Si hay algo con lo que Hideo Kojima quería experimentar dentro de la saga Metal Gear, ese era el cooperativo. El creador del soldado Snake toma las riendas de su primer proyecto portátil como diseñador en Peace Walker, un videojuego que nos propone sofocar con sigilo una revuelta militar que podría cambiar el curso de la Guerra Fría.
La serie Metal Gear cuenta ya con más de 20 años de historia, un tiempo muy largo en la industria de los videojuegos que ha dado para una docena de títulos, todos de una gran calidad. No obstante, a Hideo Kojima todavía le quedan muchas ideas, razón por la que toma las riendas del primer título desarrollado directamente bajo su dirección en PSP.
Metal Gear Solid: Peace Walker quiere sentar un potente referente de calidad en la portátil de Sony y para lograrlo cuenta con dos premisas fundamentales. La primera consiste en apoyar la jugabilidad característica de la franquicia, el "tactical espionage action" que bautizara a Metal Gear Solid como un innovador y único videojuego. La segunda, añadir el componente cooperativo (para hasta cuatro jugadores) a la franquicia, creando un producto íntegro y con sentido, dotado de elevados valores de producción y una culminación a la altura de una compañía como Kojima Productions.
Con estas simples premisas parte esta exclusiva entrega situada cronológicamente después de los eventos de MGS3: Snake Eater, es decir, en 1974, mostrándonos a Big Boss (Naked Snake) como gran protagonista de la aventura. Una aventura en la que una fuerza militar desconocida -relacionada con la CIA- ha irrumpido sin permiso en el país de Costa Rica, el cual, según su carta magna, tiene prohibido reclutar un ejército propio.
Ejército de Snakes
Y claro, a falta de ejércitos para repeler la invasión, buenos serán Snake y su grupo de Soldados Sin Fronteras, los cuales tendrán el papel de restablecer la paz en una operación que podría cambiar el balance de la Guerra Fría. Nuestros enemigos están dotados del armamento más sotisficado, son auténticos expertos en escenarios bélicos, pero nosotros contamos con un aliado al que no podrán parar: la cooperación de hasta cuatro usuarios.
Metal Gear Solid: Peace Walker está dividido en pequeñas misiones que soportan un máximo de 2 hasta 4 usuarios, siendo posible en todo momento completar las fases de manera individual. La faceta cooperativa funciona a través de la conexión Ad-Hoc, de una manera muy sencilla, siendo sólo necesario contar con un anfitrión que monte una partida inalámbrica a través de los 99 canales (o salas) disponibles.
Todo lo demás consistirá en escoger, antes de cada misión, a nuestro tipo de personaje (en la demo, sólo estaba disponible Snake) entre cuatro tipologías diferentes: Sneaking Unit (el uniforme de sigilo de toda la vida), Naked Snake (variante con alta capacidad armamentística pero poco camuflaje), Battle Dress (ideal para el combate) y Jungle Fatigues (dotado de equilibrio entre munición, camuflaje y defensa).
Tactical Espionage Action
Las operaciones a realizar tendrán que ver con avanzar sigilosamente de un punto A hasta otro B sin ser detectados, neutralizando enemigos en el caso de que sea necesario. Es decir, un esquema idéntico al de la serie y que cuenta en esta ocasión también con un repertorio de acciones que incluye agacharnos, avanzar, tirarnos al suelo, agarrar a enemigos por la espalda, dejarlos inconscientes, escondernos detrás de muros, crear un falso señuelo y correr hasta nuestro próximo objetivo.
Para no ser detectados, contamos una vez más con un radar, dispuesto en una esquina de la pantalla mediante una interfaz muy sólida y eficiente en términos de diseño. Asimismo, este radar está acompañado de un porcentaje que varía dependiendo de lo expuestos que estemos a los ojos y oídos enemigos. Si la cifra baja del 0% y se pone en rojo tendremos problemas, así que será mejor ir despacio y con pies de plomo.
No obstante, habrá alguna vez en que fallemos en nuestra tarea de pasar inadvertidos (de hecho, algunas fases nos proponen acción directa). Será entonces cuando saquemos nuestro rifle de asalto y granadas si es que no optamos por las técnicas CQC (Close Quarter Combat) de defensa personal que se nos enseñan, por cierto, al principio del juego en forma de tutorial. Podremos dar puñetazos, combos con patada incluida y hasta lanzar a unos rivales contra otros.
Sigilo cooperativo
Los desarrolladores han mimado hasta el último detalle. Añaden la posibilidad de escoger entre apuntado automático y manual (más preciso), además de dos esquemas de control diferentes: Shooter Type (para controlar la cámara mediante los botones) o Action Type (para los que manejen la cámara mejor con la cruceta).
Pero lo más importante de Metal Gear Solid: Peace Walker, por encima de todo lo demás, es su naturaleza cooperativa. Es aquí cuando la jugabilidad adquiere una nueva dimensión, siendo posibles acciones como reanimar a compañeros, compartir objetos o sincronizarnos con ellos para caminar agachados uno detrás del otro, haciendo de esta manera que el camuflaje total del grupo aumente considerablemente. Cabe incluso el detalle de meternos con un segundo jugador debajo de una caja para pasar inadvertidos ante los ojos enemigos.
Por si esto fuera poco, tendremos sencillos comandos para comunicarnos con el resto del grupo. "Perdona", "cuento contigo", "estupendo", "vamos", "cúbrete", "hay un enemigo aquí", "permaneced juntos", "sígueme"... son algunos ejemplos de la comunicación cooperativa con la que Hideo Kojima quiere que compartamos experiencias en un título visualmente sólido, doblado al inglés (no falta la voz de David Hayter) y que llegará a PSP el próximo mes de mayo si todo marcha bien. Desde luego, la demostración probada nos hace pensar que Peace Walker será un título por el que bien merece la pena esperar...