Misiones Principales
Guía de Metal Gear Solid 5: Episodio 50: [Extremo] Sahelanthropus
Autor: Juan José Romero
Volvemos a enfrentarnos a Metal Gear, esta vez en dificultad extrema. Prohibido el modo reflejo ni sombrero de pollo.
Esta es la última misión del juego y se nota. Procura mejorar tus armas explosivas al máximo antes de entrar en faena. El “Sahelanthropus negro” aguanta mucho más que su contrapunto normal, pero su comportamiento es el mismo. El combate tiene lugar carretera abajo; los desniveles servirán como parapeto. Como dijimos, necesitarás equiparte con un lanzamisiles. La armadura de combate también será útil; aquí no tiene sentido utilizar equipamiento de camuflaje o sigilo.
Establezcamos los patrones del Sahelanthropus: a media y larga distancia tiene dos ataques, las ametralladoras de su cabeza y el “látigo de archeas”. Sus ráfagas de balas se esquivan como cualquier otra: poniéndose a cubierto. El látigo a su vez tiene dos sub-ataques: el primero creará un cerco a tu alrededor que explotará a los pocos segundos. Libértate del cerco disparando a una de las rocas y escapando antes de la explosión. En el segundo las rocas te perseguirán; en este caso simplemente echa a correr tan lejos como puedas.
A corta distancia el ST usará el lanzallamas que lleva entre las piernas. Evita acercarte tanto, y si te prende fuego rueda en el suelo. A larga distancia se sirve de misiles, cápsulas de rastreo, y a veces de granadas gigantes. Todo se puede destruir en el aire antes de llegar a hacer daño. A mitad del combate una niebla rojiza de archeas reducirá mucho la visibilidad (las gafas de visión nocturna será útiles) y destruirá cualquier aparato metálico. Si vas a utilizar los tanques apostados por el camino, hazlo antes de llegar a esta fase.
El punto débil del ST-84 son los tubos blancos que salen de su torso y su parte trasera. Aprovecha para disparar al torso cuando saque su látigo. Además, puedes disparar a otras partes de su cuerpo para reducir su efectividad. Sabrás cuándo has destruido algo porque el deterioro será visible. Sin la esfera de su hombro mermará la precisión de sus misiles, atacar las piernas menguará la frecuencia de los mismos. Dañando los brazos le costará más sacar el látigo, haciendo lo propio con la cabeza, le costará más encontrarnos. No te preocupes por la munición; Pequod te lanzará suministros cuando vayan escaseando, así que no necesitarás pedir nada manualmente.
Cuando conectemos unos cuantos golpes, el Sahelanthropus cambiará de estrategia momentáneamente y nos buscará con el railgun. Este punto es crítico: un solo golpe nos matará, obligándonos a repetir todo el combate. Para evitarlo escóndete en algún recoveco de la misma ladera donde se posicione el Sahelanthropus, de manera que no tenga ángulo para fijarnos. Si no hay tiempo para esto, busca cobertura en alguna roca o desnivel.
Hacia el final del combate el Sahelanthropus se lanzará hacia nosotros activando automáticamente el modo réflex. En estos segundos olvídate de disparar al engendro mecánico y centra tu atención en el niño que baja justo enfrente. Cambia a tu arma principal no-explosiva (tienes tiempo de sobra) para que no te pille la onda expansiva y dispárale. Repite el proceso unas cuantas veces y el combate dará paso a una secuencia.
Objetivos Secundarios

Establezcamos los patrones del Sahelanthropus: a media y larga distancia tiene dos ataques, las ametralladoras de su cabeza y el “látigo de archeas”. Sus ráfagas de balas se esquivan como cualquier otra: poniéndose a cubierto. El látigo a su vez tiene dos sub-ataques: el primero creará un cerco a tu alrededor que explotará a los pocos segundos. Libértate del cerco disparando a una de las rocas y escapando antes de la explosión. En el segundo las rocas te perseguirán; en este caso simplemente echa a correr tan lejos como puedas.
A corta distancia el ST usará el lanzallamas que lleva entre las piernas. Evita acercarte tanto, y si te prende fuego rueda en el suelo. A larga distancia se sirve de misiles, cápsulas de rastreo, y a veces de granadas gigantes. Todo se puede destruir en el aire antes de llegar a hacer daño. A mitad del combate una niebla rojiza de archeas reducirá mucho la visibilidad (las gafas de visión nocturna será útiles) y destruirá cualquier aparato metálico. Si vas a utilizar los tanques apostados por el camino, hazlo antes de llegar a esta fase.

Cuando conectemos unos cuantos golpes, el Sahelanthropus cambiará de estrategia momentáneamente y nos buscará con el railgun. Este punto es crítico: un solo golpe nos matará, obligándonos a repetir todo el combate. Para evitarlo escóndete en algún recoveco de la misma ladera donde se posicione el Sahelanthropus, de manera que no tenga ángulo para fijarnos. Si no hay tiempo para esto, busca cobertura en alguna roca o desnivel.
Hacia el final del combate el Sahelanthropus se lanzará hacia nosotros activando automáticamente el modo réflex. En estos segundos olvídate de disparar al engendro mecánico y centra tu atención en el niño que baja justo enfrente. Cambia a tu arma principal no-explosiva (tienes tiempo de sobra) para que no te pille la onda expansiva y dispárale. Repite el proceso unas cuantas veces y el combate dará paso a una secuencia.

Objetivos Secundarios
- Cabeza de Sahelanthropus destruida. Dispara a la cabeza hasta que empiece a echar humo.
- Golpea exitosamente con un ataque al chico que flota. Como dijimos más arriba, dispara al niño cuando el Sahelanthropus se abalance sobre nosotros.