El shooter más alocado e histérico de cuantos hay en desarrollo ahora mismo sigue su producción sin inmutarse por el reciente abandono del proyecto por parte de su ideólogo: Stuart Black. Anarquía. Armas descomunales, entornos destructibles, munición a patadas... ¿Quién necesita un director creativo?
Cuando nos acercamos por vez primera a BodyCount, uno de los ganchos con los que contaba el título era el de tener a su frente a Stuart Black, el responsable del homónimo videojuego Black de PlayStation 2, y uno de los creativos más polémicos e impredecibles de la industria. Su promesa de revolucionar un género shooter "anquilosado" según sus propias palabras, no caló particularmente en unos aficionados ya hartos de escuchar promesas similares, pero sí despertó interés el primer video de material Alpha que se presentó durante el pasado E3.
La acción completamente desmesurada de su propuesta continúa intocable pese al abandono de su líder, y el estilo histérico de su acción sigue siendo su principal característica. Combos de muertes imposibles, infinidad de explosiones y entornos destructibles para uno de los títulos destinados a retomar el testigo de la acción más divertida y descerebrada.
Culto al Armamento
Como ya adelantamos en su momento, el videojuego tiene una historia, tenue y algo tópica, pero una historia al fin y al cabo. Para conocerla a fondo emplazamos a los usuarios a consultar los avances anteriores, rescatando de éstos únicamente que formaremos parte de una organización conocida como La Red, una corporación internacional que lleva a cabo peligrosas misiones por todo el mundo.
En este marco contaremos con avanzadísimo armamento basado en tecnología futura, un arsenal que nos ayudará a acabar con infinidad de enemigos. No resulta particularmente imaginativa la selección de armas, pero sí componen un equipo de destrucción realmente apabullante. Apabullante hasta tal punto que el manejarlas parece cualquier cosa menos real, resultan tan explosivas y arrasan de tal manera a nuestros enemigos y a los propios escenarios, que nos sentiremos poco menos que un poderoso ser sobrenatural escupiendo fuego y metralla sobre los oponentes.
El reto espectacular, como decimos, se deriva directamente de cómo se ven afectados los decorados por el grado de interacción que podemos llevar a cabo con ellos. Hasta tal punto es así que esta interacción no es meramente cosmética como en tantos otros títulos, sino que tiene directas implicaciones en la faceta jugable. ¿En qué sentido? Principalmente en el que nos tendrá siempre atenazados por el miedo de unas coberturas que pueden deshacerse ante nuestros ojos bajo el fuego de las armas de los rivales.
Todo a nivel estético, de hecho, está firmemente planteado para sacar el máximo partido de su poderío visual en todos los sentidos; así como una inteligencia artificial que sacará partido de todas las flaquezas y fortalezas del escenario. Principalmente por lo que hemos podido ver habrá infinidad de oponentes descerebrados y directos en la más pura tradición del shooter más histérico y alocado, sin embargo también habrá otros tipos de retos. Los médicos, por ejemplo, revivirán a los enemigos caídos, mientras que los psicópatas responderán a su acertado nombre con descomunales y gigantescas armas a su servicio.
Cada enemigo que abatamos dejará caer una serie de orbes azules que recogeremos para obtener habilidades especiales como pueden ser, por ejemplo, la de localizar a nuestros enemigos o lanzar ataques de apoyo aéreo sobre posiciones estratégicas. Esto, que el juego llama elementos de "inteligencia", se convertirá en uno de los grandes caballos de batalla por los que luchar, y es que incluso habrá una clase de enemigo destinado a robárnoslo del campo de batalla.
BodyCount se pondrá a la venta en un momento todavía por determinar del próximo año 2011 en Xbox 360 y PlayStation 3.