El nuevo contenido descargable para The Legend of Zelda: breath of the Wild, Las Pruebas Legendarias, permitirán al jugador enfrentarse a peligrosos retos para obtener todo tipo de jugosas recompensas. En concreto, El Santuario de la Espada te permitirá mejorar tu Espada Maestra para que a partir de ese momento no pierda nunca su energía, además de mejorar su estadística de daño.
Pero conseguirlo lo resultará fácil. El Santuario de la Espada te hará enfrentarte a un buen número de difíciles enemigos con el mínimo de equipamiento, lo que te obligará a exprimir tus recursos y tus estrategias. Para comenzar esta prueba debes dirigirte al punto del bosque donde encontraste la Espada Maestra la primera vez y allí, volver a clavar la espada en su ubicación original. Viajarás a un misterioso espacio donde deberás enfrentarte a muchos enemigos equipado tan solo con lo que encuentres allí. Despídete de tu armadura y tu bonita colección de flechas.
Te damos una serie de consejos para facilitar tu paso por los tres niveles de esta prueba, pero que también puedes aplicar durante durante todo tu viaje.
Empieza a tope - Toda ayuda que puedas procurarte desde el principio será poca. Así que, al igual que hace el propio juego, te proponemos que encares esta prueba con todo los corazones, anillos de resistencia y espacio de inventario que puedas. No se trata de un reto para jugadores primerizos, así que antes de enfrentarte a esta prueba legendaria trabaja tus estadísticas en el juego normal.
Reserva tus mejores armas - Seguramente te verás tentado con abrirte paso entre tus enemigos a golpe de espada. Pero en esta prueba te esperan algunos enemigos muy poderosos a los que no podrás derrotar con un simple palo. Así que guarda tus armas más efectivas para esos combates y procura solucionar el resto de peleas con ingenio y otro tipo de recursos. Esto mismo se aplica a los escudos y las flechas. Utiliza tus armas contra aquellos enemigos que de verdad supongan un peligro.
Bombas, metales y piedras - Para suplir tus armas te recomendamos que utilices otros recursos que encontrarás en tu aventura. tu capacidad de crear bombas es una habilidad inapreciable. Una fuente inagotable de proyectiles y trampas explosivas de gran potencia con las que podrás borrar del escenario a tus enemigos. También puedes recurrir a otros objetos que puedes usar como armas: cajas de metal que puedes desplazar con tu poder magnético o piedras que puedes arrojar contra las desprevenidas criaturas enemigas. Utilizalas para evitar el desgaste de tus armas.
Maestro Ninja - El sigilo será tu mejor arma. Procura acercarte sin hacer ruido, y ataca por la espada siempre que te sea posible. Sabemos que habiendo pasado tanto tiempo en Hyrule le has cogido cariño a los bokoblins, pero no dudes en acabar con ellos de la manera más rápida y efectiva que puedas. Se trata de una cuestión de supervivencia.
En busca del fuego - El fuego es un poderos aliado. Provocar incendios de manera estratégica te permitirá trazar emboscadas, pero también incendiar armas y flechas. Un recurso más que puede sacarte de más de un apuro. Un fuego te permitirá también cocinar alimentos, lo que mejorará sus resultados al consumirlos. No mezcles ingredientes con efectos que se puedan solapar. Utiliza siempre cinco ingredientes para que el plato preparado resultante tenga la mayor potencia posible
No dejes nada atrás - Con las pocas herramientas con las que podrás contar para superar este riguroso santuario no debes menospreciar nada de lo que encuentres. Una sencilla rama que no mirarías dos veces durante una partida normal puede resultar un arma muy útil aquí dentro. Guarda todo lo que encuentres, no sabes si podrás necesitarlo más adelante. Una simple manzana puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Ve con todo - Como consecuencia del consejo anterior, seguramente llegues a los últimos momentos de esta aventura cargado de objetos. Si consigues superar la prueba no podrás llevarte de vuelta a Hyrule ninguno de estos ítems. Así que cuando lleguen los últimos momentos de esta misión, no te guardes nada. Y no olvides tu premio a la salida.
