Pese a que los bulos se han convertido en parte de nuestro día a día por culpa de internet y las redes sociales, salpicando desde desastres como la inundación de Valencia hasta convirtiéndose en pilares de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el concepto lleva acompañándonos desde hace siglos. De hecho, el mayor bulo de la historia, y también el más exitoso por el alcance y magnitud de su influencia, se lo debemos a la Edad Media.
Si discernir entre información veraz y falsa es un problema a día de hoy pese a todas las fuentes que están a nuestra disposición, imaginad hasta qué punto un bulo bien orquestado podía llegar a resultar demoledor entre campesinos que sólo se enteraban por boca de otros. Tal y como ocurre en la actualidad, cuando las noticias provenían de una figura autoritaria no se dudaba en tomarla como cierta, y hubo un rey que supo aprovechar esa oportunidad con catastróficas consecuencias: Felipe el Hermoso de Francia.
Los bulos en la Edad Media
Corría el año 1307 y Francia se encontraba en una situación muy delicada a nivel financiero. Por aquél entonces su rey, Felipe IV, también conocido como Felipe el Hermoso, había entrado en una espiral de deudas que consiguió poner en jaque a su economía y amenazaba con desestabilizar su mandato.
A los gastos relacionados con las múltiples campañas militares que mantenía en su constante guerra contra Inglaterra y Flandes, en las que Felipe IV no siempre salió victorioso acrecentando aún más el problema, las malas cosechas y una acusada crisis económica derivada de las mismas hizo que la escasez de alimentos y el aumento de los precios redujese los impuestos que podía recolectar entre la población.
Para mantener a salvo sus arcas y mantener su posición, el rey francés acudió a distintos prestamistas hasta que terminó ahogado por las deudas. La única solución que le quedaba era volver a hacerse rico de la noche a la mañana, así que para conseguirlo pensó que, si se deshacía de uno de esos acreedores y además se hacía con el control de sus posesiones, no tendría que volver a preocuparse por el dinero. A partir de entonces, los Caballeros Templarios se convirtieron en su principal objetivo.
Convertidos en el banco de Europa cuando aún no existían los bancos, lo que inició su andadura como un pequeño grupo de caballeros a medio camino entre los guerreros y los monjes, los Caballeros Templarios llegaron a acumular grandes riquezas. Sin embargo, también eran uno de los grupos más queridos entre la población por sus gestas. Acabar con ellos en plena crisis financiera no iba a ser fácil.
Francia contra los Caballeros Templarios
Creada en 1119, el grupo nació como La Orden de los Pobres Compañeros de Cristo del Templo de Salomón, lo que derivó finalmente en la Orden del Temple y el nombre de los Caballeros Templarios bajo el que hoy se conoce. Mientras mantenían voto de pobreza, castidad y obediencia, su objetivo era acompañar y proteger a los cristianos que querían acudir a Tierra Santa, que por aquél entonces se mantenía bajo control musulmán.
Por sus idas y venidas con la bendición del Papa, la Orden del Temple fue tejiendo una red de influencia e infraestructuras que les permitió construir grandes fortalezas para proteger a quienes decidiesen emprender el viaje y que, a la larga, también se convirtió en una inmensa ruta comercial que les ayudó a conseguir aún más bienes. Sin embargo, su voto de pobreza les impedía enriquecerse, así que aprovecharon aquél dinero para crear también un sistema de préstamos y transacciones al que terminó acudiendo Felipe IV.
Tras enfrentarse a la iglesia en busca de que los curas y monjes franceses pagasen impuestos, Felipe el Hermoso envió a Roma una comitiva destinada a capturar al Papa que terminó provocando su muerte por culpa del estrés. Después, utilizó su influencia para colocar un Papa francés que le ayudó a trasladar la sede papal hasta Aviñón. Una vez allí, aprovechó ese poder para cargar contra los Templarios.
Para desestabilizar a la Orden, Felipe IV empezó a esparcir bulos entre la población para constatar que se habían corrompido por el poder y el dinero, difundiendo rumores sobre cómo los Caballeros Templarios participaban en rituales secretos, se habían vuelto herejes y practicaban constantemente actos impuros mientras escupían sobre la imagen de la cruz.
Cómo se creó el mayor bulo de la historia
Tras ordenar la detención de los Templarios que se encontrasen en suelo francés, se valió de la tortura para conseguir confesiones forzadas que validasen esos crímenes falsos y, en consecuencia, obligó al Papa a disolver la Orden del Temple en 1312, derivando en una persecución de los caballeros que terminó con muchos de ellos en la hoguera.
Ganándose a otros nobles prometiéndoles parte del pastel para que apoyasen su causa con más bulos y difamaciones, el rey terminó haciéndose con el control de las propiedades de los Caballeros Templarios en Francia y solventando su crisis financiera transfiriendo parte de los bienes a una nueva Orden, la de los Hospitalarios que actuaban bajo su paraguas.
Como resultado, aquél se convirtió en el primer gran bulo de la historia y, de hecho, aún se considera el más demoledor e influyente que se ha visto hasta la fecha. Si os interesa especialmente cómo se desarrolló, el mundo del cine y la televisión ha abrazado la trama en no pocas ocasiones.
Una de las últimas fue Knightfall, que tras nacer en History Channel pasó por HBO y Apple TV para contar cómo la búsqueda del Santo Grial se frenó por culpa de Felipe el Hermoso de Francia de la mano de actores como el Jeremy Renner de Marvel o el Mark Hamill de Star Wars.
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