Chuck Green, el nuevo protagonista de Dead Rising 2, aprovecha la feria de Microsoft en San Francisco para mostrar su lado más creativo machacando zombis. Comprobamos durante unos minutos qué se siente convirtiendo una pistola de agua en un lanzallamas y descubriendo por qué esta secuela va a ser mucho más disparatada y divertida que la anterior.
Los desarrolladores de Blue Castle, dirigidos por Keiji Inafune (el popular creador de Megaman), trabajan a contrarreloj para llevar la segunda entrega del delirante Dead Rising a las tiendas de todo el mundo.
No obstante, los canadienses han tenido un respiro para mostrar, dentro del contexto del X10 celebrado en San Francisco, cómo evoluciona Dead Rising 2, videojuego para Xbox 360, PlayStation 3 y PC que aparecerá en septiembre.
Si en pasados artículos os hablamos sobre las características generales de la entrega y su prometedora faceta multijugador, hoy nuestro punto de atención recae sobre la estructura del juego y, sobre todo, la que va a convertirse en una de las claves jugables más atractivas de la nueva obra de Capcom: la posibilidad de crear nuestras propias armas.
Las horas también cuentan en Fortune City
La estructura de Dead Rising 2 no se modifica sobremanera con respecto a lo visto en la primera parte. De hecho, una buena proporción del espíritu "sandbox" se mantiene, proponiéndonos un límite de tiempo para completar tanto los eventos de la historia principal como las numerosas misiones secundarias a las que podremos enfrentarnos.
Con una duración estimada de entre 10-15 horas, Capcom ha prometido estar trabajando, además, en la posibilidad de guardar partida en más de un "slot", uno de los puntos flacos del anterior Dead Rising.
Asimismo, también podemos esperar un espectáculo de sangre zombi mucho más generoso, gracias a un renovado motor capaz de mostrarnos más muertos vivientes en pantalla, así como un torrente rojo de decapitaciones, amputaciones y salpicaduras que mancharán irremediablemente a nuestro nuevo protagonista: el motorista Chuck Green.
Tu creatividad contra los zombis
Como ya sabíamos, Fortune City es el emplazamiento escogido para Dead Rising 2, una ciudad-casino con reminiscencias a la ciudad de Las Vegas. No obstante, aquí lo que menos haremos será gastar dinero (aunque lo habrá en abundancia) para centrarnos en lo más importante: divertirnos matando zombis.
Para que la diversión sea máxima, hoy hemos descubierto que vamos a tener la brillante posibilidad de confeccionar nuestras propias armas. Contemplando el simple póster de una película a nuestro simpático protagonista se le empezarán a ocurrir macabras ideas.
Las posibilidades se antojan delirantes, de tal forma que podremos convertir una pistola de agua en un lanzallamas (añadiéndole un bidón de gasolina) o simplemente añadir clavos a un ya de por sí contundente bate; y eso sin contar con el más agresivo todavía, un remo de canoa con una motosierra atada a cada extremo.
Disponemos de la tranquilidad de una habitación, sin la presión de los zombis, para realizar todos los experimentos que queramos. Sin embargo, los usuarios más perezosos podrán ponerse a machacar muertos vivientes sin necesidad de tantos inventos, ya que Blue Castle está trabajando también en añadir nuevas armas de fuego a Dead Rising 2.
Importante es igualmente añadir que por fin vamos a poder movernos mientras que apuntamos a nuestros objetivos, además de que se han sumado nuevas combinaciones de golpes para potenciar nuestro poder de destrucción.
En la demostración jugable hemos podido ser también conscientes de que, dentro del clima de fiesta y jolgorio que implican los casinos, se añade la acción de beber alcohol y de visitar hasta algún que otro Sex Shop (plagada de artículos más que sugerentes), un detalle que viene a confirmar la divertida personalidad de un videojuego que llega dispuesto para superar a su primera entrega.