El prometedor Ladrones en el Tiempo se presenta de cara al 2013 como la oportunidad perfecta de recuperar para la actualidad de los videojuegos a la recordada serie Sly Cooper. Volvemos a verlo, y quedamos otra vez sorprendidos con su sencilla experiencia jugable de corte retro y su estilo clásico y desenfadado.
Los chicos de Sanzaru Games tienen una misión. Este estudio no demasiado experto, con apenas discretos créditos en juegos olvidables como Ninja Reflex, tiene ante sí la oportunidad que a muchos equipos se les presenta sólo una vez en la vida... a menudo ni eso. Se trata de recuperar una saga legendaria para una serie de máquinas exclusivas, PlayStation 3 y PS Vita en este caso, y hacerlo con toda serie de lujos y con grandes valores de producción.
Lo que esto ha provocado lo hemos comprobado nuevamente en la redacción de 3DJuegos con una versión muy cercana al máster final de lo que será el lanzamiento que veremos en febrero del año 2013. Un título simpático y encantador, con mucho de la gracia y el estilo de los originales, pero también con algunas de las bondades que permite la tecnología del año 2012.
Ladrones, Siempre Ladrones
A estas alturas, y ya con otros dos avances publicados sobre Sly Cooper, centrarse en la historia que van a vivir estos Ladrones en el Tiempo puede resultar un poco reiterativo. Así que en lugar de relatar lo que haremos en el pellejo del entrañable mapache ladrón, nos centraremos en cómo lo haremos.
Tras pasar unas horas con la campaña hemos comprobado cómo se estructura ésta, pudiendo profundizar en cómo se alterna el manejo entre Murray, Bentley y el propio Sly. Así, de hecho, los primeros minutos ejercen casi a modo de tutorial dinámico, bastante dilatado eso sí, y es que cada uno de los tres personajes tiene estilos jugables muy distintos, y debemos mostrar cierta maestría con todos ellos.
Así, por ejemplo, nuestros primeros minutos a los mandos de Sly Cooper son tan dinámicos como parece exigir un título de estas características. El movimiento del personaje es exigente, y quizá no es tan versátil como hubiéramos esperado de un juego de estas características, pero tendremos que esperar a la versión completa para ver si esto se compensa con la actividad que supone el hecho de tener esta tripleta de lujo en cuanto a protagonistas.
En esos compases de apertura movemos al ladrón por vertiginosos tejados de la ciudad, saltando a través de diferentes obstáculos y evitando focos de luz no deseados, en un planteamiento que, al menos inicialmente, es bastante guiado. Los lugares con los que podemos interactuar están marcados de forma muy obvia con un brillo azul, así que en cuanto cogemos el estilo de la jugabilidad (en la primera arena) nos va a resultar muy sencillo seguir adelante de una forma muy directa sin posibilidad alguna de perdernos. Hay alguna pequeña sección que parece fomentar la exploración, con algunos bonus en forma de cajas de monedas a destruir, sin embargo el planteamiento principal, como decimos, es muy lineal.
La frescura llega en el momento en el que comenzamos a alternar personajes en labores de protagonismo. Así el segundo en aparecer en la campaña va a ser Bentley, que con su silla de ruedas resulta un héroe sorprendentemente móvil y ágil. Puede saltar y flotar en el aire con los propulsores de su silla, y también utilizar el lanzamiento de granadas para abrir algunas secciones del escenario. No obstante lo mejor del rol de Bentley es el hecho de que protagonizamos algunos minijuegos destinados a mejorar la variedad de la campaña. Por ejemplo algunos de los que vimos tenían que ver con el pirateo de un dispositivo, que se especificaba con un combate a bordo de un pequeño tanque con el que tenemos que disparar a objetivos y también intercambiar entre distintos accesorios para ir haciendo frente a distintos desafíos.
Con Murray, por el contrario, las cosas son más sencillas. El protagonista está marcado por su fuerza desmedida, lo que lo convierte en una auténtica mole capaz de recrear algunos combos de escasa complejidad. El combate nunca ha sido el fuerte de la serie precisamente, así que el hipopótamo puede lanzar con el cuadrado, dar pisotones con el círculo y estampar con el triángulo, con algunas combinaciones más o menos interesantes que podemos llevar a cabo mezclando el botón de salto con algunos de estos controles.
Como puede verse, Sly Cooper: Ladrones en el Tiempo es un juego que se siente muy cómodo sin salirse demasiado de los renglones de lo que la serie estuvo ofreciendo de manos de unos Sucker Punch, que ahora parecen más interesados en nuevas IPs como inFamous. Somos optimistas con el trabajo de Sanzaru Games por lo que hemos visto hasta ahora, y es que el título parece recoger lo mejor y más identitario de la franquicia y acompañarlo con un apartado visual tan resultón, vistoso y desenfadado como nos había venido acostumbrando en el pasado.