Cuatro años han pasado desde el último azote Chimera en Resistance 2. El 90% de la población humana ha desaparecido, pero Insomniac Games cree que todavía existe solución. Un nuevo protagonista llega a la franquicia y, con él, una esperanza para ver el mejor Resistance de los últimos años. Os contamos cómo se vive en la resistencia desde la PlayStation Experience de Londres.
La saga "First Person Shooter" desarrollada por Insomniac Games (creadores de franquicias como Ratchet & Clank) ya está de vuelta -tras más de dos años en la sombra- gracias a Resistance 3, cuarto videojuego dentro de una serie que nos invita a resolver la terrorífica invasión a la que se ha visto sometida la especie humana.
Los Chimera avanzan en su propósito de erradicar toda forma de vida terrícola, y esto es algo de lo que seremos aún más conscientes en esta nueva entrega. El 90% de la población terrestre ha sido exterminada, y sólo unos pocos se resisten a la oleada de canibalismo que queda como único medio de supervivencia. Entre ellos, nuestro nuevo protagonista, un tal Joseph Cappellli, junto al que nos aproximaremos a los EEUU del año 1957, tomando como punto de partida a "The Haven" (Oklahoma), un refugio atacado desde los primeros compases del videojuego por nuestros horrorosos enemigos.
Precisamente, justo aquí, es donde nos situó la demostración jugable que pudimos probar hace escasos días. En un ambiente decadente, semidesértico y bajo el azote de una tempestad, luchamos contra las oleadas de Chimera que iban apareciendo sobre el escenario. En definitiva, una porción de juego muy escasa -de apenas 10 minutos- pero que nos ayudó a comprender lo que nos ofrecerá Resistance 3.
Resistencia final
En primer lugar, y con respecto al argumento, cabe aclarar que la acción se situará completamente en el país norteamericano, con el objetivo de acompañar al doctor Malikov hasta Nueva York. la finalidad no está todavía esclarecida, aunque parece que todo está relacionado con la posibilidad de crear un gran golpe de efecto contra la sobrenatural invasión que está viviendo la Tierra.
En segundo término, nos quedó muy claro que este nuevo Resistance mantiene la fórmula jugable de sus antecesores, pero realizando contundentes modificaciones para eliminar buena parte de su pasado carácter militar. Gracias a nuestro nuevo protagonista, el enfoque ahora es más personal (en la trama se aclara que tenemos mujer e hijo), además de post-apocalíptico e, inclusive, próximo al "survival horror".
Para ilustrar esto y mostrarnos como lo que somos -civiles frágiles que participan en la resistencia- basta decir que, en esta ocasión, no existe autorrecuperación de vida, además de que la escasez de munición va a ser una constante del videojuego. Obviamente, el impacto será mayor dependiendo de la dificultad escogida (existen cuatro niveles), aunque ya os podemos adelantar que hasta en el nivel más asequible -el conocido como "casual"- será difícil obtener kits médicos y balas.
Siguiendo con las novedades, una de las modificaciones claves es que regresa la rueda para escoger armamento (no la veíamos desde el primer Resistance), a la que acompaña todo un conjunto de viejas armas tan conocidas como la Bullseye, la Auger o la Magnum. Eso sí, tal vez pierdan protagonismo cuando veáis nuevos artilugios como el Mutador, una especie de escopeta capaz de convertir a enemigos en minas, aparte de una granada de fragmentación (fabricada con una lata de conservas) que al explotar desprende los clavos que guarda en su interior.
Es importante mencionar que todas las armas se van a poder mejorar. De hecho, se harán más poderosas conforme las usemos en una campaña que también nos presenta a viejos y nuevos enemigos, todos dotados de una inteligencia artificial evolucionada. En concreto, los conocidos Hybrid, Grim y Ravager son capaces de moverse ahora con gran soltura y agilidad para utilizar coberturas o ejecutar movimientos tácticos que nos pongan en jaque en más de una ocasión.
Junto a ellos, llegan nuevas incorporaciones. En la demostración que jugamos pudimos certificar la existencia de -al menos- dos nuevos rivales. Por un lado los "Long Legs", que son rápidos y dotados de una capacidad de salto extraordinaria. Resultaba difícil seguirles con la mirilla y, además, al actuar en grupo, podían flanquearnos desde varios puntos sin que apenas pudiéramos planear una ofensiva sin ser alcanzados. No obstante, lo peor llegó cuando nos enfrentamos a la segunda subespecie, un "Brawler" de descomunales proporciones con gran resistencia y poder de ataque, que tenía la habilidad de crear un círculo de fuego a su alrededor, arrasando todo lo que se encontraba.
Nos costó un par de partidas sortear este último rival, momento en el que echamos de menos poder jugar en cooperativo, aunque Insomniac ya confirmó que disfrutaremos de esta posibilidad. De esta forma, la campaña será plenamente disfrutable (tanto "offline" como "online") junto a un segundo jugador en contraposición a lo que ofreció Resistance 2: un cooperativo de hasta 8 jugadores, pero basado en misiones alternativas.
Por tanto, se nota que los desarrolladores quieren regresar a los orígenes de la saga, esta vez con un multijugador online del que no pudimos conocer mayores detalles, salvo que tendrá un sistema de progresión y versará sobre el conflicto de la humanidad no sólo en EEUU, sino en todo el mundo (incluyendo localizaciones y mapas inéditos con respecto a la campaña).
Realmente, sólo hace falta que los gráficos estén a la altura, y parece que también va a ser así. Por lo que apreciamos, todo se mueve gracias a la última versión del Insomniac Engine, que representa con gran acierto (ambientación desértica, edificios en ruinas, vientos huracanados...) el clima apocalíptico del juego. Los efectos de humo y de partículas nos acompañaron en esta toma de contacto, así como un "motion blur" muy pronunciado y, en general, la sensación de encontrarnos ante una gran evolución visual con respecto a Resistance 2. Sin embargo, todavía habrá que esperar hasta el próximo mes de septiembre para comprobar si finalmente es así.