Microsoft ha tomado la delantera en el E3 y ha dejado ver todos los ases que tenía escondidos en la manga. Durante la conferencia, Peter Moore dio paso a integrantes del equipo Infinity Ward. Se esperaba lo mejor y es que “Call of Duty” volverá a estar en Xbox 360 con un giro en la ambientación que dejará de lado a la Segunda Guerra Mundial.
Los responsables de Infinity Ward, algunos de cuyos integrantes se vieran envueltos en el mítico "Medal of Honor: Allied Assault", tuvieron hoy una oportunidad para saltar al escenario del E3 en Santa Monica que no quisieron desaprovechar.
Bajo la tutela de Activision y ante la mirada atenta de Peter Moore, dos de los desarrolladores (Grant Collier y Jason West) se pusieron mandos a la obra para darnos una primera toma de contacto de la que será, sin duda alguna, una de las entregas más inmersivas de la franquicia hasta la fecha.
Después de un completo tráiler mostrado en una pantalla gigante (el cual Activision asegura que no está maquillado, sino que se corresponde con lo que podremos ver durante una partida), los chicos de Infinity Ward nos deleitaron con una demostración jugable en la que optaron por una acción sigilosa y de mucho suspense.
Todo lo que se paseaba ante nuestros ojos merecía el calificativo de "espectacular". Desde una visión en primera persona donde sólo teníamos que estar pendientes de la mirilla de nuestro rifle, se nos presentaba un entorno maravillosamente detallado. Caminando por la maleza y entre la niebla en algún lugar dentro de Ucrania, podíamos apreciar cómo amanecía mientras nos sorprendíamos con algún que otro destello procedente de la aurora del amanecer, y que usaba todo el poder del "bloom lighting".
Vamos en operación de sigilo y somos francotiradores camuflados, para no ser detectados ni aunque un grupo de enemigos se encuentren a unos pocos metros de nosotros. Sacamos nuestro rifle y nos disponemos a acabar con unos soldados que ya no pertenecerán a la Segunda Guerra Mundial, sino a un escenario mucho más moderno centrado en la Europa del Este, donde las desgracias nucleares de Chernobyl y los ultra nacionalistas rusos, parece que cobrarán un especial protagonismo.
Mientras tanto, podemos escuchar nuestro propio corazón por la tensión de la situación, además de prestar atención a nuestro compañero, que nos está dando instrucciones por radio en todo momento. Seguimos avanzando y ahora nos deleitamos con abundantes sombras de árboles perfectamente modelados.
Cambiamos de arma y alcanzamos una pistola. Estamos en las inmediaciones de una casa y por la ventana vemos un enemigo. Nuestro compañero se encuentra en otro plano de nuestra mirada, el cual se desenfoca mediante el efecto blur, algo que simula con completa veracidad la visión humana. Tanta, que no tendremos limitaciones a la hora de ver en el horizonte, ya que hasta la estructura más lejana está al alcance de la vista.
La banda sonora se muestra tan espectacular como en otras entregas, y ambienta perfectamente las situaciones con cambios en el ritmo dependiendo de la trama. Concretamente, en la demostración, los acordes cambian en el mismo momento en que un grupo de soldados se acerca hasta nosotros.
Hojas de árboles otoñales se pasean ante nuestra mirada mientras que nos arrastramos entre las hojas de hierba, las cuales se presentan también con un efecto blur a nuestro paso. Los soldados siguen acercándose y la "demo" se acaba, pero no el videojuego, que nos espera en una nueva entrega que promete estar a la altura de lo que exigen los fans de esta saga creada hace poco menos de cuatro años.