RAGE: Impresiones jugables

RAGE: Impresiones jugables
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Arrancamos nuestro buggie y nos disponemos a recorrer las primeras horas de uno de los shooters más importantes del año. RAGE es muchas cosas, pero sobre todo es un juego consistente, sin fisuras. Como un arma perfecta, no se encasquilla, ni se oxida. Funciona tan suave como el primer día. Bienvenido al nuevo mundo.

Imagínate, por un solo momento, que todo va bien. En este mundo en que vivimos, que todo fluya como la seda, que no haya ningún cabo suelto, nada que nos incomode… es muy difícil de conseguir. Pero cuando ocurre, la sensación de paz y tranquilidad es difícil de describir. En el mundo de los videojuegos actuales ocurre exactamente lo mismo. Los desarrollos son cada vez más acelerados, el código se apelmaza, las texturas se resienten y las inteligencias artificiales bailan al son de otra canción. No están pulidos. Necesitan mejorar.

Pero gracias a la generación Internet, tenemos los parches. Una manera de que el proceso de depuración de un juego se realice posteriormente a su lanzamiento, aliviando el resultado como una tirita en el talón, que cura cuando el daño ya está hecho. ¿Qué quiere decir esto? Que los jugadores más aficionados, precisamente esos que apostaron por el juego desde su estreno, tuvieron que sortear toda esa maraña de bugs e imperfecciones que afearon la experiencia. Por ejemplo, en The Witcher 2, no tuvieron acceso a las actualizaciones que equilibraban la dificultad, corregían tiempos de carga y fluidez o añadían extras. Un ejemplo más; en Crysis 2, nunca disfrutarán de la actualización de DirectX 11. Claro que pueden volver a rejugar al juego, pero ya no será su "primera vez".

Una de las claves diferenciadoras de RAGE es la posibilidad de recorrer el mundo del juego (Wasteland), el cual interconecta las diferentes secciones de acción a pie.
Una de las claves diferenciadoras de RAGE es la posibilidad de recorrer el mundo del juego (Wasteland), el cual interconecta las diferentes secciones de acción a pie.

¿Qué tiene que ver todo esto con un avance de RAGE? Todo. Porque id Software, bien por sacar todo su conservadurismo noventero, bien por tener algo de principios, no han querido que su bebé de nueva generación nazca con imperfecciones para posteriormente arroparle a base de parches y rectificaciones. Querían que fuera perfecto. Querían que estuviera pulido. Querían que, cuando fueras a la tienda el primer día e insertaras el juego en la consola, tuvieras la misma experiencia que aquel que lo juegue meses más tarde. Querían que, por un momento, te imaginaras que todo va bien.

El bueno, el feo y el arca
Una rápida introducción es más que suficiente para entender, a grandes rasgos, lo que ocurre en el mundo de RAGE. Tampoco necesitamos de muchas explicaciones para darnos cuenta de que el mundo se ha ido al garete y que lo que queda de población ha decidido vivir a su manera. Algunos apelando a lo poco que queda de la civilización, otros como bandidos nómadas, y otros, sencillamente, han dejado de ser humanos. Nosotros somos el bicho raro. Nos encontrábamos dormidos en una especie de cámara, con un traje por el que todo el mundo nos mira de forma extraña y con desconfianza.

Sin embargo, a lo largo de los primeros pasos de la aventura también conoceremos a personas que querrán ayudarnos, siempre a cambio de que les hagamos algunos favores, y así, de la manera más tradicional posible, iremos aprendiendo las reglas del mundo de RAGE mientras recorremos su insólito paraje rocoso y sus sucias pero atractivas ciudades.

Bien armados y fuertemente protegidos. Así son los enemigos de RAGE, con hasta escudos que nos obliguen a buscar tácticas de ataque.
Bien armados y fuertemente protegidos. Así son los enemigos de RAGE, con hasta escudos que nos obliguen a buscar tácticas de ataque.

Hasta el momento, todo contacto que habíamos tenido con RAGE se centraba en las misiones con escopeta en mano, pero esta versión preview del juego empezaba a unir las pequeñas dosis de información que teníamos en la cabeza, conectando unos lugares con otros, y descubriendo toda la vida que hay más allá del "run and gun" de siempre. RAGE tiene ciudades, algo parecido a lo que hizo Bethesda con su Fallout, sólo que las conversaciones se dan de una forma más automática y los paseos por ella suelen ser un punto de inflexión entre un área del juego y la siguiente.

Las ciudades son muy atractivas y tienen mucha vida. Son perfectas para dosificar el ritmo de las balas, permitiéndonos dedicar nuestro tiempo a otras actividades como obtener información hablando con personajes secundarios, conseguir misiones alternativas, echar unas carreras de buggies, comprar suministros para nuestras armas o jugar a algunos de los minijuegos que hay disponibles a lo largo de la aventura.

El resto de RAGE se desarrolla en el amenazante exterior, ya sea a pie o a lomos de nuestro vehículo, nos desplazaremos a ciertas zonas donde tendremos que lidiar con las fuerzas hostiles que se ocultan allí, por ejemplo, para conseguir suministros médicos, comida o piezas para mejorar nuestro vehículo. Por el camino, y a juzgar por las conversaciones que tenemos con los lugareños, nuestra extraña procedencia así como el arca serán los focos de la historia principal.

Los jefes de nivel parecieron pasar a mejor vida en el género "shooter", pero RAGE los rescatará para darnos un FPS con aire clásico pero de grandes posibilidades.
Los jefes de nivel parecieron pasar a mejor vida en el género "shooter", pero RAGE los rescatará para darnos un FPS con aire clásico pero de grandes posibilidades.

Furia regeneradora
Una de las mejores cosas que tiene RAGE es que, aunque se trata de un shooter al uso que además se antoja clásico en algunas ocasiones, nunca tienes la sensación de estar repitiendo demasiado ninguna acción. De hecho, el propio juego y los enemigos están diseñados obligándote a que no le cojas demasiado cariño a ningún arma en cuestión, y te diviertas probando todas las excentricidades que posee este carismático mundo. Pero que nadie se engañe; es un juego de id Software, y la compañía de Carmack tiene una manera única de edulcorar nuestra escopeta y nuestras ganas de disparar con ella.

La inclusión del tutorial en los primeros compases de la aventura está integrado perfectamente, ya que nos permite habituarnos a lo que será la tónica general del juego: el uso de armas y de vehículos, así como cierta habilidad para construir objetos que nos serán útiles para, por ejemplo, abrir puertas o crear vendas. Las vendas tienen un efecto extraño. RAGE se comporta como la mayoría de los shooters de la actualidad, con el estándar de la pantalla roja o que se va oscureciendo a medida que recibimos daño. Sin embargo, si usamos estas vendas podemos "aclarar" la pantalla, restableciendo nuestra salud si nos encontramos en algún apuro.

Así mismo, si caemos en mitad del combate tenemos la opción de usar una especie de sistema de reanimación que nos permitirá, como si de un tratamiento de electroshock se tratase, devolvernos a la vida cuando la cosa se pone difícil. Funcionan como si el juego dividiera las distintas formas de salud a la antigua: en vidas y "continues", ya que en algunas ocasiones no tendremos disponible este sistema.

Puede parecer que, con tantas ayudas, RAGE es un juego demasiado fácil. Todo lo contrario. Si de hecho tiene tantas formas de seguir luchando es porque el juego no es fácil en absoluto. La grandiosa Inteligencia Artificial que id ha creado para la ocasión hace que los enemigos se retuerzan y no se dejen dar tan fácilmente. No sólo se ocultan de forma inteligente en las coberturas, sino que huyen de los tiros y siguen disparando aunque tengan la pierna destrozada o estén a punto de caer rendidos. Y esto son sólo los bandidos y mutantes que hemos encontrado por ahí. Cuando los enemigos se vuelven duros de verdad, no les hará falta ni coberturas.

La variedad de enemigos también es importante. Si no, mirad a estos bandidos, que sólo tienen en común lo calvos y feos que son.
La variedad de enemigos también es importante. Si no, mirad a estos bandidos, que sólo tienen en común lo calvos y feos que son.

El diablo está en las texturas
Pasando al apartado técnico, teníamos particularmente muchas ganas de jugar a RAGE en PC, ya que las otras ocasiones que habíamos tenido de jugarlo había sido en consolas, y nos picaba la curiosidad ver el nuevo motor de Carmack en su máximo esplendor. "Mi forma favorita de jugar es en un PC con el mando de Xbox 360" nos confesaba en “petit comité” Tim Willits, y lo cierto es que tras probar la versión para compatibles tanto con ratón y teclado como con mando, las dos formas nos resultaron igual de atractivas y cómodas de jugar. Huelga decir que RAGE, en PC, es un espectáculo singular.

Esto no quiere decir que las versiones de consola tengan mucho que envidiar, pero, a día de hoy (y sin poder asegurar que esto sea así en la versión final) sí que hemos notado que hay una gran diferencia en las texturas entre las diferentes máquinas. No sólo las texturas en la versión de PC lucen mucho mejor y a una calidad más alta, sino que además, en la versión de consola, funcionan con un algoritmo algo "curioso" para poder cargarlas en todo su esplendor. Y es que si, por ejemplo en la versión de consolas nos damos la vuelta en algunas situaciones, veremos cómo en abundantes ocasiones las texturas empiezan a generarse y tomar forma poco a poco.

Si nos damos la vuelta de nuevo, las texturas que ya se habían cargado volverán a cargarse una vez más, y así sucesivamente. Puede que se deba a la falta de memoria de las consolas, o a la versión preview del juego, pero os aseguramos que jugar al escondite inglés con las texturas puede llegar a distraer bastante; cosa que en PC no hemos notado en ningún momento.

Personalización de vehículos, pero también de armas. Gracias a las decenas de items que obtengamos en la aventura, podremos crear al soldado definitivo.
Personalización de vehículos, pero también de armas. Gracias a las decenas de items que obtengamos en la aventura, podremos crear al soldado definitivo.

Conclusión apocalíptica
Es cierto que desde que sabemos de la existencia de Rage han pasado unas cuantas cosas, concretamente llamadas Fallout, Fallout New Vegas o Borderlands, y puede que esto merme el atractivo apocalíptico que tan tendencioso ha sido estos últimos años. Pero os aseguramos que la espera merece la pena. RAGE se comporta como un tanque. Sin fisuras, sin puntos flacos. Todo lo que hace lo hace bien y, lo mejor de todo, consigue variedad en un género tan repetitivo como es el shooter tradicional.

Sus escenarios amplios son toda una gozada; sus ciudades están cuidadas hasta el más mínimo detalle y las "mazmorras" donde se concentra la acción pura y dura están perfectamente acomodadas a los enemigos que las habitan, utilizando cualquier arquitectura del escenario para saltar, cubrirse... etc. Hacía mucho tiempo que no jugábamos a un shooter tan sólido como atractivo que tiene la pleitesía de, a su vez, saber cuándo hay que parar y dar recompensas a los jugadores para el simple disfrute del paisaje, o sentarse a charlar en un bar, echar una carrera, hacer tus compras, echar una partida a un minijuego, o construir un nuevo juguete. Y todo eso, si RAGE hubiera salido cuando, "en teoría", tendría que haberlo hecho, no lo hubiéramos tenido. Habría sido un gran juego, sí, pero ahora podemos decir que, además, hace que nos sintamos bien. Tranquilos. En paz.

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