uno de nuestros aliados más queridos o armas especiales. Todo dependerá de nosotros, de las decisiones que tomemos, de cómo acabemos la partida inicial, pues de los logros que en ella obtengamos recibiremos puntos de experiencia a invertir en estas bendiciones. ¿Os sabe a poco? Si en el original disfrutasteis del descenso a las profundidades de Caed Nua, el bastión que terminábamos regentando, Deadfire introduce los viajes de Fulvano, una experiencia muy similar pero que, sin embargo, lejos de adentrarnos en una lúgubre mazmorra, nos lleva a explorar islas.
Visualmente hablando, Pillars of Eternity II también da un gran salto con respecto al original. Ahora todo es más bonito, más espectacular: desde los efectos de iluminación, al modelado y animaciones de los personajes que, ¡por fin!, se parecen a los héroes que vemos en los retratos. Cada elemento del entorno reacciona de forma creíble a la climatología; veremos cómo las banderas ondean a merced del viento. cómo la lluvia encharca los caminos, las nubes se mueven y generan sombras por el escenario, y un largo etcétera de pequeños detalles que hacen de esta una aventura RPG de enorme belleza. Además, tendremos banda sonora orquestada y el doble de líneas de diálogo interpretadas por actores de doblaje. ¡No se me olvida! El videojuego llegará, entre otros idiomas, traducido al español. ¿Quién no está emocionado ante tantas buenas noticias? Obsidian ha demostrado ser un estudio en el que se puede confiar, y ciertamente, lo único malo de todo esto es que todavía tenemos que esperar a 2018 para disfrutar de un videojuego de rol que promete superar a la obra original. Son palabras mayores