Cambio de nombre y cambio de look. El NBA de EA Sports recoge las ideas de control que han devuelto la grandeza a la última entrega de las series NHL, y las recicla para el baloncesto con éxito. Naturalidad máxima en los movimientos y sistema de lanzamientos a canasta totalmente cambiado para el nuevo salto a la Élite.
El nuevo NBA de EA Sports no se recordará únicamente por suponer importantes cambios jugables, sino también por el cambio de nombre que traerá consigo. Live deja su sitio a Elite como nomenclatura de las series deportivas de la compañía norteamericana, y la franquicia sufre abundantes cambios.
A pesar de que las series llevaban en los últimos tiempos una línea ascendente y que NBA Live 10 era un más que notable videojuego de baloncesto, EA Sports ha decidido adelantarse a un hipotético declive futuro y ha remozado la saga casi por completo. La idea, según sus responsables, es la de facilitarle al jugador todos los pilares necesarios para que logre una experiencia lo más espectacular y, al mismo tiempo, realista posible.
Bienvenidos a la Élite
El control es la clave. Tras la experiencia brillante de títulos como Fight Night o las ya mencionadas series NHL, los chicos de EA Sports se han dado cuenta de que con fórmulas similares -adaptadas al baloncesto- podrían sacar partido de este deporte de una forma revolucionaria.
Para ello el primer paso tenía que ver con un tratamiento de la pelota mucho más pulido que el de entregas anteriores. Se acabaron situaciones como las de tratar de robar un balón a un oponente y que éste no se despegue de su mano sencillamente porque no estaba previsto que sucediera. En Elite podemos intentar robarle la pelota al rival con el stick derecho, y si intuimos correctamente su movimiento y nos interponemos en el momento preciso las posibilidades de que nos llevemos el balón están totalmente a nuestro favor. El dinamismo y las animaciones al vuelo son el punto dominante.
En el aspecto ofensivo el empleo de la palanca derecha es similar al de anteriores entregas, aunque con algunos cambios notables. Así pues todos los driblings y movimientos para evitar a los defensas se llevan a cabo con medias lunas en la palanca, cuartos de círculo, diagonales y bruscos movimientos del stick hacia izquierda o derecha en función del tipo de maniobra que queramos llevar a cabo y hacia qué lado deseemos ejecutarla.
Los tiros también tienen más que ver con la habilidad que nunca. La palanca derecha vuelve a ser la clave, y tirando de ella tomamos impulso con brazos y piernas para efectuar el lanzamiento a canasta, y al soltarla en el momento idóneo efectuamos correctamente el lanzamiento. Teóricamente, y sobre el papel, el movimiento es tremendamente sencillo; sin embargo la clave está en lo complicado que es acertar el momento en el que debemos liberarla para acertar. Un planteamiento aparentemente simple y similar al de entregas anteriores en su base, pero ahora repleto de matices: Todo depende de infinidad de elementos como la habilidad del jugador, la distancia a la canasta, la presencia de un defensor en mitad de la trayectoria...
Por otra parte, y hablando ya sobre los mates, también hay que tener en cuenta la presencia de los defensas, esta vez en la trayectoria de nuestro deportista. Ahora la habilidad de alterar un mate en pleno vuelo desplazando el stick en la dirección correcta para cambiar nuestra trayectoria marca la diferencia. El jugador se ajustará a los cambios por el camino de una forma cómoda y efectiva, haciendo que podamos ajustarnos a las circunstancias defensivas y de oposición que nos rodeen.
Las debutantes series NBA Elite no fallarán a su cita anual, a pesar del cambio de nombre, y traerá su entrega 11 en un momento por determinar de la recta final del presente 2010. Con él comprobaremos el estado de salud de una franquicia que se reinventa, y observaremos qué tal le han sentado la infinidad de cambios que prometen introducirse en esta edición.