La extensa carrera de Clint Eastwood como actor y director está muy lejos de asemejarse a la de otros compañeros de profesión. Hay quienes dicen que en realidad fue su trabajo como militar y un catastrófico accidente de avión los que le encaminaron a Hollywood, pero aunque sí es cierto que fue militar, y también que estuvo a punto de perder la vida tras estrellarse en la costa de California, su llegada al estrellato tiene matices. De hecho, es lo que se conoce como conexión falsa.
Pese a lo jugoso de atar dos elementos aislados para hacer que una historia sea aún más increíble, el salto de Clint Eastwood al mundo del cine fue algo más complejo y no fruto de una curiosa casualidad. Su juventud hasta dar el salto a televisión en la serie que le catapultó a la fama es lo suficientemente interesante como para que no tengamos que inventarnos eslabones que aten esa cadena.
"Estuve horas en el agua… era zona de cría de tiburón blanco"
El plan de dedicarse al mundo del cine nunca fue una prioridad para Eastwood, que fue encadenando trabajos pasando desde una serrería hasta una gasolinera hasta que, tras trabajar como monitor de natación, durante la Guerra de Corea llega a Fort Ord como socorrista e instructor. Es entonces cuando el actor y director reconoce haber vivido "una experiencia pavorosa".
Lo que debía ser un vuelo convencional en un avión militar en el que viajaba como pasajero junto a otro compañero, a mitad de camino empezó a quedarse sin combustible y el piloto tuvo que aterrizarlo en el agua en un mar plagado de niebla y olas. Aunque ambos salieron ilesos del accidente, la situación estaba lejos de ser la ideal: "estuve horas en el agua… era zona de cría de tiburón blanco".
Tras ser separados por el oleaje, Eastwood cuenta que mientras el aparato se hundía y parecía cada vez más evidente que nadie iba a rescatarlos, tuvo que nadar hasta la playa ayudado de una pequeña balsa y fue caminando hasta la estación de radio más cercana para avisar del accidente. Es entonces cuando se cuenta que, por lo espectacular de lo sucedido y su audacia, la televisión y la prensa acudió para inmortalizar la hazaña y de ahí surgió la atención de los estudios.
Aunque todo lo anterior es cierto, de esa última parte no hay registro alguno. De hecho, si el accidente ocurrió en 1951, no fue hasta 1954 que, a través de un contacto de Fort Ord, fue presentado a un cámara que lo llevó a una prueba en Universal. Sin embargo, su cara y dicción no terminaban de convencer, así que estuvo dando tumbos por el mundillo hasta que, de la mano de otra productora a finales de los 50, consiguió dar el salto a televisión y, a mediados de los 60, saltó al cine de la mano de Sergio Leone.
Si bien es cierto que hay cierta relación entre la carrera militar de Clint Eastwood y su salto al mundo del cine, la idea de que el accidente fue lo que le catapultó a la fama es un simple adorno forzado para convertir su carrera en algo más espectacular de lo que ya es. La perfecta mezcla de cómo a menudo la desinformación se agarra hasta a los detalles más pequeñitos para dar forma a un titular que no tiene nada que ver con lo que realmente ocurrió.
Ver 1 comentarios