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Super Meat Boy
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Foro Super Meat Boy
Por Okret368
Hace 10 años / Respuestas: 0 / Lecturas: 517

Super Meat Boy: Super Meat Boy: un clásico que cumple tres años

Uno de los mejores juegos indies de la historia, Super Meat Boy, está de aniversario, aunque parezca mentira cumple ya tres años. Éste juego salió al mercado en descarga digital en Xbox Live Arcade el 20 de octubre de 2010, el 20 de noviembre sería publicado también en windows. Además, coincidiendo con éste tercer aniversario tenemos una oportunidad única para comprarlo rebajado ya que se encuentra en las Ofertas de entre semana de steam a sólo 2,79€.

Super Meat Boy: un clásico que cumple tres años
Aprovechando éste aniversario vamos a repasar un juego que sin duda debería estar en la biblioteca de juegos de cualquier buen gamer que se precie de serlo, por muchas razones Super Meat Boy es sin duda uno de los mejores plataformas jamás creado.


Tres años, tan poco y tanto tiempo a la vez.

Para algunos tres años puede resultar una minucia, pero en el mundo de los videojuegos es una eternidad, en tres años hay evoluciones brutales a nivel gráfico en el mundo Triple A, lo que hace tres años eran buenos gráficos ahora reultan ridículos, la evolución no suele ser tanta a nivel jugable, pero en tres años se publican miles y miles de juegos que colapsan el mercado.


Entrando en materia, tres años en el mundo indie es un salto aún más radical, recordemos que la historia moderna del videojuego indie tiene su comienzo oficial allá por 2007, con la aparición de Braid entre otros videojuegos que por primera vez se convertían en verdaderos superventas. Por lo tanto, podemos decir que prácticamente ha pasado la mitad de la vida de ésta industria desde que fue publicado Super Meat Boy. 

Y aunque es cierto que habían pasado varios años desde que empezaron a aparecer los primeros indies de éxito, lo cierto es que ni mucho menos desarrollar un videojuego había pasado a ser un camino de rosas. En los últimos años, sobre todo gracias al auge del crowdfunding la cosa se ha hecho un poco más sencilla, sigue sin ser un camino fácil, pero al menos existe un apoyo económico al mundo indie a través de éstos "micromecenazgos". Cuando Super Meat Boy estaba en desarrollo el tema era bastante más complicado, ésto lo podemos ver muy bien reflejado en el documental, muchas veces mencionado en éstas páginas, Indie Game: The Movie. Dos años de duro desarrollo, problemas psicológicos causados por el estrés, hipotecas, pérdida total de vida social... En gran parte ésta sigue siendo la dura vida del desarrollador independiente, un camino duro y difícil que en ocasiones, pero no siempre, lleva al éxito. 


Un plataformas en mayúscula.

Ok, Super Meat Boy casi les cuesta más de un disgusto a Edmund McMillen y Tommy Refenes, artista y programador respectivamente, pero su creación es mayúscula en todos los sentidos. Super Meat Boy se ha convertido en referencia dentro del panorama del videojuego en general, una verdadera apoteosis de jugabilidad y buen hacer. Desde entonces se ha convertido en el "canon" de cómo debe ser un plataformas. 

Cuando hablamos de Super Meat Boy sin duda una de las primeras palabras que nos viene a la mente es dificultad, pero poca gente conocerás que no ame éste juego pese a su inmensa dificultad, sin duda es uno de los videojuegos actuales más difíciles a los que te puedes enfrentar, tanto es así que recuerda más a los videojuegos arcade de los años 80 y principios de los 90 que a los juegos actuales. Fue una apuesta realmente arriesgada, introducir un juego de una dificultad extrema en los dispositivos de juego de los jugadores modernos no es tarea fácil. El jugador moderno está acostumbrado a los puntos de salvado constantes, a que la vida se cure automáticamente, a que la máxima dificultad de un plataformas sea medir bien un salto.

Entonces ¿por qué Super Meat Boy ha sido un rotundo éxito? La razón es muy simple: haz que un juego tenga una jugabilidad perfecta y el jugador ignorará la dificultad y se centrará en jugarlo una y otra vez. Los jugadores que ya tenemos unos años conocemos bien esa norma, es la que tenían los viejos juegos de recreativa, auténticos "tragamonedas" a los que jugabas una y otra vez ¿por qué? pues muy simple, porque el juego te animaba a jugar gracias a una jugabilidad  y un diseño absorbente, es lo que hizo de juegos como Metal Slug absolutos éxitos, sabes que puedes hacerlo mejor y quieres hacerlo, no importa si para ello gastas una moneda más.

Por suerte Super Meat Boy no es un arcade, no me quiero imaginar la de monedas que tendría que gastar para acabármelo. Morirás una y mil veces, pero no importará, porque es una delicia, los controles está increíblemente bien pulidos, saltarás la distancia que tu decidas, atravesarás un escenario enorme, esquivando cuchillas, deslizándote sobre paredes y saltando justo en la plataforma rodeada por un inmenso abismo, pero eso si, el más mínimo fallo supondrá tu muerte y ¡a volver a empezar! No importará, sabes que puedes hacerlo mejor y más rápido.

Mas rápido, porque sí, el juego invita a ser frenético, ¿puedes hacerlo despacio? si, pero no querrás, querrás hacerlo más rápido, superarte a ti mismo. En éste sentido se parece más a un Sonic que a un Mario, con la diferencia de que Meat Boy es Usain Bolt frente a un abuelo en silla de ruedas llamado Sonic, porque los que jugamos a Sonic recordaremos esos momentos de "fase lenta", de ir despacito o morir, de esperar a que suba la plataforma. Eso no pasa en Super Meat Boy, siempre habrá una manera de hacerlo más rápido, porque si, hay diferentes maneras de completar una misión, cada jugador es un mundo. Ésto es gracias a un diseño de niveles insuperable, simplemente Super Meat Boy se ha convertido en el estándar de lo que debe ser el diseño de niveles, una perfecta coreografía a la que sólo tienen alcance unos pocos, aquellos que denominamos genios.


Mucho más que diversión.

Super Meat Boy no es solo jugabilidad, los que me conocéis sabéis que me gusta descubrir en los videojuegos algo más allá de su aspecto jugable y Super Meat Boy destaca en muchos otros factores, tanto a nivel artístico como conceptual.

Lo primero que llama la atención en éste sentido es sin duda su acabado visual, obviamente es un juego que se enclava dentro del género de las plataformas en dos dimensiones de estilo pixel-art. Y sin duda en éste sentido destaca sobremanera, ya conocemos el buen hacer de Edmund McMillen, tanto en multitud de juegos flash como el propio Meat Boy o Aether, como también en productos más profesionales, como Gish o su juego más reciente hasta la fecha, The Binding of Isaac.

Es increíble el nivel de detalle de Super Meat boy, llama la atención por ejemplo la distancia con el protagonista, que es minúsculo en el inmenso mapa. Y es que pese a su aspecto retro, apecto retro que por cierto se fomenta en algunas de las misiones ocultas, sin duda Super Meat Boy es hijo de su tiempo, habría sido muy complicado realizar un juego así en una época en la que las pantallas tenían resoluciones realmente bajas, en éste juego miles de píxeles inundan nuestra pantalla.  Además tiene un estilo visual muy particular que, como suele pasar en los juegos de McMillen, nos introduce en un mundo para nada acogedor repleto de trampas, cuchillas, pinchos, ríos de jeringuillas, sal... ¡Si, sal! ¿y qué tiene de peligroso la sal? Pues básicamente lo tiene, ya que somos el ser más indefenso posible, un chico hecho de carne, sin piel ni vestimenta, indefenso ante las inclemencias del hostil mundo que le rodea. un mundo creado por nuestro enemigo, el doctor Fetus, un feto dentro de una especie de autómata que lo protege, él está protegido, pero odia a todo el mundo y por encima de todo odia la relación de simbiosis entre Meat Boy y su novia Bandage Girl, una chica hecha de vendajes. Super Meat Boy no sólo ama a Bandage Girl, sino que la necesita, sus vendas son la única protección ante el hostil mundo que le rodea. Es decir, tras ese aspecto simple se esconde una historia de amor mucho más adulta que la que suele ser habitual en el videojuego comercial. Frente a Super Mario por ejemplo, que siempre debe rescatar a una princesa, con enemigos amables y tontorrones, Super Meat Boy nos enfrenta a la realidad de un mundo muy hostil del que Meat Boy sólo se siente a salvo gracias a su amor, Bandage Girl. ¿Quizás es autobiográfico? Los que somos creadores sabemos que es imposible desapegar nuestras creaciones de nuestras propias vivencias. Por lo tanto, la próxima vez que juguéis a Super Meat Boy recordad que es mucho más que simple diversión, es una reflexión sobre la crueldad del mundo real.

Super Meat Boy ha significado un nuevo canon a la hora de hacer plataformas, ha innovado y ha sabido ser único. Pero, os voy a contar un secreto, en el arte siempre hay una inspiración, el arte siempre está repleto de maestros y Super Meat Boy es un gran ejemplo de ello. El número de referencias a viejos videojuegos, a juegos de compañeros indies, como Bit Trip Runner o el propio Braid y a elementos de la cultura popular de internet como los memes, es simplemente innumerable. Como buena obra de arte sabe respetar a sus maestros, no niega sus orígenes. ¿Qué mas se puede pedir?

Como habéis visto a lo largo de éste artículo, Super Meat Boy es mucho más que simple diversión, por algo se encuentra, de manera indudable, en el Olimpo de los videojuegos indies, allá donde sólo unos pocos elegidos, auténticas obras maestras como Limbo, Minecraft o Fez, han llegado. Así que ya sabéis, la próxima vez que juguéis a Super Meat Boy, miradlo con otros ojos y si aún no habéis jugado ¿a qué esperáis?.

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