Dragon Age: Inquisition: EN SU EXPERIENCIA, al fnal, tuvo recortes en PS3?

KaminariDark2230Hace 9 años1

Recortes???  tiene lo mismo que las otras versiones solo que peores graficos y algo de popping, sigue siendo perfectamente jugable.

Ayudaplz372Hace 9 años2

Claro como la de diablo 3 ros de ps3 un ejemplo, q hay menos mountrous juntos y la verdad no se si tiene la misma cantidad de relatos en audios y mazmorras q la de pc, no se si aca en dragon age estaran recortadas las secundarias, codice o bestiario como te das cuenta si no has jugado la de ps4 :/
EDITADO EL 02-01-2015 / 06:37 (EDITADO 1 VEZ)

Amv44852Hace 9 años3

@Ayudaplz todo el contenido está ahí, eso si, la calidad gráfica es menor, sufre de algo de popping y podría estar mas pulido en algunos aspectos, además de tener unos tiempo de carga realmente largos, pero aún con esto el juego es perfectamente jugable y muy recomendable, realmente es bastante estable para la cantidad de cosas que mantiene ¨cargadas¨ a la vez, ya que una vez entras en una zona no hay tiempos de carga.
No te preocupes, no han echo lo mismo que se hizo con el Shadows of Mordor, todo lo que ofrece el juego lo tienes en consolas old-gen íntegramente, lo único que no hay es la opción de las cicatrices en el creador de personajes porque la consola no las puede texturizar adecuadamente en old-gen.

William--Wallace31294Hace 9 años4

Yo no hablaría de recortes, porque los recortes (en este caso en gráficos) son un hecho que se justificarían para que el juego lo moviese la Ps3, pero....

...., en el caso de DAI en Ps3, yo hablaría de INACABADO, es decir, los errores de popping, carga de texturas tardía, fallos de sonido, etc..., es todo fruto de no darle más recursos en tiempo y en trabajo.

Vamos..., que hay errores que a mi no me convence de que sean recortes, por ejemplo las cargas de texturas tardía es porque a Bioware no le ha salido de los cojon#s o ha sido presionada por los directivos para arreglar esto antes de sacarlo a la venta.

De ahí muchas veces mi enfado, porque se ve que su afán lucrativo va en contra de los intereses legítimos de los consumidores, nada más ni menos que recibir un producto decente por el que se ha pagado.