Después de protagonizar uno de los mejores juegos de plataformas de la actual generación de máquinas, Rayman Origins, la mascota de Ubisoft resucita otra de sus clásicas aventuras para alegría de todos sus seguidores.
Durante la era de los 32 y los 64 bits, hubo un género que ganó mucho en popularidad a raíz del lanzamiento de uno de los mejores juegos de todos los tiempos: Super Mario 64. Esta aventura plataformera 3D de Nintendo 64 revitalizó y revolucionó por completo el género, dando lugar a cientos de títulos que trataron de seguir sus pasos con mayor o menor éxito. Sin embargo, esta fiebre desapareció casi por completo durante la generación posterior de consolas, cayendo casi en el olvido. Y uno de los escasos títulos multiplataforma de calidad que nos dejó este género en dicha época fue Rayman 3: Hoodlum Havoc, título que acaba de ser readaptado en HD para PS3 y Xbox 360.
Plataformas lineales
Como era algo bastante típico en el género cuando apareció el Rayman 3 original, el argumento es casi ridículo. Así, debemos acabar con un Lum (una pequeña criaturilla) que se vuelve malvado y, de paso, ayudar a una especie de mosca voladora bastante pesada llamada Murfy. Como veis, se trata de una mera excusa para dar comienzo a esta aventura.
A partir de entonces debemos recorrer un generoso ramillete de mundos en los que, básicamente, casi de lo único que tenemos que preocuparnos es de encontrar la salida de los mismos. Y para ello es necesario dominar los saltos, aspecto en el que se fundamenta fuertemente la aventura. Sin embargo y para añadir más interés, también es necesario eliminar a determinados enemigos que salen a nuestro paso, así como dar con la solución de algún que otro puzle, muy sencillitos en general. Además, pero sólo si así lo deseamos, también tenemos la facultad de explorar los escenarios en busca de gemas para obtener mejores puntuaciones y poder habilitar algún que otro nivel secreto.
El control del protagonista es casi perfecto y, si bien no es el personaje más polifacético que hemos disfrutado en videojuego alguno, su gama de acciones va creciendo a medida que avanzamos en la aventura. Y eso es debido a los poderes temporales que le otorgan ciertos botes (o eso es lo que parecen), que le convierten en un ser más poderos, le permiten planear grandes distancias, etc.
Hasta aquí todo perfecto, pero el título también presenta sus inconvenientes. El más importante es la excesiva linealidad que presenta cada uno de los nueve mundos y sus respectivos niveles. Este aspecto ya fue criticado en su día, hace ya casi una década, y el paso del tiempo lo único que ha hecho es agravarlo. El nivel de dificultad también nos parece demasiado bajo, por lo que se trata de un título sólo recomendable para los más pequeños o los menos experimentados. Y por último, la cámara también falla en ciertos momentos, a pesar de que es totalmente controlable mediante el stick derecho durante casi todo el juego.
Estas pegas merman parte del encanto y jugabilidad del título, pero tampoco son tan notorias como para hacer de esta aventura un título poco atractivo.
Variedad y colorido
Lo que sí que se ha conservado mejor a pesar del paso del tiempo es todo lo relacionado con el aspecto gráfico del juego. Y más ahora que se ha visto algo retocado y se ha unido al carro de la HD. El colorido que muestra cada uno de los mundos sigue siendo digno de elogio, así como las simpáticas animaciones de Rayman y del resto de los protagonistas. Además, el diseño artístico de cada escenario nos sigue pareciendo bastante original e inspirado, siendo un título muy agradecido en este aspecto. Es cierto que algunas texturas fallan y que determinados personajes se muestran demasiado poligonales, pero en líneas generales se trata de una aventura visualmente atractiva.
El sonido es algo más irregular, aunque se nota el esfuerzo que Ubisoft dedicó en su día a esta faceta del juego. Lo mejor es la banda sonora, que nos regala temas bastante ambientales que se adaptan perfectamente a la acción. Y dichas melodías están acompañadas por efectos de sonido que cumplen con su cometido. El problema es el doblaje en nuestro idioma, que nos “regala” una voz para el protagonista principal (Rayman) muy poco afortunada y los continuos charloteos de Murfy que, si bien al comienzo son hasta graciosos, poco a poco van haciéndose cada vez más pesados e inaguantables.
En suma, Rayman regresa con una aventura que deja entrever su edad, especialmente en todo lo relacionado con su jugabilidad y diseño de niveles, demasiado lineal para los tiempos que corren. Aún así y dada su sencillez, su atractivo apartado gráfico y el buen manejo, se trata de un título muy aprovechable para los más pequeños y/o menos experimentados.
Rayman protagoniza una aventura plataformera que fue bastante popular hace una década y que, si bien en nuestros días no alcanza las mismas cotas de diversión por presentar un diseño algo anticuado, sigue siendo bastante divertida… para todos aquellos que no sean demasiado habilidosos en este tipo de aventuras. Y es que el bajo nivel de dificultad y el casi nulo nivel de desafío que plantea le restan bastante atractivo para los jugadores más experimentados en este tipo de producciones.
