Los creadores de Dishonored o Prey defienden que su atención por el detalle es fundamental.
Raphael Colantonio es el cofundador de Arkane Studios y también su presidente, y ha departido con el portal británico Eurogamer sobre algunas de las características principales de la forma que tienen en el estudio de plantear los videojuegos en uno de los puntos más reconocibles del estudio: su diseño de experiencias donde el aficionado sea quien tiene el control, y basadas en niveles de enorme complejidad donde hay un sinfín de alternativas.
"Son difíciles de hacer. Hay un montón de elementos invisibles en ellos, problemas que la gente no quiere resolver. Al final el tener en cuenta todas las posibilidades tiene más que ver con corregir un millón de problemas que con crear contenido propiamente dicho", expresó el ejecutivo. "Si echas un vistazo al esfuerzo que requiere el hacer ciertas cosas para que funcionen, son elementos de los que no te tendrías que preocupar si estuvieras haciendo otro perfil de videojuego. Al final es preguntarte constantemente: `¿qué pasará si el jugador hace esto o aquello?´".
"Otros juegos no se preocupan de todo esto y sencillamente siguen adelante, así que imagino que esa puede ser una de las razones por las que los estudios no acaban haciendo ese tipo de juegos. Y, por otro lado, además son propuestas difíciles de vender", explicó Colantonio. "No creo que otro distribuidor que no sea Bethesda nos pueda entender en este sentido porque ellos han tenido éxito llevando a cabo este tipo de videojuegos. Recuerdo cuando trabajábamos con otras editoras, que nos solían preguntar cosas como `¿por qué os preocupa esto? ¿para qué sirve? ¿en qué nos ayuda esto a vender el videojuego?´".