Steep quiere que exploremos la montaña, que nos dejemos llevar por la inclinación de sus laderas, que dejemos nuestro propio rastro en la nieve, que hagamos locuras en cuatro deportes de nieve y, sobre todo, que lo grabemos todo para inspirar y picar a otros jugadores. Tiene carisma, es fresco y muy actual, pero ¿será el juego de nieve que esperábamos?
El frío ya empieza a aderezar nuestras rutinas rascando cuellos descubiertos y pinchando panzas al salir de la ducha, por lo que Ubisoft ha decidido sumarse a la tendencia y hacernos un adelanto climático de los próximos meses con Steep , un videojuego en el que la nieve sirve de terreno de juego para jugadores convertidos en deportistas extremos. Su factura corre a cargo de Ubisoft Annecy, uno de los múltiples estudios que tiene la compañía gala por todo el mundo, cuyo estudio está ubicado a poco más de una hora en coche del Mont Blanc, uno de los picos que gobierna en los Alpes. Esa es la razón por la que la gente del estudio comprende la esencia de la montaña y de la nieve, por la que todos practican deportes extremos de nieve y, sobre todo, por la que decidieron hacer dar forma a una nueva propuesta en el género de los videojuegos de nieve.
Pero esto no se parece tanto a los juegos de nieve que conocemos. Aquí no venimos a competir, ni a correr, ni a hacer trucos, ni a seguir una historia… O, bueno, sí, qué narices. Steep permite hacer todo eso, sin acotaciones y sin pautas. El juego está ambientado en el mapa abierto más grande que existe en el género de los deportes: un paisaje de alta montaña en el que se encuentran agrupados los picos nevados más importantes de los Alpes y Alaska, como un parque temático construido copiando y pegando esas formaciones montañosas una tras otra. Es un título para exploradores, fanáticos de la adrenalina, de la velocidad y de las emociones fuertes, para toda persona competitiva, e inspirado en los deportistas extremos de hoy en día, que dedican media parte del día a superar sus límites y la otra parte a montar el vídeo que han grabado con su cámara de acción.
El Reino de la Nieve
Pero hay sitio para todo tipo de jugador y de experiencia. Desde la libertad que propone un mapa sin límites y un planteamiento lúdico sin direcciones, podemos elegir una de cuatro modalidades deportivas: esquí, snowboard, traje de alas y parapente, para vivir la montaña como queramos, haciendo caso a lo que nos pida el cuerpo o siguiendo a alguno de los amigos que estén jugando en línea en ese mapa enorme y persistente que compartimos. Pero no adelantemos información. Lo interesante de la experiencia es que elijamos la modalidad que elijamos podemos movernos con libertad por toda la montaña para relajarnos, explorarla creando líneas o recorridos nuevos, participar en los desafíos que propone el juego (sean los individuales o los llamados "Historias de nieve", que hablan sobre partes de la montaña o temas referentes a los deportes extremos), o crear nuestros propios desafíos y compartirlos.
El control es muy fácil de entender e intuitivo, aunque para dominarlo hace falta dedicarle tiempo, especialmente en el caso del parapente, un campo en el que la interacción es mucho más sensible y se ve afectada por las corrientes de aire. En lo que respecta al esquí, el snowboard y el traje de alas, debemos destacar lo fácil que es empezar a hacer locuras, sean trucos, bajadas frenéticas entre árboles o saltos de infarto. Sabemos que todo esto suena a puro marketing, ¡pero es lo que hemos sentido a los mandos! Por otra parte, el juego no está pensado para ser un simulador en ningún sentido. Ya decíamos que la interacción es muy facilona, pero además, las físicas exageran todo un poco para aportar espectacularidad y frenetismo a todo, y aunque visualmente ciertos elementos apunten hacia lo realista, no quieren crear una experiencia fotorrealista en absoluto. También es cierto que la versión que hemos probado era la de PlayStation 4. Por lo visto, el juego tendrá su parche para PS4 Pro, con el que apuntan a mejorar en lo visual y superar los 30 cuadros por segundo, mientras que la versión de PC será la que mejor se verá, cómo no.
Las físicas exageran todo un poco para aportar espectacularidad y frenetismo
Las anteriores empresas de Ubisoft Annecy tuvieron que ver con el desarrollo de los modos multijugador de varios juegos de la compañía, por lo que han sabido aprovechar su sabiduría en el tema para hacer de Steep una experiencia muy social y dinámica. Como ya adelantábamos antes, en todo momento podemos encontrarnos con amigos para compartir experiencias, sea descubriendo juntos nuevas zonas o poniéndonos a prueba con nuevos recorridos o creando desafíos muy específicos, como una carrera en la que sacar la mejor puntuación por trucos realizados, una bajada en traje de alas en la que tenemos que sacar la mayor puntuación pasando entre árboles antes de aterrizar, o incluso sacar la mejor puntuación por golpe. Ya os lo decíamos: es un título que quiere adaptarse a todo jugador. Por eso, en cualquier momento, ocurra lo que ocurra, podemos acudir a las repeticiones y sacar partido a una de las claves del juego.
Las repeticiones van más allá de un simple editor de vídeo para regodearnos en nuestra habilidad o nuestra suerte. En Steep es el elemento de oro para compartir y proponer desafíos a nuestros amigos o al mundo. Al acudir al menú de repetición se muestra una interfaz con la que podemos ver la puntuación del recorrido y a qué corresponde. Existen varios criterios de puntuación según los cuales podemos crear nuestros desafíos: según el cronómetro, marcando el recorrido con puntos de control, en bajada de estilo libre, según la puntuación por acrobacias, por saltos, según el nivel de riesgo o, incluso, según la intensidad de los guarrazos que nos llevemos (nuestro criterio preferido con diferencia). Por otra parte, esta forma de puntuar permite que todos los jugadores suban de nivel sin problemas, solo que siguiendo distintos criterios.
Puede resultar un poco apabullante de primeras, pero una vez que empezamos a cogerle el ritmo a esta libertad de elección, las herramientas que nos proporcionan y la misma forma de vivir la nieve convierte a Steep en una experiencia muy adictiva. Como ya comentábamos en nuestras impresiones de la pasada Gamescom, el juego nos recuerda mucho a Trials cuando nos vemos repitiendo un mismo recorrido 30 veces para tratar de mejorar el tiempo marcado o de crear algún record inaccesible. De verdad, es muy fácil picarse, y si a eso le añadimos las físicas exageradas podemos casi ver la cantidad de contenido que se compartirá de este juego en la red. Además, al pulsar cierto botón podemos convertir a nuestro personaje en un pelele en toda regla. ¿Os acordáis de los vídeos de Skate y sus secuelas? Steep promete inundar la red de vídeos hilarantes a partir de ya.
Las repeticiones son la clave para compartir y proponer desafíos a nuestros amigos o al mundo
Steep está empezando a gustarnos mucho. A día de hoy podemos encontrarle pocas pegas. Es verdad que no está a la última gráficamente, que los 30 cuadros por segundo se nos antojan limitados en ocasiones y que la cámara tiene malos vicios, pero son detalles que podemos obviar, porque es una de esas obras que se deja jugar muy fácilmente, pero que tiene todos los sistemas y planteamientos necesarios para enriquecer y expandir nuestra diversión por diez. Además, no os lo habíamos dicho, pero podemos vestir a nuestro personaje de yeti, y eso es maravilloso. Llevamos dos décadas esperando al sucesor de SkiFree, pero parece que ya lo hemos encontrado.