Análisis de Dragon Quest VIII

Análisis de Dragon Quest VIII
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Un grupo de cuatro héroes va a recorrer medio mundo para salvar a su hechizado rey. Si te gustan los juegos de rol, o simplemente los buenos juegos, uno de esos intrépidos deberías ser tú.

Por fin, y ya en su octava entrega, una de las sagas de culto en el país del sol naciente se atreve a atravesar mercados hasta llegar hasta nuestro país, y comprobar un secreto a voces entre los muchos jugadores que tanto lo hemos añorado: ¡sí, aquí también nos encanta el rol japonés! ¡Especialmente si es tan bueno como este Dragon Quest!

Creatividad, alma y buen hacer
Puede que a muchos de vosotros, las palabras Dragon Quest os resulten desconocidas, pero creedme si os digo que en Japón es un auténtico símbolo de creatividad, diversión, humor, carisma, imaginación y aventuras inolvidables a años luz de otros imitadores. Desde su primera entrega allá por el año 1986 en que se empezó a forjar la leyenda, hasta hoy en día con El periplo del Rey Maldito, el exclusivo modelo RPG ideado por el artista Akira Toriyama, Yuji Horii y Koichi Sugiyama ha ido creciendo y evolucionando, hasta llegar a las 3D con una aventura que rebosa calidad y originalidad por sus cuatro costados. Pero vayamos por partes y descubramos poco a poco porqué este Dragon Quest: El Periplo del Rey Maldito, es un juego tan especial.

Exploración, humor y monstruos
Dragon Quest es en esencia un juego de rol con grandes dosis de exploración, interacción con personajes, combates, puzzles, magia y estrategia, que sigue el patrón de una aventura principal con un sencillo guión, pero con multitud de tareas y objetivos secundarios dentro de un inmenso universo repleto de vida, colorido y libertad.

Para sumergirnos en nuestro periplo controlamos a una serie de protagonistas con una clara misión: recuperar un cetro mágico que robó un malvado bufón llamado Dhoulmagus, para conseguir deshacer el hechizo que convirtió al rey Trode y la princesa Medea, en monstruo y yegua respectivamente. Como ves, el argumento no parece ni mucho menos original, pero es tan solo la excusa para adentrarnos en una rica y densa aventura poblada de situaciones y personajes interesantes.

Aventuras y combates de cuatro viajeros únicos
Nuestro grupo de aventureros se compone de cuatro personajes con habilidades y personalidades únicas; el fiel guardia de Trode, el simpático y forzudo ladrón Yangus, la atractiva hechizara Jessica y el caballero templario Angelo. Como ya imaginarás, cada uno de ellos cuenta con sus virtudes y defectos, e inicialmente sus habilidades mágicas y de combate son limitadas. Con el paso del tiempo, y gracias a la experiencia adquirida, irán evolucionando y aprendiendo nuevos ataques mágicos, golpes y habilidades, éstas últimas en función de cómo repartamos los puntos de habilidad obtenidos cada vez que el personaje sube de nivel.

Cada personaje cuenta con una característica única que no tienen los demás, y cada vez que la subamos, su nivel le permitirá aprender hechizos y habilidades exclusivas. Por poner un caso práctico, Jessica cuenta con un Sex Appeal especial que deja embobados a los enemigos en pleno combate gracias a su belleza, un buen ataque ¿no? Por supuesto existen multitud de armas, escudos y objetos varios que condicionan la citada evolución y el combate.

Los combates o enfrentamientos durante el juego son por turnos, y en la mayor parte de las ocasiones aleatorios. En cada uno de nuestros turnos podremos dar órdenes a los personajes para que ataquen, intimiden o usen cualquiera de sus habilidades, y como novedad en esta entrega, incluso aguantar o pasar el turno sin actuar para acumular energía y destapar super-golpes en turnos posteriores. Una vez ejecutemos el turno, la vista cambiara a un plano adecuado para permitirnos visualizar de la mejor forma las acciones del grupo.

¿Pero que sería de los combates sin unos buenos rivales? Este sea quizá uno de los puntos fuertes del juego, unos rivales soberbios, desafiantes y en ocasiones hilarantes. Toriyama se ha empleado a fondo tanto en sus diseños como en sus peculiares acciones, consiguiendo que sus respuestas sean muy variadas e interesantes, siendo realmente difícil encontrar dos batallas iguales y aportando un interesante corte estratégico.

Variedad y longitud, un mundo ideal
Pero si los combates ocupan una buena parte del juego, Dragon Quest: El periplo del Rey Maldito es una aventura RPG, y eso conlleva, como buen juego de este género, mucha exploración, un gran número de situaciones que resolver, personajes, y un mundo donde poder realizarlo. El mundo de Dragon Quest es inmenso, gigante, y aunque como se ha dicho al principio del análisis existe un patrón preestablecido, podemos movernos libremente en nuestra búsqueda de objetivos.

Nuestro búsqueda del malvado Dhoulmagus, nos llevará a atravesar ciudades, bosques o mazmorras por cuatro bellos continentes de una factura técnica y artística brillante. Una búsqueda en la que encontraremos pistas y personajes secundarios que nos marcarán las pautas de la historia principal de la aventura, pero que resultan de lo más variado y divertido; necesito esto que se encuentra en el sur de no sé donde… si me traes esto te doy tal cosa… Además hay muchas historias en las que nos veremos involucrados y que nos ayudarán a conocer a numerosos personajes y sus distintas personalidades.

Aunque el mundo de Dragon Quest es inmenso, los primeros desplazamientos entre pueblos y aldeas tendremos que realizarlos a pie, pero una vez avanza el juego dispondremos de medios de transporte que terminan siendo indispensables tanto para evitar tiempos muertos y combates innecesarios, como para el desarrollo de algunas misiones secundarias.

Apartado técnico a la altura
Técnicamente el juego utiliza la conocida técnica Cell Shading que, sin ninguna duda, encaja a la perfección con la fascinante aventura y favorece el personal estilo de Akira Toriyama. Los personajes, sus acciones, expresiones, las ciudades, mazmorras y todos los lugares que aparecen en el juego, presentan un acabado perfecto y muy detallado. Por citar algo menos positivo, hay que mencionar que durante el juego, y aunque de manera suavizada, existe cierto “poping”.

Al juego le acompaña una música orquestada, con variedad de temas y perfectamente integrada con las situaciones que vemos en pantalla, al igual que sucede con los efectos de sonido y voces, perfectamente dobladas al inglés.

Dragon Quest cuenta también con una excelente traducción del juego al español y un modo optimizado de 50 hertzios que elimina las molestas bandas negras sin ralentizar el juego.

Magnífico

Obra maestra

Dragon Quest: El Periplo del Rey Maldito

Por: El equipo de 3DJuegos
Obra maestra

Una aventura enorme y memorable de las que cuesta mucho tiempo olvidarse. Original, fresca, sin artificios y con gran personalidad. Un título imprescindible y de lo mejor en rol que existe para consolas.

Comprar Dragon Quest: El Periplo del Rey Maldito
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español
Duración: 50-60 horas (mínimo)
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