La actualización 2.4, que ha incorporado cambios y una nueva zona, han provocado problemas de rendimiento.
Los chicos de Blizzard se encuentran ya trabajando en la corrección de una serie de problemas detectados en las versiones de consola de Diablo III: Reaper of Souls tras la llegada del último parche, el 2.4, que incorpora muchos cambios además de una nueva área que explorar.
¿En qué consisten estas incidencias? Básicamente en caídas e irregularidades de rendimiento detectados en las versiones de PlayStation 4 y Xbox One para las que el propio estudio está recopilando información de cara a solucionaras aunque, las primeras impresiones, apuntan a que es algo que podría solucionarse haciendo más hueco en el disco duro de nuestra consola en caso de que vayamos algo justos.