En verdad, el vómito no era más que una fachada.

Buenas tardes, mis escépticos lectores, hoy vengo a relatarles la continuación de mi pesar, secuela de la vergüenza (para ustedes ajena). 

Como todos, y si no la gran mayoría, sabrán, hará un par semanas sufrí un pequeño percance relacionado con mi novia el cual provocó que ella dejara de hablarme e, incluso, mirarme con afecto. Para todos los insensatos que todavía no sepan a qué me refiero, aquí les dejo un link: [url=https://www.3djuegos.com/foros/tema/51909361/0/una-ligera-metedura-de-pata-me-ha-llevado-a-pediros-ayuda/]Parte 1[/url]

Pasados unos días de publicar el tema donde explicaba lo ocurrido, decidí zambullirme en la amalgama de comentarios que muchos de vosotros escribisteis en busca de quienes se prestaron a opinar constructivamente. Para mi fortuna, di con un par de réplicas las cuales me dieron qué pensar, puesto que en el fondo compartía (ligeramente), aquellas opiniones y a lo que ellas se referían:





Aunque no quería darle más bombo al asunto, no podía negar que su reacción, como unos cuantos ya comentasteis, fue demasiado severa para conmigo siendo yo un mero actor inconsciente (en el sentido literal de la palabra) dentro de toda esta “ida de olla”, por lo que decidí tomar cartas en el asunto y el jueves pasado le increpé acerca del comportamiento que había adoptado hacia mi persona durante lo que llevaban siendo ya 11 días de puro incordio.

—[i]¡Sara![/i] —cogí el mando de la TV y la apagué, dejándonos a los dos en mitad del salón en el más absoluto silencio hasta que de repente este fue interrumpido por el atronador alboroto procedente del exterior. Eran las 8 de la noche. —[i]Dime la verdad ya, esto no lo haces solo por lo del vómito, ¿no es así? Te traes algo entre manos y hoy me lo vas a contar.[/i]

Con sus ojos clavados en los míos, dijo: —[i]Carlos…., ¿por qué no te callas?[/i] —repentinamente, me sentí confuso, perplejo, noté mi masculinidad siendo azotada como nunca antes, pero en lugar de venirme abajo, volví a increparle.

—[i]¿Qué está pasando, eh? Dime, ¿por qué te estás comportando así conmigo?[/i]

—[i]¿No es obvio?[/i] —su tono mordaz y agresivo se mantuvo. — [i]He perdido el interés en ti, ya no me satisfaces como cuando nos conocimos. Tus besos no saben a nada, tus caricias las siento como cuchillas rasgando mi piel y nuestros polvos valen menos que masturbarme por mi cuenta, y sí, aproveché lo del vómito para zafarme de ti estos días porque ya no aguantaba tenerte a mi lado las veinticuatro horas, para eso ya basta haber estado compartiendo el piso contigo estos dos últimos meses.[/i]

No puedo decir que me sorprendiera tal revelación, pero sí diré que me dolió la franqueza y dureza con las que expuso sus argumentos.

—[i]Pero…, yo pensaba que te gustaba[/i] —expresé con honestidad lo que en ese momento pasaba por mi cabeza.

—[i]Sí, eso era cierto, me gustabas…, pero ya no.[/i]

—[i]¿Desde cuándo?[/i] —le pregunté aún incrédulo.

—[i]Pues harán unos tres meses.[/i]

—[i]¿Y por qué no me dejaste entonces, antes de que ocurriese todo esto ([b]con respecto al Estado de Alarma[/b])?[/i]

—[i]Aquí se vive bien, ¿por qué iba a ser si no?[/i] —aunque prestaba atención a sus ridículas respuestas, no lograba evitar pensar en otra cosa que no fuera la inexpresividad que denotaban su voz y gestos. —[i]Con suerte, cuando Madrid entre el lunes en la Fase 1, me marcharé e instalaré un tiempo en la casa de mis padres en Toledo. En resumen, dejarte en paz, ¿te parece bien?[/i]

—[i]Vale[/i] —contesté tímidamente en voz baja, concluyendo así nuestra discusión…, si es que se le puede llamar así.

Ahora bien, imaginaos la sorpresa que nos llevamos un día más tarde cuando a través de la rueda de prensa de Fernando Simón se anunció que Madrid todavía no pasaría a la Fase 1 esta semana. La frialdad del momento no puedo describirlo con palabras, ella tenía sus maletas a medio hacer y yo ya había dejado reservado un dinero para gastar en páginas de ligue, pero nuestros planes se fueron al traste en un abrir y cerrar de ojos.

Ya han pasado casi siete días desde que ocurriera aquello, y seguir viéndola tumbada en el sofá cada uno de estos me ha hecho darme cuenta de que a lo mejor el amor no es tan bonito como lo pintan las películas, ¿quién puede garantizarme de que la próxima mujer que conquiste mi corazón no lo hará añicos un año después? Supongo que nadie.

En fin, espero que les vaya mejor que a mí en esta cuarentena, y no duden en que les actualizaré sobre mi historia más adelante.

Hasta pronto.
Novia, Cuarentena y Ruptura
EDITADO EL 20-05-2020 / 20:03 (EDITADO 1 VEZ)