Análisis de Medal of Honor Airborne

Análisis de Medal of Honor Airborne
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11 de Julio de 1943. Tropas alemanas se han atrincherado en la amurallada villa siciliana de Adanti. Allí han emplazado unas baterías antiaéreas que están mancillando las fuerzas aéreas aliadas. Aun así, debido a su estructura fortificada el aire es la única forma de adentrarse en el pueblo. Es el turno de uno de los cuerpos más espectaculares y a la vez inéditos en videojuegos. Es el turno de los paracaidistas.

La saga Medal of Honor es una de las grandes veteranas en juegos de la Segunda Guerra Mundial. Tanto los compatibles como casi todas las consolas disponibles, sobremesa o portátiles, han tenido la posibilidad de adentrarse en este atrayente conflicto bélico y optar a una de las archifamosas Medallas de Honor.

Esta versión PS3 llega con el ya habitual retraso de los títulos de la grande de Sony respecto a las versiones Pc y Xbox 360, pero al igual que en ellas nos sitúa en la piel del soldado raso Boyd Travers, perteneciente a la 82º División Aerotransportada Americana en sus arriesgadas misiones por la vieja Europa.

La gran novedad de este título es precisamente encarnar a un paracaidista por lo que todas nuestras misiones empezarán saltando desde el cielo, en un avión. El primer objetivo será intentar aterrizar en una de las zonas “limpias” del escenario de la misión señaladas con las típicas véngalas verdes. Para manejar a nuestro saltador durante la caída podremos utilizar el stick izquierdo o bien activar la función de detección del movimiento del mando Sixaxis. En ambos casos requiere un poco de práctica hacerse con el control de la caída, para lo que tendremos la posibilidad de entrenar en un campo de pruebas.

El lugar donde aterricemos será fundamental para el comienzo de la misión. Si conseguimos hacerlo en las zonas verdes la misión empezará normalmente, pero si caemos en zona enemiga, nuestro objetivo pasará a ser sobrevivir como podamos hasta localizar a nuestros compañeros. Entre estas dos posibilidades existe una gran amalgama de situaciones, aterrizando en mitad de una calle desierta, entre ruinas o sobre altos tejados desde donde podremos tener una visión más amplia de la zona.

Uno más en el infierno
Afortunadamente, y en pos de la realidad, en este tipo de juegos se abandonó hace tiempo la idea de convertirnos en todo un “Rambo” con fuerza y munición infinita con la que batir a todo el mundo. En Airborne somos un soldado raso más dentro del pelotón, y hacer la guerra por nuestra cuenta será francamente imposible. Podemos decidir nuestra implicación, si ir el primero en el frente u ocupar una discreta posición, pero nuestra presencia será determinante en ciertos momentos para que siga el desarrollo de la misión. En momentos puntuales, también podremos hacer esperar al grupo y separarnos para explorar libremente en busca de zonas mejores de aterrizaje, armas o munición, pero ojo con meternos por zonas peligrosas en solitario, seremos hombre muerto.

En las misiones iremos acompañados por varios compañeros de armas. No les daremos órdenes, pero su avance estará influenciado por nuestra posición y forma de afrontar los hechos.
En las misiones iremos acompañados por varios compañeros de armas. No les daremos órdenes, pero su avance estará influenciado por nuestra posición y forma de afrontar los hechos.

Otro aspecto que contribuye al realismo del juego es la limitación de la munición. Iremos equipados con tres armas, una principal y una secundaria seleccionables al principio de la misión, además de una pistola de mano; y tal y como debiera ser en aquellos tiempos, contaremos con escasa munición. Es fundamental ir recogiendo las balas que dejan los caídos, así como cambiarnos a las armas de los alemanes si es necesario. Por si todo eso no sirve, siempre podremos ir a las zonas seguras donde recargar nuestras armas, aunque esto implicará que nos vuelvan a aparecer enemigos en zonas ya liberadas.

Realmente la ambientación está perfectamente conseguida y sentiremos todo el miedo, temor, y valentía que le echaron estos hombres enfrentándose a un enemigo acomodado en sus trincheras y que estaba en su escenario de batalla. Es realmente angustioso lanzarse y moverse en mitad de la noche sin saber en qué momento va a aparecer alguien, o si una malvada granada pondrá fin a nuestra vida en apenas dos instatáneas. En aquellos tiempos en los que no existían esos aparatos de comunicación de hoy en día, la única diferencia entre buenos y malos era el color de una chaqueta, y eso en la noche es mucho pedir.

Intensas operaciones bélicas
Las seis misiones disponibles en el modo campaña irán desde la siciliana aldea amurallada donde comienza la aventura americana, a unas antiguas ruinas griegas en mitad de Italia; pasando por despejar la conocida como “autopista del infierno” entre Eindhoven y Alemania, vital para el abastecimiento, o vivir el día D desde un visión totalmente novedosa, detrás de las líneas alemanas inutilizando radares y torres de vigilancia. Un número de misiones ligeramente escaso, pero cada una de ellas realmente amplia y sobre todo intensa, con constantes objetivos que irán surgiendo sobre la marcha. Contaremos con los habituales puntos de control automáticos al cumplir objetivos, y como nota curiosa, comentar que si nos eliminan y empezamos desde uno de ellos lo haremos, como no podía ser de otra forma, saltando desde el aire.

Podemos optar a conseguir reconocimientos especiales como medallas o estrellas si cumplimos objetivos específicos tales como superar una misión entera sin morir, algo prácticamente imposible creo, por ejemplo. También podemos desbloquear mejoras en las armas como más capacidad de carga, menor retroceso, o unas culatas más resistentes para el golpe de gracia. Por cierto, el arsenal disponible es el habitual de la época que ya casi todos conocemos: fusiles M18, escopetas Garand , subfusiles Thompson o MP40, revólveres Colt 45 como arma de mano, y varios tipos de granadas, lanzamisiles o rifles de francotirador, que sólo usaremos en momentos puntuales.

La Segunda Guerra Mundial Multijugador
Sin ninguna duda hoy en día uno de los grandes alicientes de este tipo de juegos es su modo online, y en Airborne encontraremos variadas posibilidades. Podremos participar rápidamente en batallas ya creadas, escoger alguna entre nuestras preferencias, o crearla nosotros directamente escogiendo casi todo: tiempo límite, escenario, si habrá fuego amigo o no, mejoras disponibles, etc.

Todas las misiones comienzan con un salto en paracaídas que nos permitirá escoger la zona de aterrizaje controlando la caída. Las señales de humo verde indican las zonas seguras, aunque no es obligatorio aterrizar en ellas.
Todas las misiones comienzan con un salto en paracaídas que nos permitirá escoger la zona de aterrizaje controlando la caída. Las señales de humo verde indican las zonas seguras, aunque no es obligatorio aterrizar en ellas.

Las partidas podrán ser clasificatorias, de todos contra todos, por equipos, o a capturar la bandera. En el modo por equipos Airborne, uno de los bandos siempre empezará lanzándose desde el aire, con sus ventajas y desventajas correspondientes. Tras cada partida obtendremos una serie de puntos para el habitual ranking online, con resultados de rango, puntuación, enemigos muertos, bajas, etc.

Gran despliegue técnico
Como viene siendo habitual en todas las entregas de la saga, el entorno técnico está a gran nivel. Decorados enormes y muy detallados, con zonas interiores y exteriores, abundantes y detallados efectos visuales como los imponentes reflejos de luz, agua o explosiones; soldados perfectamente caracterizados, variedad de armas y unos efectos sonoros atronadores que nos sumergen por completo en el terrorífico infierno que debió ser esa guerra.

A la perfecta inmersión contribuyen de manera excepcional todos los efectos especiales que nos irán acompañando en todo momento. Desde nuestras pisadas o las de otros soldados andando por el piso superior de una casa cuando haya un poco de silencio, el ruido de aviones sobrevolando la zona y sus correspondientes baterías antiaéreas, hasta un conjunto impresionante de sonidos en mitad de la batalla que se entremezclan con los tiros, gritos o granadas. También espectaculares son los efectos de aturdimiento tras estallar cerca una granada, o como vamos perdiendo visión y oído cuando nuestro cuerpo recibe impactos de metralla hasta, en el peor de los casos, perder nuestras constantes vitales.

Todo el juego está completamente traducido y doblado al castellano, menús, instrucciones, hasta las voces en el juego.

Una única pega que no afecta mucho a la jugabilidad pero que no resulta nada agradable son las ya habituales ralentizaciones presentes en algunos momentos puntuales como secuencias cinemáticas, grandes explosiones, o en el momento mismo del salto, cuando se produce toda la carga del escenario.

Muy Bueno

Sin sello

Medal of Honor: Airborne

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

La saga Medal of Honor debuta en PS3 con la misma calidad que lo hizo en el resto de plataformas. Su intensa acción bélica y soberana ambientación realista son unas credenciales que no defraudan a los amantes del género, y si bien su campaña individual no es muy extensa y no resulta tan espectacular como entregas anteriores, los saltos en paracaídas, su multijugador y la posibilidad de mejorar las armas, le aportan profundidad a la hora de vestirse de nuevo con el uniforme de los Aliados.

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