Con un currículum tan brillante a sus espaldas, era difícil resistirse a probar a puerta cerrada y en la Games Convention, uno de los títulos más esperados y en los que mayor tiempo lleva trabajando una de las mentes más codiciadas (y rentables) del mundo del videojuego. Obviamente nos referimos a Will Wright y su Spore, la evolución se dejó probar en Alemania.
Con sorpresa y un buen número de criaturas humanas esperando entrar a la presentación, Spore pasó por la GC07 con una demo jugable en la que, tras visualizar un completo trailer que resumía los diferentes escenarios, evoluciones y posibilidades del juego comentados por varios de los miembros del equipo, pasamos a probar los dos primeros niveles del título: asistimos al nacimiento del "primer ser unicelular".
Blanquito, cabezón y de ojos saltones
De esta guisa se presentó al mundo la primera criatura de Spore con una única misión: alimentarse y no ser devorado por otros seres de mayor tamaño. En 3D, pero simulando un colorido 2D repleto de humor, la pequeña ameba seguía la dirección que le indicaba nuestro ratón para buscar e ingerir alimento que le hiciera fuerte y menos vulnerable ante otros devoradores.
Así, guiado por su acuoso mundo, pudimos ver como crecía y aumentaba sus características, que por cierto, corrían de nuestra cuenta desde un sencillo editor con abundantes opciones. Gracias a los nuevos puntos adquiridos, nuestro ser aumentó sus garras, dimensiones y varias características incluidas un buen número de opciones estéticas. Pero lo mejor de todo es que cada uno de estos nuevos elementos de nuestro amigo afectan a sus posibilidades de evolución; una especie de aletas que le proporcionan velocidad, una boca que le infunde la capacidad de atacar a otro tipo de criaturas, etc., evolución a medida...
[t]Tierra a la vista[/b]
Una vez completado el primer nivel, la evolución saltó del agua a la tierra, y con ella nuestra criatura acompañada de varios miembros de su especie. Arrastras en un comienzo, con dos extremidades tras volver a modificar su forma en el editor, nuestro ser conoció otras nuevas criaturas asentadas en tierra firme. Con la posibilidad de demostrar nuestro afecto o sociabilidad ante otros seres que nos permitan crear lazos amistosos entre especies, o bien atacar por las buenas en busca de alimento y nuevas posibilidades de evolución, sufrimos las primeras grandes embestidas de varios "enemigos". Huyendo en algunas ocasiones, venciendo en otras, gracias a los nuevos puntos adquiridos (en forma de fichas amarillas) la evolución nos mostró otro de sus pilares fundamentales, la reproducción.
Enamorado y en tan sólo unos segundos, nuestro mutado ser y su nueva y recién conocida compañera dieron a luz un huevo, y de él salió nuestro vástago. Aquí se acabó la demostración.
Las sensaciones transmitidas por este Spore -todavía sin fecha oficial por confirmar más de allá del primer trimestre de 2008- es que Wright y su equipo Maxis, han aplicado todas sus experiencias para conseguir un juego profundo y complejo en términos de posibilidades, pero sencillo y atractivo a la vez para todo tipo de público. Su manejable interface (de estilo muy similar a los Sims), rico colorido y abundantes toques de humor, aligeran a la perfección su concepto de juego serio y "adulto", aunque según se ha mostrado en la GC07, aún estamos en los primeros días de una larga evolución.