Prepárate a conocer los orígenes de Faith y de la Ciudad de Cristal en este reinicio de la franquicia Mirror's Edge que pasa ahora al mundo abierto, pero conservando toda la esencia del juego original. Saltos, ritmo y parkour por los tejados son algunas de las claves de Mirror's Ege: Catalyst, un videojuego único en su especie.
Vídeo Impresiones
Mirror’s Edge se ha adaptado a los tiempos que corren, y para ello ha convertido a los tejados de la ciudad en un mundo abierto a explorar para encontrar todas sus pruebas y secretos. Primera duda despejada, puesto que la estructura de niveles acompañaba bien al original, al ser un título muy arcade, pero el mundo abierto funciona abriendo las posibilidades a un buen puñado de misiones secundarias, algunas de ellas centradas en las pruebas favoritas del aficionado: las contrarrelojes y los mejores tiempos en las tablas de clasificación.
Pero el plato fuerte sigue siendo el modo historia y la campaña. Quedan dudas por resolver, ya que lo que se cuenta no parece de momento más interesante, y esto ya era uno de los puntos flojos del original. Se sustituyen las viñetas animadas por cinemáticas realizadas con el motor del juego, y las misiones que hemos podido jugar están bien construidas y resultan muy espectaculares. Un mejor uso del escenario, de los enemigos, nuevos movimientos… Todo funciona tal y como lo conocíamos, pero mejor.
El aspecto técnico de Mirror's Edge Catalyst nos ha dado una de cal y otra de arena. Aún queda por ver la versión final, por lo que obviamos tirones y bugs propios de una beta, pero nos ha dejado algo más temerosos algunos de los fondos pobremente recreados y, especialmente una calidad general de imagen que presenta un aspecto bastante borroso y que confiamos en que mejorará con su lanzamiento el próximo 9 de junio, según las últimas informaciones. La jugabilidad sigue siendo sólida y se han expandido sus posibilidades al máximo, si lo que buscas es un arcade donde lo importante es el ritmo y clavar los saltos y los aterrizajes. Sólo recuerda, esto no es una aventura de acción ni un shooter, ni lo pretende.
Puntos Clave
- El mundo abierto ayuda a expandir las mecánicas de juego mientras mejoramos nuestro "flow", aportando más misiones a la campaña principal.
- Las contrarrelojes siguen siendo uno de los puntos fuertes donde pasar horas y horas perfeccionando la técnica superado el modo historia. Y aquí están muy mejoradas, con caminos alternativos y atajos por doquier.
- La historia nos devuelve a los orígenes de Faith, en lo que se supone un reinicio de la franquicia y donde esperamos mejoría con respecto a la historia de la primera entrega.
- Los gráficos recuperan ese minimalismo en los escenarios exteriores unido a unos interiores vanguardistas y excelentemente diseñados. El aspecto técnico, sin embargo, falta por pulir, especialmente con una calidad de imagen borrosa.