Unreal Engine vuelve a ponerse al servicio del rol con Magna Carta 2, el nuevo JRPG exclusivo de Xbox 360. La consola de Microsoft continúa “poniéndose las pilas” con el rol oriental gracias a este interesante producto de Namco, que continúa una saga que ya ha deparado potentes videojuegos en PSP, PlayStation 2 y PC.
Softmax vuelve a la carga con su franquicia Magna Carta, y en esta ocasión presenta la segunda parte de las series con la intención de reeditar el éxito de sus predecesores. Sin embargo va a tratar de continuar con el legado saltándose gran parte de los elementos emblemáticos de la marca nipona, provocando un cambio que se prevé severo.
Nuevos personajes, nuevo conflicto, y una jugabilidad totalmente remozada. Con Magna Carta 2 nadie podrá acusar a sus creadores de acomodarse y repetir características de la saga, y es que la innovación y el progreso parecen ser santo y seña de esta segunda parte.
La Amenaza del Norte
En el videojuego que nos ocupa seremos Juto, un joven extraviado en una isla y que ha perdido la memoria. En un momento determinado el protagonista es recogido por una tribu de nativos que lo acogen en su seno y lo tratan como uno más en su población. Los días transcurren y los lazos se estrechan, aunque con el paso del tiempo la aldea es arrasada por las temibles fuerzas malévolas del norte, que asesinan o aprisionan a sus compañeros y amigos.
Juto es rescatado por una guerrera princesa y su ejército, que comandan un movimiento de rebelión contra esta amenaza del Norte, y ésta le ofrece la posibilidad de luchar contra ellos y vengar la muerte de sus seres queridos.
Así da comienzo Magna Carta 2, un videojuego de rol de corte oriental, donde en los combates seguiremos los progresos de tres personajes al mismo tiempo a modo de equipo activo, y que deberemos seleccionar de entre un total de seis que serán los que acaben conformando nuestro grupo en su momento álgido. Estos elementos son muy tradicionales del género JRPG, pero el título se ocupa de apartarse de las líneas marcadas con algunos elementos no tan habituales.
Uno de ellos es el siempre interesante hecho de que los combates y las partes de exploración no estén separados por las siempre anticlimáticas pantallas. Así pues todo gana en fluidez, y sin estas molestas transiciones combatimos en el mismo escenario que exploramos.
Por otra parte para luchar sencillamente tenemos que activar el modo de batalla apretando un botón, provocando que aparezcan las barras de salud y resistencia en la pantalla y facilitando el comienzo de la pugna. No controlamos de forma directa a todos los miembros del grupo, sino que únicamente dirigimos los movimientos de uno, quedando el resto en manos de la IA; eso sí, en cualquier momento podemos cambiar entre unos y otros, con la ventaja a nivel táctico que eso supone.
La resistencia es, por lo tanto, el principal recurso con el que contaremos. La barra, como ya hemos señalado, aparece en todo momento en pantalla y de la calidad de nuestros ataques y movimientos dependerá el que se llene o se vacíe. Si ésta está a punto de sobrecalentarse quizá sea momento de no seguir forzando la máquina y cambiar a otro de los personajes. El riesgo está a la altura de la recompensa, y es que si bien el pasarse de la raya puede dejarnos completamente indefensos ante el enemigo, en caso de agotar la resistencia del grupo, el optimizar la barra al máximo puede depararnos los mejores combos y ataques que podamos lanzar.
El exclusivo de Xbox 360 Magna Carta 2 llegará a las tiendas de todo el mundo presumiblemente a finales del presente año 2009. Las primeras entregas no fueron particularmente bien recibidas entre la prensa, pero sí se hicieron con un importante hueco en el aprecio del núcleo de aficionados a los JRPG. El nuevo capítulo ofrece grandes cambios, veremos si con ellos la saga da el salto y se convierte en una nueva franquicia imprescindible del rol oriental del siglo XXI.