Análisis de We Love Katamari

Análisis de We Love Katamari
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Locura, humor y originalidad se combinan en una gran bola de corte nipón tremendamente refrescante y adictiva. ¡A rodar se ha dicho!

Para los que como a un servidor el veneno de los videojuegos corre por sus venas desde prácticamente su más tierna infancia, resulta realmente gratificante encontrarse de vez en cuando con pequeñas joyas como esta. Un oasis en el desierto, o si lo preferís, una rareza entre tanta violencia, guerras, conflictos históricos, batallas espaciales, carreras frenéticas, mitología fantástica o cualquier otra cosa que nos pueda venir a la cabeza cuando de videojuegos se trata.

A primera vista We love Katamari no parece más que, y esto ya es decir bastante, el mundo onírico y personal concebido por la mente de algún nipón freaki, demostrándonos algo que muchos ya sabíamos, pero que por desgracia no vemos tan a menudo como deseamos, y no es otra cosa que, en esto del software lúdico, todo puede tener cabida … absolutamente todo. No tiene o no debería tener límites, y que incluso me atrevo a decir apoyándome en este juego, que puede convertirse de una forma tan válida como otra cualquiera, como plataforma para crear arte con mayúsculas sin que este tenga que estar reñido necesariamente con el entretenimiento.

We love Katamari es un pequeño artefacto que rezuma un agradable tufillo nipón por sus cuatro costados, y digo agradable porque este no es el típico juego japonés que no sabes por donde cogerlo, más al contrario, consigue contagiarnos por su lograda estética y humor característicos. No cabe duda de que el impacto existente entre las dos culturas cada vez es menor y hoy en día estamos más capacitados para asimilar y entender todo lo que nos llega directamente desde el país del sol naciente, sus series de dibujos animados y de televisión, sus películas, el manga y el anime, entre otras cosas, forman parte de la vida cotidiana de muchos de nosotros, aunque con respecto al juego que nos ocupa personalmente me inclino más a pensar que sencillamente la calidad no entiende de fronteras, y lo que es bueno allí, también lo es aquí y en cualquier otra parte, siempre y cuando, nos sintamos poseedores de una mentalidad abierta y receptiva.

¿Como empezó todo?
Katamari Damacy desarrollado por Namco fue aclamando por la crítica y causó furor allí en los lugares donde fue editado, generando una pequeña legión de fans que suspiraban por este título. Visto el éxito cosechado, Namco nos ofrece ahora la posibilidad a los poseedores de una PS2 de disfrutar de las virtudes de este juego gracias a esta secuela mejorada.

¿We love que….!!!!.?
¿De que trata este “We love Katamari? Pues veamos… Ante todo deciros que estamos delante de un videojuego que por sus gráficos, música, historia, planteamiento, personajes... en definitiva por cualquiera de sus aspectos, se aleja de cualquier convencionalismo o cliché. Tan extraordinario es, que no se deja atrapar en ningún genero conocido, se puede afirmar que es un genero en sí mismo.

Nuestro cometido es hacer rodar una especie de bola adhesiva, mejor dicho, hacer rodar nuestro Katamari Damacy, y adherir todo lo que se nos ponga por delante. Empezando por objetos pequeños la iremos haciendo crecer y crecer y crecer…hasta límites insospechados. A medida que nuestro Katamari aumenta podremos ir adhiriendo objetos de mayor tamaño, casas, animales, árboles, e incluso personas, todo lo que encontramos en los diferentes escenarios es susceptible de ser adherido, siempre y cuando nuestro Katamari tenga el tamaño adecuado para hacerlo.

Básicamente dispondremos de un tiempo limitado para realizar un Katamari de un determinado tamaño, un planteamiento de lo más sencillo, aunque no por eso deja de entrañar dificultad, ni exige por nuestra parte tener cierta pericia con el pad. A medida que le vas pillando el tranquillo, uno le coge el gusto sintiendo que la adicción y la jugabilidad aumenta como si de otro Katamari se tratara.

El título también dispone de un modo multijugador, donde competir con un amigo por el Katamari más grande, o el modo cooperativo donde se hace fundamental la coordinación de los movimientos con los dos pads

Regia Historia
La historia es un cúmulo de diálogos absurdos, toda ella englobada en un surrealismo inteligente de fácil comprensión y plagada de un gran sentido del humor, divertida como pocas, no es de extrañar que echemos la carcajada cada dos por tres.

Nuestro protagonista es el príncipe. Su padre, el rey del cosmos, nos envía a la Tierra para contentar a sus habitantes, todos ellos, incluso los animales. ¡Claro que si! son auténticos fanáticos del Katamari Damacy. Lo único que desean fervientemente es que adhiramos el mayor numero de objetos a la bola, por supuesto cuanto mas grande sea más satisfechos quedaran, después, en un gesto de generosidad, los terrícolas ofrecerán el Katamari al Rey, para que lo envíe al cosmos y los convierta en estrellas o planetas.

Técnica Katamari
Técnicamente el juego está muy bien, con un control de carácter sencillo e intuitivo de manejo exclusivo con los sticks analógicos del pad. Han cuidado perfectamente la física en el movimiento del Katamari y sus distintas variaciones en función del tipo de objetos “personas y/o animales” que a él se adhieren. Dispone de una perspectiva de cámara en tercera persona, que irá ampliándose suave y progresivamente a medida que el Katamari crece, pudiendo de esta manera, observar la acción en todo momento de la manera más cómoda y adecuada.

Los gráficos son grandes y coloristas con esa inconfundible y divertida estética nipona, escenarios amplios y variados con diferentes niveles por donde movernos con gran libertad, a lo que se suma una banda sonora fantástica, por supuesto a la japonesa, que nos ofrece todo tipo de estilos desde la bossa nova pasando por el rock, el pop, la electrónica, el hip-hop e incluso la ópera. Los efectos de sonido comparten esa misma buena línea, destacando el lenguaje de los personajes y cómo estos se comunican mediante sonidos a modo de scrachs. Únicamente podremos seguir la historia por medio de los subtítulos, dotándolo así, mas aún si cabe, de una mayor originalidad.

Para terminar
Apelativos como: Naif, Kitch, Pop, De culto, Atemporal, Underground, Cool, Freak… nos pueden servir para definirlo… La verdad es que dan ganas de hacerse con una camiseta de este juego, lucirla orgullosos por donde quiera que vayas, y gritar a pleno pulmón por todas las esquinas…. I LOVE KATAMARI!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Magnífico

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We Love Katamari

Por: El equipo de 3DJuegos
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We love katamari posee una originalidad aplastante combinada con una gran adicción y jugabilidad, haciéndose indispensable para los que busquen nuevas alternativas en esto de los videojuegos. Una vez mas como en tantas otras ocasiones, la genialidad y la locura se ponen de acuerdo para compartir un mismo camino…. ¡Sobresaliente!

Jugadores:
Idioma:
Duración:
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