Kerrigan reclama venganza, pero antes tendrá que recuperar la confianza de los Zerg en la apasionante continuación de Wings of Liberty, un título que no pierde su capacidad de sorprender gracias a una misiones que se adaptan como anillo al dedo al estilo de esta letal especie alienígena.
Blizzard se ha traído a la Gamescom de Colonia toda su artillería pesada, pero nosotros sentíamos especial predilección por probar StarCraft II: Heart of the Swarm para PC, la continuación del fantástico Wings of Liberty que nos pone esta vez en la piel de Kerrigan y los letales Zerg. Y solo nos han bastado dos misiones de su modo campaña para darnos cuenta del enorme potencial que esconde este título de estrategia en tiempo real que pese a seguir a pies juntillas las bases jugables de la serie, logra sorprender con nuevas rutinas que nos han encantado. ¿Queríais avasallar a vuestros enemigos? Pues esta es vuestra oportunidad, porque los Zerg atacan en masa y no suelen hacer prisioneros.
Lucha por el poder
Antes de empezar a hablar del juego en sí es importante reseñar que la historia de Heart of the Swarm se sitúa inmediatamente después de los sucesos acaecidos en StarCraft II, por lo que todo aquel que no completara ese juego debería dejar de leer este artículo. Dicho esto, la demostración que Blizzard ha presentado ofrece, como decíamos, la posibilidad de disfrutar de dos misiones distintas del modo campaña, una ambientada en el planeta central de los Zerg, Char, y otra más de estilo infiltración ubicada en la luna helada de Kaldir. Ambas, sin embargo, nos han demostrado que en Blizzard son expertos en crear experiencias de juego emocionantes, intensas y sorprendentes sin, a simple vista, cambiar nada de lo que estamos acostumbrados a ver desde hace veinte años.
Con esto queremos decir que aunque la misión de Kaldir no se aleja en exceso a las típicas misiones de infiltración vistas en el StarCraft original, o la de Char no deja de ser el habitual escenario de batalla en el que debemos conformar rápidamente un ejército para atacar a las huestes enemigas, al final los sucesos cinemáticos que se van sucediendo ante nosotros y el propio comportamiento de los enemigos consiguen que esa emoción inicial que siempre nos embarga cuando estamos ante algo grande, no desaparezca en ningún momento.
Nos ha gustado mucho, por ejemplo, que la figura de Kerrigan posea un peso enorme en el desarrollo de las misiones puesto que actuará como los héroes en WarCraft III –incluso al morir podemos traerla de vuelta a la vida tras un breve período de espera-. Así pues, su papel no será tan secundario a nivel jugable como el de Raynor en Wings of Liberty. ¿Qué supone esto? Que aparte de contar con un ejército ya de por sí atractivo, tendremos la oportunidad de usar todo tipo de habilidades especiales que previamente habremos desbloqueado como en cualquier juego de rol. En este caso, en la demostración podíamos optar por una vía más humana apostando por la mejora de las armas de fuego y resistencia de Kerrigan –hay habilidades pasivas también-, o tirar por el camino de los Zerg y pulir las habilidades de la Reina de Espadas, esto es, capacidad para lanzar bombas de ácido, hacer estallar en mil pedazos a los enemigos mientras de su interior aparecen larvas que atacan a los rivales de las cercanías…
Nuestras tropas también pueden ser mejoradas como ya vimos en la anterior entrega de la serie, aunque de un modo algo distinto. No por nada, aquí hablamos de mutaciones genéticas que iremos creando gracias al ADN que recogeremos durante las misiones y que nos van a permitir no solo dar forma a mejores tropas, sino también a nuevas unidades de batalla. Esto es algo que comprobamos, por ejemplo, en la misión de Kaldir, donde las bajas temperaturas provocadas por las tormentas de hielo debilitaban y terminaban con la vida de nuestras unidades sin compasión. ¿La solución? Recoger el suficiente ADN como para crear un nuevo tipo de Zerg capaz de soportar estas condiciones extremas.
Misiones sorprendentes
Wings of Liberty ya mostró en su día una serie de misiones realmente atractivas por lo novedosas que resultaban dentro de la fórmula de juego StarCraft, algo que no se va a perder con esta continuación que ya apunta muy buenas maneras. Y es que en Blizzard, no contentos con enfrentarnos a una reina Zerg llamada Za’Gara que no quiere reconocer a Kerrigan como su líder, nos mete de lleno en una “carrera” a contrarreloj por ver quién consigue antes un mayor número de huevos Zerg para dar vida al ejército más poderoso posible. Pero lo mejor llega cuando logramos superar el desafío y nos encontramos con unas doscientas unidades Zerg y Pestelings –esas unidades que corren hacia el enemigo para estallar- frente a nosotros esperando recibir la orden de ataque. Dicho y hecho.
¿Os imagináis a tal cantidad de Zerg arrasando con todo lo que se cruza en su camino? Pues eso es precisamente lo que brinda esta fantástica misión que termina como en las peores pesadillas de los Terran: con una avalancha de criaturas infernales devorándolo todo. Y lo mismo podemos decir de la misión ambientada en la luna helada de Kaldir, donde pasamos de enfrentarnos a la fauna local y otros Zerg, a luchar a muerte contra un grupo de Protoss que se habían refugiado en el lugar.
En definitiva, y aunque todavía seguimos esperando a que Blizzard facilite una fecha de lanzamiento concreta para Heart of the Swarm, esta nueva entrega de la serie StarCraft II promete cumplir sobradamente con las altísimas expectativas de sus seguidores, que sin duda disfrutarán como niños liderando a una de las plagas más mortíferas del universo: los Zerg.