Naked Snake readapta su aventura en Nintendo 3DS pero sin perder el espíritu original que le hizo protagonizar uno de los Metal Gear Solid mejor recordados de la serie. Para aquellos que se perdieron la gran lucha contra The Boss en PS2, ahora tienen una segunda oportunidad para experimentar uno de los mejores videojuegos de Hideo Kojima, con mejores gráficos y en 3D.
La llegada de viejos clásicos a Nintendo 3DS siempre es bienvenida, y más si se trata de uno de los mejores exponentes dentro de la famosa saga creada por Hideo Kojima; en concreto, la tercera entrega dentro de la serie Metal Gear Solid, la cual vendió más de 4 millones de copias en todo el mundo, suponiendo uno de los videojuegos que mejor aprovecharon la bestia negra de Sony: PlayStation 2.
De eso ya hace más de siete años. Por ello, podría sorprender que digamos que el título se mantiene fresco y repleto de vida aún después de tanto tiempo, pero lo cierto es que es así. Metal Gear Solid: Snake Eater 3D, sin modificar el núcleo jugable original, se muestra de esta forma como una cuidada adaptación, una reinterpretación que ha tardado en llegar (desde que fuera anunciado casi como título de lanzamiento para la portátil), pero la espera parece que va a merecer la pena, sobre todo para aquellos que no pudieron disfrutar de él en su día.
En tierra hostil
Para ellos, conviene decirles que el título se asienta sólidamente en las convenciones establecidas por Kojima Productions, es decir: una trama elaborada, cantidad de secuencias cinemáticas y, por supuesto, una apuesta particular -por lo menos en lo que respecta a esta saga- por la acción y el sigilo, como nunca lo había hecho antes ningún videojuego. Todo para llevarnos hasta la Guerra Fría (en 1964), con un protagonista, Naked Snake, sumergido en territorio inhóspito -nada más y nada menos que la URSS- con el objetivo de rescatar a un cienfífico soviético altamente involucrado en asuntos nucleares.
La trama lo es todo en un Metal Gear, y ésta no es una excepción, con giros continuos, un gran peso sobre la psicología de los personajes y un hilo narrativo tan presente como entretenido, ya sea a través de las “intros” (muy abundantes y duraderas) o de las conversaciones mediante la tradicional radio que siempre lleva nuestro héroe encima.
Todos estos son aspectos que Konami ha mantenido para la ocasión, respetando fielmente al original. De hecho, en este sentido sólo tenemos que hablar de mejoras en el control, gracias a la integración de las funciones táctiles en la pantalla inferior de la máquina. De este modo, tenemos un rápido acceso a algunas de las funciones más importantes, como la selección de comida, la consulta de un mapa, cambiar de arma, interactuar con la radio, cambiar nuestro camuflaje, modificar el zoom de los prismáticos o incluso agacharnos/levantarnos mediante una simple pulsación.
La incorporación de estos controles adicionales nos permite gozar de una mayor versatilidad de juego, aunque la interfaz tradicional (cruceta, “stick”, gatillos y botones) también nos propone todo lo necesario para desenvolvernos con soltura en esta versión. De hecho, incluso sin el Botón Deslizante Pro (recordemos, el aparato que habilita un segundo “stick” analógico) el manejo es correcto, muy a pesar de que con el accesorio ganaremos algo más de precisión a la hora de apuntar a los enemigos, lo cual siempre se agradece.
Y ya que hablamos de apuntar, es conveniente informar de que tenemos la opción de cambiar el punto de vista -en primera persona o en tercera persona (con la cámara sobre el hombro)-, siendo una novedad con respecto al original. Aunque no es la única. Igualmente, ahora se nos permite caminar mientras estamos agachados, al tiempo que se introduce la tecnología giroscópica para realizar equilibrios cuando atravesamos un puente, por ejemplo.
Por tanto, interesantes incorporaciones que, sin llegar a modificar la experiencia, sí que ayudan a recibir una moderada inyección de novedad. Lo mismo ocurre en el caso del conocido como sistema “Photo Camo”, que aunque no lo llegamos a probar en la versión que nos ofreció Nintendo, permitirá usar la cámara para crear nuestro propio camuflaje, el cual se adaptará más o menos al escenario en función del objeto que hayamos escogido como referencia.
En definitiva, un lanzamiento muy destacado que se ve recubierto por una ligera reforma en todo lo que tiene que ver con el plano gráfico. Sin llegar a suponer un gran salto con respecto a lo visto en PS2, hay que reconocer que los desarrolladores se han esforzado en incrementar la carga poligonal. Todavía hay ciertos aspectos -como el "frame rate" durante las escenas, ciertos parpadeos de objetos y, ante todo, los bordes dentados- que no nos llegan a convencer, ya que 3DS daba para más, pero en líneas generales nos hallamos ante una adaptación muy competente.
A lo que no puede sacarse demasiados “peros” es al efecto 3D, bastante cuidado y que dota de una considerable profundidad a cada escenario. Por supuesto, las “intros” también contarán con su ayuda para darnos un enfoque más estereoscópico sobre un videojuego que resultará especialmente atractivo para aquellos que no pudieron disfrutarlo en su día, pero que igualmente revivirá las hazañas pasadas de aquellos incondicionales que todavía tengan el "3" de esta aventura marcada en la piel. Dentro de muy pocos días -el 8 de marzo- os daremos nuestra valoración final sobre esta prometedora adaptación de Konami.