La franquicia Ghost Recon prepara una nueva misión: llegar al máximo número de usuarios. Sin abandonar la estrategia táctica que siempre la ha distinguido, pero apostando igualmente por una acción más cercana a la de los "shooters" actuales, el estudio de Ubisoft Paris prepara una entrega con la guerra más futurista de la serie. Nos infiltramos en el teatro de operaciones de la compañía gala para probar su nueva arma jugable.
Si por algo ha destacado la serie Ghost Recon durante sus más de diez años de historia, es por haber intentado satisfacer a sus fieles usuarios. La saga de acción táctica "shooter" puede vanagloriarse de poseer un excelente pasado. La mayor parte de las creaciones enmarcadas en la licencia han sido un éxito, así que costaría mucho creer que su último videojuego, Tom Clancy’s Ghost Recon Future Soldier, fuera a tomar un camino diferente.
El proyecto, anunciado en enero 2009 y marcado por múltiples retrasos, parece que por fin quiere ver la luz, concretamente el próximo 24 de mayo, para demostrarnos lo que los estudios de Ubisoft en París y Bucarest, además de Red Storm Entertainment, se traen entre manos. Un título que se desmarca de sus más inmediatos predecesores en dos importantes aspectos. Uno, que la franquicia, ya en un período de renovación, quiere acercarse a nuevos públicos; el otro, que la guerra ha evolucionado hasta transformarse en lo que Tom Clancy -el novelista estadounidense- auguraba en sus reputados libros.
La guerra del futuro, según Ghost Recon
Bajo este concepto nace la que será la cuarta entrega dentro de la serie Ghost Recon, un videojuego que apuesta -como es tradición- por un argumento atractivo. Así, como parte de una unidad especializada en misiones tácticas, los Ghosts, se nos invita a luchar contra una fuerza ultranacionalista que adquiere el control de Rusia e intenta, no sin poca crueldad, tomar el control de los países vecinos.
Es ahí justo cuando aparecemos nosotros, lo mejor de lo mejor, equipados con la tecnología de combate más avanzada y habituados a luchar en cualquier clima, situación o terreno. Así eran los Ghost y así regresan, dentro de una campaña con 10 horas de duración, un cooperativo para hasta cuatro usuarios y opciones multijugador para un máximo de 16 jugadores simultáneos. Desde luego, no hay pocas opciones.
No obstante, para la ocasión, en un evento selecto celebrado en París hace escasos días, se nos invitó a experimentar tan sólo las primeras misiones del juego, unas en las que pudimos comprobar que este nuevo Ghost Recon va a estar, ciertamente, al alcance de más usuarios. Por supuesto, eso no quiere decir que vaya a abandonar su estilo "shooter", fuertemente apoyado en la acción táctica en tercera persona, pero sí que apreciamos un cierto interés por influenciarse de obras tan exitosas como Gears of War.
De hecho, Tom Clancy’s Ghost Recon Future Soldier, después de esta toma de contacto, podría definirse como el momento en que el componente estratégico de Ghost Recon se fusionó con los disparos sin parangón del título de Cliff Bleszinsky. Un esquema arriesgado y que no estará exento de detractores, pero que resulta lógico si lo que se pretende es acercar a nuevos usuarios a la franquicia. Ahora bien, conviene explicar en qué consiste el acercamiento aplicado por los diseñadores franceses a su nuevo producto, más que nada para no dar lugar a innecesarios malentendidos.
Básicamente, la mayor parte de las misiones en este nuevo Ghost Recon nos colocan desde el principio en un estado de ocultación, siendo nosotros los únicos responsables de conseguir mantenernos alejados de los ojos enemigos, o por el contrario de ser descubiertos y comenzar con los tiroteos. Esto en teoría, porque una vez en la práctica lograr avanzar sobre las bases de la infiltración es más difícil de lo que parece, y de hecho el diseño de mapas -al menos en esta versión- parece estar más enfocado hacia la acción que hacia la estrategia.
En cualquier caso, se agradece que la saga quiera mantener, al menos parcialmente, su esencia original, proponiéndonos algunas habilidades sigilosas como ejecutar a un rival por la espalda, o emplear "drones" (una especie de vehículos aéreos no tripulados) que nos permitan obtener una visión general del mapa de la misión, ya sea para identificar enemigos o para idear estrategias, y todo desde una distancia segura.
Por otra parte, no hemos de olvidar la incorporación del camuflaje óptico, realmente útil, y que con tan sólo agacharnos se activará para hacernos invisibles. Pero si hay algo que nos haya gustado realmente en este apartado, esa es la técnica de marcado (heredada de Splinter Cell: Conviction), que nos faculta para marcar y ejecutar al unísono hasta a cuatro soldados hostiles con la ayuda de nuestros compañeros. Esta será, sin embargo, la única -salvo novedades- orden que daremos en el juego. Siempre iremos acompañados, sí, pero esta vez se ha optado por hacer el esquema de control más sencillo para llegar a nuevos públicos (prescindiendo, al menos de momento, del sistema de órdenes del pasado).
Sabemos que esto es algo que no dejará a nadie indiferente, al igual que ocurre con las mecánicas de acción que se han adoptado. Efectivamente, una vez seamos descubiertos (de lo que nos avisa una retícula "in game"), el plano jugable cambiará diametralmente. Dará igual que haya sido por un disparo descuidado, por el descubrimiento de un cadáver o por un mero avistamiento: a partir de ese momento más nos valdrá buscar una buena cobertura. Una nube de tiroteos se iniciará, dejando atrás la infiltración cuidadosa de hace unos segundos para entrar en un marco de acción reminiscente al de los "shooters" actuales.
Se acabó la infiltración, comienza la acción
Hasta la música cambiará para recordarnos continuamente el lío en que nos hemos metido, uno aún así interesante, ya que pone en funcionamiento un sistema de coberturas contextual (nos cubrimos al pulsar un botón) donde nuestro refugio podría venirse abajo en cualquier momento. Nos encontramos, sin duda, ante uno de los aspectos más destacados del juego, y es que no sólo veremos cómo las maderas de una valla se parten hasta dejarnos desnudos ante las balas rivales, sino que nosotros también podremos hacer uso de esta ventaja y disparar a los enemigos (incluso a través de ciertos objetos) para acertarles.
La sensación de peligro, por tanto, está presente en cualquier momento, incluso a pesar de estar cobijados detrás de un elemento del escenario. Y si todavía no os lo creéis, entonces os conviene saber lo que pasará si nos asedian con disparos: no podremos apuntar. Debido al fuego hostil sin parangón, nuestro soldado no será capaz de mantener fija la mirilla, algo que, a pesar de resultar novedoso en el género, no podemos ocultar que nos causó cierta sensación de frustración.
Habrá que esperar, en cualquier caso, al resultado final, uno en el que es muy importante flanquear a los soldados rivales con éxito. Para lograrlo, otra de las técnicas que se nos mostraron fue la del fuego de supresión, que nos permite marcar a un enemigo para que nuestros compañeros le acribillen a disparos, creando así una distracción que nos permita movernos con libertad. Aunque hay otra habilidad que nos ha gustado aún más: usar las gafas térmicas. Y serán un gran aliado, realmente imprescindible, para avanzar por el campo de batalla localizando a todas las fuerzas hostiles presentes.
Pero si tenemos que hablar de grandes aliados, entonces no podemos olvidar a los integrantes de nuestro escuadrón. Como hemos mencionado, nos acompañarán en todo momento. Y puede ser que no respondan satisfactoriamente en muchas situaciones (perdiendo la vida continuamente), pero al menos nos ayudarán cuando hayamos caído. Sí, como en Gears of War, aquí también tendremos un estado crítico, de hecho porque se ha optado por el sistema de vida autorrecuperable, abandonando de esta forma otro de los grandes pilares de la saga Ghost Recon.
Desconocemos si en otros niveles de dificultad el esquema será diferente, pero esto es lo que propone Tom Clancy’s Ghost Recon Future Soldier por defecto. La obra, por tanto, está repleta de decisiones atípicas para la franquicia, aunque todavía mantiene algo inherente a la saga: su variedad de situaciones. De esta forma, tenemos misiones que irán desde la neutralización sigilosa de un objetivo hasta la frenética acción de un tiroteo o de una perspecución a bordo de un helicóptero.
Adicionalmente, el título cuenta con planteamientos que ahondan en la oportunidad de idear varias estrategias. En ocasiones, el camino está bastante prefijado, con abundantes eventos escriptados, pero otras se aprecia un interés por dar algo de libertad -aunque sea contenida- a los usuarios. Así, podríamos tomar distintos caminos y hasta decidir si acabar con los enemigos o pasar de largo. En definitiva, buenas ideas, pero que tendremos que ver hasta dónde llegan una vez tengamos la versión final del juego en nuestras manos.
Lo que sí podemos asegurar desde hoy es que el arsenal armamentístico va a ser contundente: con cerca de 50 armas distintas. Y eso no es todo. Lo más impactante llegará del lado de la personalización. Cada modelo de arma va a tener a su disposición un kit de piezas completo: culatas, gatillos, cañones... para generar hasta 20 millones de combinaciones distintas. Todas las mejoras se aplicarán en función a un sistema de puntos, y si estamos vagos podremos hacer que Kinect (en el caso de Xbox 360) haga el trabajo mediante comandos de voz, que para algo somos soldados de élite.
Completando la oferta, Tom Clancy’s Ghost Recon Future Soldier incluirá un cooperativo para hasta cuatro personas (con 12 misiones de la campaña) y un extenso apartado multijugador -creado por Red Storm- dotado de 10 mapas, la posibilidad de ganar experiencia y cuatro modalidades de juego, entre las que se incluye el clásico Asedio. Nada más se ha confirmado en esta ocasión, salvo que tendremos un máximo de 16 jugadores online en partidas 8 contra 8. Esperaremos pues a probar sus fortalezas en próximas semanas.
Nuestras impresiones no serán, por tanto, completas hasta que hayamos descubierto las posibilidades cooperativas y competitivas del videojuego. Tampoco podremos dar un acercamiento global sobre la calidad del producto hasta que salga a la venta, aunque por el momento se mantiene algo lejos, al menos visualmente, de los últimos exponentes "shooters" aparecidos. Esto no quiere decir que el YETI Engine no cumpla, y menos con todas las características que atesora: sombras en tiempo real, iluminación dinámica, sistema de físicas, ciclo día-noche, luces volumétricas, transparencia de objetos, entornos destructibles...
Con las consolas de la actual generación al borde de sus posibilidades, ya es difícil sorprender, pero al menos el resultado es sólido, con escenarios amplios y un trabajo de ambientación muy cuidado. Especialmente remarcable es el hecho de que se hayan incluido civiles en la acción, incrementando así la carga poligonal durante nuestras misiones, las cuales durante estas pruebas no mostraron pocos "bugs", que esperamos se resuelvan de cara al lanzamiento.
Un lanzamiento que contará con la ayuda del grupo británico Hybrid en el plano sonoro, grandes especialistas en el estilo "techno", lo cual puede ayudaros a comprender el giro hacia el frenetismo "shooter" que se quiere dar a Ghost Recon con esta nueva entrega. Hasta el 24 de mayo, fecha en que se espera que llegue el juego a Xbox 360 y PS3 (la versión para PC aterrizará más tarde), no podremos realizar una valoración final, y por ello os invitamos a esperar. Ya queda muy poco para ver lo que la guerra futura puede dar de sí.