En la redacción de 3DJuegos siempre esperamos muchas cosas de Insomniac Games, pero no estábamos preparados para un producto tan "alimenticio" como es este Fuse: una nueva IP que ha comenzado su andadura con un lanzamiento de lo más genérico. Un shooter con coberturas, al más puro estilo Gears of War, que se limita a hacer los deberes y que resulta divertido si lo disfrutamos acompañados.
Tras cultivar todo su catálogo bajo el sello de Sony y, más concretamente, de la marca PlayStation, ahora los creadores de Ratchet & Clank se ha aventurado en solitario bajo la distribución de Electronic Arts y en un lanzamiento multiplataforma. Se trata de Fuse, un videojuego esperado por el público por apoyarse en dos de los pilares de éxito de los últimos tiempos: acción y ambientación futurista.
Además de ello el carácter de Insomniac Games aporta siempre un punto de interés y componente novedoso a todas sus propuestas, y en este sentido Fuse cuenta con algunas claves de su trabajo en el pasado. Lamentablemente todas las promesas del programa durante su fase de desarrollo quedan ligeramente enturbiadas por una manifiesta y sorprendente falta de chispa. Fuse se consolida como un lanzamiento meramente interesante: uno que no hace nada particularmente malo, pero que tampoco destaca por proponer cosas especialmente buenas, y que por ello es sólo recomendable para los incondicionales de la acción cooperativa.
Detonador
Fuse está ambientado en un futuro cercano en el que encarnamos a cuatro mercenarios enfrentados con la Raven Corporation. De hecho nuestra misión es la de colarnos en una instalación aliada para tratar de detener una infiltración de enemigos que tratan de hacerse con un peligroso material alienígena que le da nombre al juego. El concepto tiene que ver con que esta sustancia se relaciona con la tecnología humana para crear armas de impresionante capacidad destructiva, pero no llega a desarrollarse en absoluto y nos deja con ganas de más.
En realidad ese es precisamente uno de los problemas del título, que no siente interés alguno por dar profundidad alguna a nada de lo que plantea. De acuerdo en que desde un principio Insomniac Games deseó poner lo jugable por encima de lo narrativo, en una propuesta aparentemente destinada a disparar el componente de diversión del programa, pero el caso que nos ocupa alcanza extremos que podríamos calificar incluso de excesivos. Todo lo que se concibe a nivel argumental se dibuja en una breve cinemática de apenas un par de minutos, lo que deja casi sin tiempo de respiro todo el peso a la acción sin perder ni un segundo.
Los cuatro agentes libres que encarnamos, sin conexiones con el gobierno, como el propio título los define, son simpáticos en su diseño sin ofrecer nada memorable, pero no acaban de dibujar la más mínima personalidad que nos haya permitido conocer algo sobre su carácter al terminar la aventura. Lo mismo podemos decir sobre la sustancia alienígena que, con todo lo que podía dar de sí, apenas esboza un par de pinceladas sobre sus efectos sobre un arsenal que se va a convertir en el auténtico motivo de disfrute de la aventura.
¿Por lo demás? Misiones en las que caminar del punto A al B sin muchas complicaciones para abrir tal o cuál puerta es la tónica dominante, y en las que tampoco hay demasiado énfasis por la exploración. Todo para componer una campaña individual de unas ocho horas, que está dividida en capítulos que tampoco acaban de ofrecer nada con demasiado gancho desde el punto de vista de la variedad de los escenarios o del desafío o la espectacularidad de las escenas de acción. Fuse, contra todo pronóstico para ser un producto de Insomniac Games, se limita a hacer los deberes con modesta eficacia, pero sin el más mínimo atisbo de brillantez. Si lo tenemos que disfrutar en solitario la experiencia pierde muchos puntos, y sólo cooperando con hasta tres amigos le sacaremos algo más de jugo a todo lo que ofrece.
Si al terminar la campaña seguimos teniendo ganas de la acción desparramada, rápida y sin demasiadas complicaciones de Fuse, tenemos varias alternativas. Optar por alguno de los otros niveles de dificultad disponibles, hay tres a nuestro alcance, o escoger la modalidad Echelon. Aquí podemos revisitar ciertos mapas de la campaña individual a modo de escenarios de supervivencia de oleadas y oleadas de enemigos. En cuanto a desafío ciertamente está a la altura de lo que exigen los que buscan retos, puesto que nos harán falta tres compañeros bastante hábiles para sortear el bestiario que la IA soltará ante nosotros, y es del todo desaconsejable en solitario. Por lo demás no brinda nada que resulte especialmente interesante más allá de volver a patear los mismos escenarios y tirotear a los mismos enemigos, sólo que en esta ocasión con objetivos cambiantes y destinados a inyectar incluso más frenesí en la fórmula.
Primero Dispara, Después Pregunta
La lástima de todo esto es que las dinámicas shooter de Fuse en cuanto a su manejo funcionan adecuadamente, y el producto es bastante académico en este sentido. A menudo hablamos de videojuegos con grandes ideas a sus espaldas que no llegan a buen puerto por una mala ejecución, y el de Insomniac Games es un sorprendente caso de todo lo contrario: un título sin demasiado que ofrecer a nivel conceptual, pero en líneas generales con los deberes bien hechos en lo tocante a control y posibilidades.
De hecho el título recoge mucho de Gears of War en particular, y de todas las propuestas recientes de acción en tercera persona con utilización de coberturas. Absolutamente todos los convencionalismos del género están presentes en este shooter, con la posibilidad de rodar, disparar a ciegas, asomarse para apuntar, desplazarse de un parapeto a otro... Poco que rascar en cuanto a novedades en este sentido, pero todo llevado a la práctica con buenos resultados de precisión, respuesta y exactitud.
¿Lo mejor? El hecho de que cada uno de los cuatro personajes disponibles tiene su propia personalidad trasladada a su arsenal, lo que hace que tengan una utilidad muy concreta sobre el campo de batalla. La mayoría son bastante estándar, como el caso de Kimble, que posee un arma demoledora a distancia; de la agente Sinclair que posee un rifle que convierte a los enemigos en cristal o de Naya que, por último, es una especialista en el sigilo. Dalton sí es algo más particular, ya que posee una suerte de escudo virtual con una superficie enorme, y que resulta muy divertido y práctico para repeler ataques durante un tiempo limitado, y que además puede emitir impulsos que abaten a los enemigos que tengamos enfrente. Existe así mismo la posibilidad de personalizar a los cuatro héroes con un árbol de habilidades no demasiado extenso, pero con algunas alternativas; nada sorprendente, pero sí un interesante giro en el que invertir las bonificaciones obtenidas.
En realidad el combo de las armas con la sustancia alienígena Fuse que multiplica su poder es uno de los escasos titulares de un programa que, por lo demás, peca de rutinario y monótono. Cada cierto tiempo encontramos un armero que nos permite cambiar las herramientas de destrucción que portemos, algo que demuestra una versatilidad que es igual de patente en cuanto a los personajes. Por ejemplo si jugamos en solitario es bastante estimulante crear nuestras propias tácticas pasando de unos héroes a otros en tiempo real, para lo que basta con pulsar el botón Select y optar por el botón al que estén asignados, pero poco más inspirador brinda la modalidad off-line puesto que los problemas de los tiroteos acaban pesando demasiado a medio plazo. Si disfrutamos del título acompañados algunas de esas cosas podrán ser pasadas por alto por algunos paladares, sin embargo no hablamos ni mucho menos de un lanzamiento que esté a la altura de lo que otros productos precedentes de Insomniac Games ha deparado.
¿De qué problemas hablamos? Aspectos como el ligero componente táctico de los personajes, perfecto sobre el papel para fomentar una experiencia cooperativa rica, no acaba de funcionar por unos diseños de mapas derivativos y por una inteligencia artificial mediocre. No hablamos sólo de unos enemigos que reducen hasta lo inexistente la necesidad de recurrir al vasto y variado arsenal del que poseemos, sino también de unos compañeros que pondrán a prueba nuestra paciencia de forma casi constante. Son tremendamente ineficaces en el combate, pero por si fuera poco el videojuego cuenta con una mecánica de "muerte y reanimación" similar a la del ya mencionado Gears of War, política que se ve seriamente enturbiada por la inoperancia de nuestros aliados a la hora de sortear obstáculos y que además es el único momento del juego en el que, contra todo pronóstico, no se nos permite cambiar de protagonista.
El Mundo de Fuse
A nivel visual, Fuse es un videojuego bastante vistoso. No está capacitado para liderar un género shooter que es formidable en cuanto a los apartados gráficos, tecnológicos y artísticos que suele proponer, pero sí tiene mimbres para ofrecer buenos resultados y resultar agradable para el jugador. A nivel de diseño, precisamente, es donde el juego más flojea, y es que todo parece bastante genérico, con diseños estimables pero poco imaginativos para personajes, enemigos y unos escenarios repetitivos y redundantes.
El acabado puramente gráfico ofrece mejores resultados, con buenos modelados en líneas generales para todo lo que compone la vertiente estética del programa. Dejando de lado la ya mencionada falta de carisma de todo lo que ofrece Fuse, hay que reconocer que lo nuevo de Insomniac Games hace su trabajo con la habitual eficacia del estudio. Buenas texturas, muy interesantes efectos visuales y una línea en general nada sorprendente pero pulida y cuidada.
A nivel tecnológico el juego flojea algo más. Hemos observado algunos bugs de moderada importancia, pero la fluidez está a la orden del día y no hemos detectado ralentizaciones ni otras incidencias que pudieran enturbiar este factor. Sí hacemos notar, una vez más, el hecho de que la inteligencia artificial deja mucho que desear, trascendiendo lo puramente técnico e incidiendo por desgracia también en lo jugable.
Todo lo que tiene que ver con lo sonoro cumple en Fuse, aunque hay que dejar claro que el producto nos llega con la única traducción de sus textos. Quizá Electronic Arts no confiaba demasiado en el éxito jugable de la propuesta de Insomniac Games aquí, de modo que ésta llega a España con las voces en versión original y buen nivel. La banda sonora es inocua, aunque cuenta con la habitual brillantez en cuanto a valores de producción de la compañía norteamericana, y los efectos de audio son convenientemente ruidosos y aparatosos.
Componiendo un título estimable en mayor o menor medida, pero que nos ha dejado fríos, Fuse es sin duda una decepción para el comienzo de la andadura de Insomniac Games lejos del abrigo de Sony. Lo que nos ha ofrecido su trabajo es un shooter correcto pero sin alma, un lanzamiento que se salva de caer en el tedio si lo disfrutamos acompañados.
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