Rayman Origins: Impresiones jugables

Rayman Origins: Impresiones jugables
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Vuelve Rayman. Y por todo lo alto gracias al homenaje que siempre se mereció. Una jugabilidad a medio camino entre lo nuevo y lo clásico, todo recreado con una belleza que quita el hipo. Un plataformas tan divertido como gamberro llamado a convertirse en un referente del género.

Pocas cosas hay tan bonitas a día de hoy como un juego en dos dimensiones, sobre todo visto en alta definición. Es así. Ante el panorama de gráficos hiperrealistas y brillitos incesantes que adornan la presente generación, es ver uno de esos cuadros en 2D y quedar prendados. Y dentro de este paradigma, Rayman ha sabido reinventarse, volviendo, como bien dice su título, a los orígenes. Al Rayman de toda la vida. Al que nos gusta.

Adornado de este gran diseño artístico, Rayman es un plataformas puro, de género, que se conoce a sí mismo y conoce al jugador, con niveles tan rejugables como un New Super Mario Bros y bajo la misma premisa: la de la recolección de todos los secretos que nos dejamos en la primera pasada, aunque sólo sea por tener el gusto de rellenar todo el casillero lleno de huecos vacíos que nos indica que aún quedaba mucho por hacer.

Rayman Origins también es gamberro. Desde su introducción donde los enemigos que asolan el mundo llegan aquí por culpa de los ronquidos de nuestros protagonistas, hasta la manera irreverente en que Rayman y compañía se burlan de ellos, como si les importara, que en el fondo es así, un comino. Ese es el toque de Michel Ancel que siempre ha acompañado a su saga, incluso con la variante conejera.

Podemos atacar en cuatro direcciones, cada una con su animación correspondiente.
Podemos atacar en cuatro direcciones, cada una con su animación correspondiente.

Clásico y novedoso
En lo demás, se podría decir que Origins es hasta clásico. Se apropia de la división de niveles agrupados en mundos típicos y arquetípicos, y casi diríamos por el orden que siempre hemos visto: jungla, desierto, fases de lava... El caso es que funciona porque dentro del clasismo introduce su propia fórmula, la de quitar importancia a los enemigos con ataques muy eficaces y la exploración de niveles.

De hecho, en algunos momentos este concepto podría considerarse hasta demasiado sencillo, porque realmente los enemigos prácticamente no suponen un problema y el juego tiene los suficientes checkpoints y vidas infinitas como para parar un tren. Pero, puesto que en pleno 2011 no vamos a cambiar el modo de proceder de las nuevas generaciones, el equipo de Ancel ha sido inteligente a la hora de crear niveles lo suficientemente intensos y explorables para que el jugador ávido busque el reto en otro sitio.

Así, podemos encontrar todo tipo de zonas secretas, monedas ocultas, mecanismos que activan la recolección de más bichos (la moneda del juego, llamémosla así), todo para lograr completar el nivel al 100%. En cada área, además de sus secretos, deberemos conseguir un mínimo de 300/350 bichos si queremos completarlo al máximo, y es realmente frustrante quedarse en la línea con unos cuantos menos.

El jugador eliminado aparece en forma de pompa, pero pronto regresa a la partida.
El jugador eliminado aparece en forma de pompa, pero pronto regresa a la partida.

Para variar un poco el conjunto, ya de por sí con bastante ritmo, nos encontraremos con algunas fases donde, a lomos de un mosquito, convertiremos Rayman Origins en una especie de R-Type amable, donde podremos disparar para acabar con los enemigos que vienen al paso o absorberlos, que dará como resultado un disparo más potente. Hasta tendremos enemigos finales.

Todos estos secretos que se guarda cada nivel de Rayman Origins, aparte de para nuestra satisfacción personal, sirven para ir desbloqueando nuevos personajes y variantes que se irán almacenando en el árbol que sirve como base. Siempre que estemos en el mapa del mundo podremos acceder a esta zona para cambiar a Rayman por alguno de sus amigos, o para darle a un segundo jugador más alternativas.

Nuestro protagonista tiene, además, la opción de correr con el gatillo derecho, lo que rompe el esquema tradicional y más pausado de los juegos de plataformas (con el permiso, podríamos decir, de Donkey Kong Country), pero lo cierto es que, tal y como dicta uno de sus niveles, "Go With The Flow", cada uno de los escenarios está hecho para que te "deslices" por él, como una partida a Mirror's Edge después de haberte aprendido el camino correcto y ejecutarlo a la perfección, donde todo sale bien y coges todos los ítems del escenario.

Cada una de las animaciones de Rayman es espectacular. El trabajo artístico es formidable.
Cada una de las animaciones de Rayman es espectacular. El trabajo artístico es formidable.

Rayman, Bubble Drumer, Globox y otras criaturas del montón
De lleno en el modo multijugador, Rayman Origins posee un modo altamente adictivo, muy parecido también a New Super Mario Bros. Wii, donde lo cooperativo y lo competitivo se disuelven un poco para ver quién de los jugadores logra más puntuación al final de cada nivel. Origins está pensado para que hasta cuatro jugadores a la vez puedan unirse a la partida, aunque de momento sólo podemos asegurar que este tipo de modo para cuatro jugadores funciona en local.

El modo cooperativo hace las cosas más fáciles en según qué ocasiones. Durante la partida individual Rayman es abatido al primer toque, aunque siempre podrá hacerse con un corazón que aguarda dentro de una botella que le permitirá salvar el primer contacto. Sin embargo, una vez que te vuelven a tocar tienes que retomar la partida desde el último checkpoint, que no suele estar a mucha distancia, pero que te hace perder toda la recolección por el nivel que hiciste hasta ese momento, por lo que tendrás que volver a jugártela en las zonas más difíciles si quieres conseguir todos los secretos.

En cambio en el modo multijugador la cosa se simplifica más, ya que cuantos más seamos, más difícil resulta que nos eliminen, puesto que el jugador quedará atrapado en una burbuja mientras que los otros jugadores sigan en pie. Además, llegar a ciertas zonas del nivel es mucho más sencillo, gracias a la oportunidad de cooperar creando torres, por ejemplo, para alcanzar las zonas de más difícil acceso.

El primer mundo es el más bonito de todos, pero no está exento de peligros.
El primer mundo es el más bonito de todos, pero no está exento de peligros.

Se nota que el cambio a juego físico ha sentado bien a Rayman Origins. Con 12 mundos que explorar compuestos de varios niveles y alguno que otro secreto, la duración es más que adecuada. Es cierto que sigue en algunos momentos demasiado el esquema de New Super Mario Bros. Wii, sobre todo a la hora de tratar su modo multijugador, pero Rayman tiene suficiente carisma como para apañárselas por sí sólo.

Aún hay mucho que ver más adelante, pero con algunos mundos ya visitados y exprimidos, podemos decir que la cosa ha tomado buen rumbo. Rayman es ágil y se controla a la perfección, tiene carisma para aburrir y sus niveles tienen mucha personalidad. Quizá se podía haber aprovechado esas sugerentes pantallas de carga con un Rayman a contraluz como si de un Limbo se tratara (más adelante, esperamos), pero lo visto hasta ahora demuestra que un Rayman como Origins tiene cabida y es más que necesario en los tiempos que corren y, sobre todo, en algunas de las plataformas a la que llegará.

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