Podéis escandalizaros, pero Wii Play es, y probablemente acabará siendo, el videojuego más vendido de la presente generación de consolas. Por ello, Nintendo quiere repetir jugada con su sucesor, Wii Play Motion, que añade como accesorio un controlador Wii Remote Plus que intenta sacar propecho de doce minijuegos diseñados por hasta nueve compañías diferentes. Diversión "party casualizada" para otro -más que probable- éxito de ventas en la gran N.
El videojuego Wii Play (uno de los primeros que aparecieron para la sobremesa de Nintendo) no fue uno de los mejor recibidos por la crítica internacional. No obstante, sí que ha sido uno de los que más éxito han tenido en las tiendas: sus cerca de 27 millones de copias así lo atestiguan. Pero todo tiene una explicación, y más viendo su precio (50 euros). Sí, traía un mando incluido.
Por ello, a nadie debería extrañar que los japoneses quieran repetir jugada, esta vez con Wii Play Motion, una obra francamente mejorada con respecto a la anterior. Posee un mayor número de minijuegos (en total doce), desprende más originalidad y además, una vez alcanzada la pantalla de créditos, nos dimos cuenta de que está desarrollado nada más y nada menos que por nueve compañías.
Good Feel (Kirby's Epic Yarn), Prope (Let's Tap) o Skip (Chibi-Robo!) son buenos ejemplos de empresas que han participado y que han estado vinculadas a Nintendo, la cual ha supervisado el proyecto. Por tanto, esfuerzos no han faltado para traernos un producto completamente dirigido al público ocasional, simple en su concepto pero tentador en su propuesta, sobre todo si consideramos que por el precio de un Wii Remote Plus (rojo en este caso), obtenemos un videojuego y un controlador a la vez. Misma estrategia de mercado que la seguida con Wii Play y que seguramente volverá a dar buenos resultados económicos, aunque en este caso durante la recta final de vida de Wii.
12 minijuegos para tu nuevo wiimote
Wii Play Motion no inventa nada que no conociéramos en la blanca de Nintendo. Minijuegos con Miis como protagonistas, para desde uno hasta cuatro usuarios, que deberán tanto cooperar como competir a fin de conseguir las mejores puntuaciones y medallas en la docena de pruebas propuestas.
Lo más interesante del conjunto es que, por supuesto, cada uno de 12 minijuegos saca especial partido del Wii Remote Plus. Es cierto que no todos lo hacen con el mismo nivel de complejidad, algo fácilmente vislumbrable en, por ejemplo, "Helado apilado" (consistente en equilibrar un cucurucho mientras caen bolas de helado), "Guardahuertos" (el clásico juego de acertar con un martillo a topos que salen de agujeros), "Tiros por doquier" (basado en la puntería) o "Mii Pose Plus" (que nos hace girar el mando para encajar la figura de nuestro Mii en las siluetas propuestas).
Muchos minijuegos tienen el aliciente de que gozan de varios niveles -incluso basados en diferentes escenarios- y modalidades (como la contrarreloj). Algo muy de agradecer (se requieren casi dos horas para verlo todo), pero que no disimula el resultado final: demasiado sencillo y que no causará gran interés en los usuarios solitarios o tradicionales.
Sin embargo, no todo es negativo. Wii Play Motion representa una buena alternativa "party" dentro del catálogo de la consola. De hecho, todas sus pruebas incluyen alguna opción tanto competitiva (la más habitual) como cooperativa. Así, podemos citar "Parquelástico" (donde dos usuarios luchan por obtener la máxima puntuación con su Mii saltando por el escenario sin parar), o "A ras de agua" (con un máximo de cuatro jugadores, por turnos, lanzando una piedra plana sobre un lago para ver quién consigue el máximo número de botes).
Cierto es que Nintendo y compañía se podrían haber esforzado en lograr algo más de profundidad con algunos planteamientos, pero hemos de sentenciar que ha habido algunos minijuegos en que nos hemos visto sorprendidos por el aprovechamiento del Wii Remote Plus. Por ejemplo, "Mansión fantasmal" descansa en la idea de mover el mando por la habitación en busca de un fantasma que siempre se encuentra fuera de la pantalla, mientras que "Tesoro marino" nos invita a enroscar el controlador como si fuera una polea que hace ascender/descender a nuestro Mii en una aventura submarina en busca de un tesoro.
También existen propuestas muy interesantes como "Bolancín", que bajo la simple definición de balancear el wiimote de un lado a otro nos propone superar 30 niveles interactuando con una pequeña bola. Y tampoco hemos de olvidarnos de un minijuego ("1 globo, 2 globos") con el divertido concepto de dirigir a unos globos con sólo abanicar el controlador en el aire.
Por desgracia, y como suele ocurrir en estos casos, el compendio minijueguil no está equilibrado. Hay experiencias mucho mejores que otras, aparte de que el Wii Remote Plus no se consigue utilizar con el mismo acierto en todas las pruebas.
En cualquier caso, no se puede decir que no exista un minijuego para cada situación. La variedad es una virtud en Wii Play Motion, y no sólo en el aspecto jugable. Visualmente, nos encontramos ante un título colorido, con mucha variedad escénica pero muy poca evolución con respecto a lo que ya hemos visto repetidas veces en Wii: esa estética Mii ya tradicional y que nos ha acompañado durante los cinco años que ya lleva de existencia la máquina.
Acertados modelados, animaciones y melodías, con algún que otro efecto de sonido un tanto fuera de lugar, pero que en definitiva moldean un producto sin muchas pretensiones, aunque ideal para disfrutar con amigos o en familia. Para todos los demás, tal vez sólo les llame la atención que -en caso de que tengan que adquirir un nuevo mando para su Wii- probablemente ahora podrán hacerlo con un juego de regalo. Y eso la verdad es que nunca viene nada mal. Incluso puede que acaben encontrándole más de un aspecto positivo a un Wii Play Motion que sigue la senda de Wii Play, eso sí, mejorándola sustancialmente.
A pesar de estar diseñado por nueve compañías y contar con la supervisión del mismísimo Miyamoto, Wii Play Motion no es uno de los mejores recopilatorios de minijuegos de la actual sobremesa de Nintendo. No obstante, sigue la trayectoria de Wii Play y le da más precisión -además de variedad- con doce minijuegos que, aunque no todos con el mismo acierto, crean una experiencia "party" muy ocasional e ideal para compartir con familiares o amigos. Puede que si viniera por 50 euros en solitario hubiera sido un lanzamiento a olvidar, pero si lo consideramos como un obsequio a la hora de adquirir un nuevo controlador para nuestra consola, podría convertirse en una gran compra.
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