El primer pack descargable para Battlefield 3 vacía sus cargadores también en Xbox 360 tras su paso por PlayStation 3. Cuatro nuevos mapas, tres vehículos inéditos y diez armas que salen, todos ellos, directamente de Battlefield 2 en el que es un DLC de eminente reciclaje. ¿Recomendable? Depende de nuestro interés por ampliar la ya de por sí generosa oferta on-line de lo último de DICE, pero es generoso en cuanto a número y calidad.
Para un shooter los contenidos descargables que se lanzan a posteriori de su lanzamiento son una fase del desarrollo más desde que ha comenzado la actual generación de videoconsolas. Unos lo han hecho con mayor calidad que otros, pero todos han tenido en común el volcarse casi exclusivamente en sumar mapas, armas y modalidades jugables a sus experiencias multijugador.
El caso de Back to Karkand es curioso y, en cierta manera, incluso atípico, y es que si bien a menudo este tipo de add-ons apuestan por "repescar" algún mapa de videojuegos pasados y maquillarlo, en esta ocasión la totalidad de la oferta versa sobre lo que en su momento vimos en el año 2005 con Battlefield 2. Así pues, nuestra decisión de hacernos o no con el primer DLC de lo último de DICE está principalmente vinculada con el componente nostálgico que experimentemos en caso de haber disfrutado del ya veterano shooter de hace seis años. Si los echamos en falta o si sencillamente no disfrutamos de aquel mítico videojuego de PC, éste es un añadido de lo más recomendable, de lo contrario quizá los 1.200 Microsoft Points de este DLC sean algo excesivos.
El Regreso
Electronic Arts se ha esforzado notablemente durante el proceso de desarrollo de Back to Karkand por calificar de "expansión" a este contenido descargable, en principal medida por sus constantes declaraciones de "no querer cobrar a los aficionados por nuevos mapas". ¿Es, así pues, este primer DLC una expansión? En el más estricto sentido de la palabra lo es por completo puesto que no sólo trae mapas, sino que también ofrece armas, vehículos e incluso dos modalidades jugables, no obstante echamos en falta algo más de inventiva por parte de DICE que la de ofrecernos una versión tecnológicamente avanzada de una serie de materiales que vimos ya hace más de un lustro.
Sin embargo todo esta neta falta de innovación que se intuía ya desde el anuncio del pack se compensa con cuatro localizaciones que tienen un potencial tremendo para los cánones de Battlefield 3. El videojuego se crece en los mapas más grandes, y es exactamente esto lo que nos ofrece el pack, y todo ello pese a que en las ediciones para consola hay sensibles recortes en cuanto al tamaño y al soporte de usuarios (24) con respecto a lo que recordamos de los mapas originales de Battlefield 2.
Lógicamente las limitaciones de hardware de este tipo de plataformas mandan, y quedamos a expensas de comprobar cuando se lance si también afectarán a la versión de compatibles, aunque dados los precedentes de los que se incluían en el juego en PC parece difícil que no amplíen sus dimensiones. El trabajo de traslación de los mapas es respetuoso pero al mismo tiempo potente desde el punto de vista tecnológico, y es que si bien se han llevado a cabo algunos ajustes en la "planta" de los cuatro escenarios donde podemos combatir, lo cierto es que donde más llama la atención el cambio es en el aspecto de la interacción con el entorno.
En Battlefield 3, como ya lo fue en Bad Company, uno de los grandes reclamos desde el punto de vista no sólo estético sino también jugable era el hecho de que el escenario es destructible como en ningún otro shooter bélico. La clave de los mapas de Back to Karkand es, precisamente, la de incorporar esta tecnología que proporciona el fastuoso Frostbite 2, y en este sentido los mapas se benefician notablemente de ello mejorando las posibilidades que deparan. Volvemos a no estar a salvo nunca tras ninguno de los muros que encontremos puesto que todos pueden venirse abajo, y es sencillamente fantástico desde el punto de vista ofensivo que se generen nuevamente situaciones tan geniales como las de entrar a saco en una ciudad y arrasarla hasta los cimientos con el fragor del combate.
Cuatro Pilares, Muchas Ramificaciones
Los algo más de 1,3 GB que ocupa la expansión Back to Karkand traen no sólo cuatro mapas, sino también tres vehículos. El primero de ellos es el poderoso Fighter Jet F35B, pero también hay otros menos espectaculares pero mucho más funcionales como el vehículo de lucha de infantería BTR-90, y el muy útil transporte de infantería DPV. Por otra parte se suman también una decena de armas (MP5, PP-19, L85A2, FAMAS, Type 88, L96A1, Jackhammer, MG36, Type 95, Type 97), bastante variadas y francamente ventajosas aunque probablemente ninguna sustituya a los grandes clásicos que se estaban empleando en las partidas hasta ahora.
El modo Conquest Assault debuta también trayendo consigo una situación en la que un equipo defiende todos los puntos de captura, mientras que el otro ataca y trata de capturar una bandera detrás de otra. Los que atacan, de hecho, tienen más tickets de resurrección que los que defienden al comienzo de la partida, para equilibrar la ventaja estratégica con la que cuentan sus contrarios. Además también se recuperan los Assignments, las misiones, que traen diez nuevas para liberar las mismas armas novedosas que se ofrecen.
No obstante estos extras sólo son la salsa que rodea al verdadero plato fuerte de esta expansión, los cuatro mapas "remasterizados" que debutan en Battlefield 3 pero que, como ya hemos adelantado con anterioridad, provienen directamente de la entrega de 2005. Ataque en Karkand es uno de los más interesantes, y como su propio nombre indica está ambientado en la ciudad ficticia de Karkand con un trazado muy encorsetado por las zonas urbanas y la ausencia de áreas naturales de mayor tamaño. Es, probablemente, de los cuatro el más cerrado de los escenarios después del de la Península de Sharqi y lo demuestra el hecho de que sólo hay un tanque y un APC por equipo.
El Golfo de Omán es, por otro lado, un mapa que se asemeja mucho más a lo que es tradicional de Battlefield 3 e incluso de los Bad Company. Aquí el punto fuerte es la mezcla de los componentes que caracterizan al resto de las localizaciones, y es por ello por lo que podemos hablar con toda seguridad del más completo de los que se ofertan en el DLC. Hay una interesante variedad de vehículos a utilizar en el juego, y los puntos de captura están inteligentemente situados para crear potentes zonas calientes en el escenario.
La Isla Wake, por su parte, está compuesto en su totalidad por zonas naturales al aire libre, y es un mapa realmente clásico de la saga que ha aparecido en infinidad de juegos hasta la fecha. La isla que fue protagonista de una sangrienta batalla en la Segunda Guerra Mundial es el telón de fondo, y es un mapa de enorme tamaño perfecto para los diferentes tipos de vehículos (tierra, mar y aire) pero con especial fuerza para éstos últimos que surcarán los cielos dejándonos los mejores combates aéreos que hemos visto hasta ahora en la tercera parte.
En última instancia queda Península de Sharqi, quizá el menos interesante de los cuatro mapas desde el punto de vista grandilocuente de la saga, pero también el más poderoso para los que gustan de combates de rango cercano en zonas urbanas. Es precisamente eso lo que ofrece el programa con él, con un entorno muy compacto que facilita un helicóptero y un tanque por bando y que cuenta con un reparto asimétrico en cuanto a puntos de captura y bases para rusos y norteamericanos.
Cuatro mapas, diez armas, tres vehículos, un nuevo modo de juego... Puede que la mayoría de contenidos de Back to Karkand estén reciclados del ya veterano Battlefield 2, pero es un paquete tan goloso en cuanto a cantidad de elementos y éstos son de tanta calidad que, pese a la manifiesta ausencia de innovación, cuesta mucho no recomendarlo
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