Que la Generación Z está hecha de otra pasta era algo que ya sabíamos, pero el reciente estudio de Intelligent acaba de demostrar hasta qué punto. El problema no es sólo que las cifras desveladas reflejan no sólo que el 27% de los jefes están empezando a descartarlos en proceso de contratación, sino que el 18% de los mismos incluso ha llegado a plantearse dejar su trabajo para evitar el estrés que les produce intentar controlarlos.
La razón detrás de ese choque con la Generación Z, como casi todos los problemas que nos rodean hoy en día a nivel social y económico, apunta hacia la pandemia. El trabajo remoto y la falta de oportunidades durante aquella época evitó que esos jóvenes pasasen por un proceso crucial en el inicio de la vida laboral que ahora empieza a hacer mella en sus jefes.
La frustración, estrés y burnout provocada por la Generación Z
El estudio, realizado entre 1.000 jefes y managers estrechamente relacionados con empleados de la Generación Z, destaca que el 51% de ellos se han sentido frustrados alguna vez al tener que lidiar con esos mismos jóvenes. Las cifras de ejemplo, aunque en decadencia respecto a ese porcentaje, no se quedan sólo ahí ni en números ni en la gravedad de los problemas derivados de esa experiencia.
El 44% reconoce haber sufrido situaciones de estrés, el 31% se ha mostrado decepcionado, el 27% asegura que se ha aumentado la carga de trabajo, 26% ha necesitado ayuda externa al grupo para poder salir adelante, el 20% los relaciona con un problema de productividad de la compañía, y el 16% ha sufrido el burnout en sus propias carnes. Todos esos problemas apuntan a la Generación Z, pero la causa está lejos de ser intrínseca a sus genes. Todo se reduce al hecho de haber nacido en cierta época.
Tal y como comentábamos, los efectos de la pandemia evitaron que esos mismos jóvenes superasen un proceso crucial durante sus primeros años de la vida laboral que resultan cruciales para abrazar habilidades relacionadas con la comunicación, la gestión del tiempo, el trabajo en equipo y, especialmente, la experiencia práctica necesitada para aterrizar todos los conocimientos teóricos que indudablemente tienen.
Que trabajadores de otras generaciones choquen con ellos, más allá de las quejas alrededor de su compromiso, la ética del trabajo respecto a otros compañeros, y un uso excesivo de sus teléfonos en horario laboral, es un inconveniente que puede llegar a solucionarse tan pronto se comprende que todo se reduce a un problema de empatía.
Pasar por ese proceso de trabajar con ellos ha enseñado a esos mismos jefes que, precisamente por esa falta de experiencia, las jóvenes generaciones precisan de más tiempo y recursos según el 75% de los encuestados. El 44% asume que, para evitar acrecentar el problema, la respuesta es tan simple como estar más encima de ellos y ofrecer el feedback constante que no han tenido hasta el momento.
Imagen | ThisisEngineering
En 3DJuegos | La Generación Z ha abrazado el throning, y el 27% de los jóvenes reconoce haberse sentido utilizados por esta tendencia
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