Si eres de los que para prepararte una tostada inicias una reacción en cadena con mecanismos rematadamente locos y complicados estás de enhorabuena, pues Crazy Machines Elements te permitirá emular al gran Rube Goldberg en este ingenioso, aunque algo limitado, juego de puzles.
Seguramente a muchos de vosotros no os suene de nada el nombre de Rube Goldberg, pero si hablamos de los ingeniosos Efectos Mariposa de Marron en el programa de televisión El Hormiguero, seguramente os haréis una idea del tipo de juego con el que os vais a encontrar en este Crazy Machines Elements. Un título que toma prestadas las ideas de las tiras cómicas de Goldberg, bautizadas con el nombre de Inventions of Professor Lucifer Corgonzola Butts, para presentarnos una sucesión de más de 130 rompecabezas en los que deberemos combinar todo tipo de objetos para cumplir con las acciones demandadas.
¡Sé ingenioso!
Para encender una vela puedes coger un mechero y prender la mecha, o impulsar una pequeña pelotita a través de un rebuscado circuito que concluirá, tras desencadenar una reacción en cadena, con un vehículo teledirigido guiando a la vela hacia la llama que prenderá su mecha. Y esto es precisamente lo que tendremos que hacer en este Crazy Machines Elements, un juego que nos plantea finalizar la construcción de este tipo de ingenios mecánicos utilizando todo tipo de objetos comunes para cumplir con una serie de objetivos.
Cuerdas, gomas, tablas de madera, cajas, poleas, plataformas móviles… la cantidad de objetos que se nos irán presentando a lo largo de la partida resulta realmente impresionante, aunque lógicamente en cada puzle se nos ofrecerán los justos para completar el rompecabezas sin más. Y éste es sin duda uno de los aspectos que menos nos ha gustado del juego porque más que premiar el ingenio del usuario, parece apostar por su dotes adivinatorias a la hora de discernir en qué lugar y de qué modo debe colocar cada una de las piezas del inventario. Sí, es cierto que algunos puzles nos permiten dar con el resultado final de varias formas distintas, pero son los menos y para colmo, salirnos de lo establecido por los desarrolladores suele provocar que no recojamos los discos de oro que nos harán obtener la mejor puntuación en el nivel.
La mayoría de puzles pecan también de ser demasiado obvios, saltando a primera vista de qué modo debemos combinar los objetos del inventario para dar con la solución. Y en caso de que no sea así siempre podemos probar de mil y una formas distintas porque en Crazy Machines Elements tampoco se penalizan los errores, lo que le resta cierto atractivo a la hora de aumentar su componente de rejugabilidad. Eso sí, hay que reconocer algunos aciertos como la inclusión de objetos que reaccionan a determinados elementos como el fuego, el viento o la corriente, aportando así una mayor variedad y complejidad a los puzles. Y es que aunque la mayoría son, como decimos, bastante obvios y sencillos, también es justo reconocer que nos encontraremos con otros realmente ingeniosos que nos harán esbozar una sonrisa cuando los completemos.
Pero sin duda, es el modo desafío el que más aprovecha las virtudes de este título al plantearnos una serie de retos en los que, empleando el dinero que se nos concederá al inicio, deberemos adquirir los objetos necesarios para completar los rompecabezas. Por tanto, jugablemente no resulta tan encorsetado como los desafíos del modo historia, planteándonos retos mucho más impredecibles y sorprendentes. Opción que de haberse explotado mucho más habría hecho ganar muchísimos enteros a este título que también incluye un completo editor de niveles que nos permite crear rompecabezas imposibles siempre que el dinero nos lo permita (compramos las piezas con oro), pero que sin embargo no ofrece la opción de compartir nuestras creaciones con el resto de usuarios, lo que obviamente nos parece una ausencia importante.
Para terminar, hay que destacar que técnicamente hablando estamos ante un título correcto que muestra, sin demasiados artificios, una enorme cantidad de puzles ubicados en diversos entornos muy coloristas pero faltos de detalle. Sin embargo, el aspecto más importante, que es la física de los objetos con los que interactuaremos está muy bien trabajada, mostrando unos resultados bastante creíbles. Lo que sí echamos de menos es un mejor apartado sonoro que animara más la cosa en los momentos de meditación, cuando tratamos de dar con la respuesta a cada rompecabezas.
Ingenioso en algunos puzles y con una jugabilidad demasiado encorsetada en otros, Crazy Machines Elements es un muy buen juego de puzles que pese a contar con un planteamiento inicial muy imaginativo, termina cayendo en lo rutinario al presentarnos unos rompecabezas no excesivamente desafiantes que dejan demasiado poco a la imaginación de los jugadores, cuando precisamente éste debería ser el aspecto más cuidado en una obra como ésta.
