Una auténtica locura. No habría mejor manera para expresar lo que ofrece el nuevo Saints Row de los estadounidenses de Volition. Y para comprobarlo mejor, nos sumergimos en su irreverente mundo durante una hora. Te mostramos desde la Gamescom cómo ser el tipo más duro de la ciudad sin renunciar al humor más descalabradamente divertido.
Carácter desenfadado, más de 30 horas de juego, nuevo motor gráfico, puntos de experiencia, cooperativo online, dinero, armas y respeto. Ya sabíamos que Saints Row: The Third, si no lo tenía todo, poco le faltaba. Pero ahora sólo quedaba probarlo, y ya lo hemos hecho, sacando unas conclusiones netamente positivas de cara a su lanzamiento, que se producirá el próximo 18 de noviembre en PS3, 360 y PC.
En esta toma de contacto, los chicos de Volition nos han permitido iniciar la partida justo en su primera misión, la del atraco del banco que ya os comentamos en pasadas impresiones. No obstante, ahora con los mandos en la mano. Así, y previa selección del nivel de dificultad (tendremos tres: casual, normal y hardcore), nos sumergimos en esta explosiva toma de contacto con el juego repleta de tiroteos junto a un grupo de compañeros manejados por una consistente IA.
Todo sirviéndonos únicamente de nuestra destreza con el stick, ya que no había apuntado automático que valiera, recibiendo una satisfactoria sensación en lo que respecta a la acción “shooter”, con reacciones de enemigos bastante variadas (dependiendo de dónde les disparemos) y una extensa variedad de armas. Y es que éste va a ser uno de los atributos más destacados del título, tanto por cantidad como por originalidad.
De santos nada
Así pudimos comprobarlo nada más ser soltados al mundo abierto de este nuevo Saint’s Row. Y es que no todo será tener el arma más potente, que también será importante, sino divertirse en clave humorística con el Penetrator (un palo de goma con forma fálica), en clave destructiva con el SA-3 Airstrike (que arroja un devastador ataque aéreo sobre la zona a la que apuntemos) y en clave innovadora gracias al Mallusu Launche (que confunde a sus enemigos haciéndoles ver las estrellas hasta que estallan).
No pudimos resistirnos a las armas disponibles, lo admitimos, pero también tuvimos tiempo de contemplar otros aspectos interesantes. Por ejemplo, es importante mencionar que tendremos locales que, conocidos con el nombre de “Image as Designed”, nos permitirán cambiar de sexo, escoger raza (africano, asiático, caucásico o hispano), modificar nuestra estructura muscular, cambiar el color de piel, mejorar nuestro “sex appeal” (más conocido como tamaño del paquete) y modificar la edad, con claras influencias sobre el diseño del personaje.
La posibilidad de incorporar cicatrices en la cara y de controlar al milímetro el aspecto de los ojos, las orejas, la nariz y la boca, además de modificar la voz y los gestos preestablecidos, consiguen hacer que el editor de personajes de Saints Row: The Third sea una fábrica de sueños. Y es que no sólo es potente, sino también consistente y divertido, muy adecuado para pasar horas creando a nuestro personaje ideal, también vistiéndole en otro tipo de locales (los conocidos como Let’s Pretend) para que parezca todo un señor, un despojo humano o alguien con una simple careta de conejo, que también podría darse el caso.
No son las únicas actividades que se pueden realizar en este nuevo título. De hecho, sembrar el caos en las calles es todavía más divertido. Y para lograrlo, basta con correr para realizar una hortera llave sobre cualquier transeúnte, montarnos en un coche atravesando la ventanilla o recorrer la ciudad, y a toda velocidad, a bordo de una potente nave espacial. Si decimos que aquí casi todo es posible, no estaríamos muy lejos de decir toda la verdad.
Pero lo que más nos interesó en esta demostración jugable fue descubrir las actividades que podremos realizar durante la partida, y a este respecto también quedamos muy satisfechos. Y es que aparte de podar comprar edificios (con los que ampliar nuestra influencia), también podemos acabar con las bandas de matones que amenazan nuestro imperio como buena muestra de afrontar los eventos dinámicos que ocurrirán en la ciudad, sin olvidar los ciclos día/noche o los efectos climáticos en tiempo real.
Nuestro preferido, sin embargo, fueron los puntos de aniquilación (Mayhem Zones), que nos proponían sembrar el máximo nivel de caos antes de agotar el tiempo establecido. Una actividad interesante y que comparte escenario con otras más absurdas, como conducir un coche con un tigre como copiloto (Tiger Escort). ¿El simpático objetivo? Sin rodeos: evitar que nos coma, ya sea conduciendo bien o intentando no salirnos de la carretera, algo difícil cuando nos persiguen los camiones del zoo y el propio animal nos clava sus zarpas cuando le apetece.
Por último, tuvimos oportunidad de disfrutar de una última actividad (Insurance Fraud), donde la finalidad era cobrar el máximo de indemnización por accidentes forzados. El único requisito era que no podíamos salirnos del área establecida, y que debíamos conseguir un mínimo de dólares, algo directamente relacionado con el talento que se tenga para recibir el mayor y más brutal atropello posible.
En definitiva, un planteamiento con todo el poder para volver a poner el grito en el cielo de asociaciones de padres, pero que por su tono humorístico y desenfadado, seguro entusiasmará a todo el público mayor de 18 años al que va dirigido. No es un GTA, eso es indudable, pero tampoco le hace falta. Tiene personalidad propia, acción descerabrada a raudales y un gran potencial para convertirse en uno de los videojuegos “sandbox” más ansiados del año. Nosotros, sinceramente, nos hemos quedado con ganas de más.