Los juegos gratuitos con microtransacciones a menudo esconden siniestras sorpresas, no obstante Frontline Commando juega sus cartas con honestidad y nos regala una experiencia shooter bastante atractiva. Un juego sencillo, difícil y vistoso que puede entretenernos de forma más que razonable sin gastar un céntimo.
Frontline Commando entra por los ojos, tanto en sus versiones iOS como en las de Android. Se trata de un juego de acción en tercera persona con un componente estético fuertemente marcado y llamativo, algo limitado en su faceta jugable puesto que resulta muy rígido, pero en definitiva bastante divertido, especialmente teniendo en cuenta su coste cero.
En el juego encarnamos a un soldado infiltrado tras las líneas enemigas, un intrépido guerrillero contemporáneo que debe acabar con oleadas y oleadas de enemigos que tratarán de tomar las barricadas tras las que siempre estaremos a cubierto. La historia del juego es minúscula como cabía esperar, y únicamente se nos introducirá con una breve voz en off que nos narrará algo de lo más arquetípico: se trata de la última misión de nuestro protagonista, un encargo que se presuponía fácil y sin complicaciones pero que acaba resultando ser una peligrosa trampa.
Una vez presentado el contexto, el juego no se toma mucho tiempo a la hora de plantarnos en mitad de la acción dejándonos solos en un escenario de Oriente Medio y planteándonos un tutorial muy cómodo y sencillo que nos explicará muy claramente todo lo que podemos y no podemos hacer. La base es tremendamente simple, y quizá precisamente en lo simple que resulta reside el hecho de que el juego no haya trascendido más, y es que en cada escenario disponemos de unos cuatro puntos entre los que podemos desplazarnos de forma automática para disparar, pudiendo únicamente apuntar libremente o cubrirnos tras los parapetos para recargar, cambiar de arma o aplicarnos algún botiquín.
El juego, de una dificultad endiablada por cierto, está dividido en misiones con una tienda a la que podemos acceder entre nivel y nivel, y en la que podremos adquirir diferentes mejoras y complementos para nuestro arsenal. En la parte superior izquierda de la pantalla veremos el dinero y los créditos de los que disponemos, y que podemos incrementar jugando (para aumentar los primeros) o comprándolos con dinero real en la tienda virtual del programa (para hacer lo propio con los segundos). En el comercio todo se divide en armas, ítems y packs, pudiendo comprar entre los primeros diferentes rifles, escopetas y ametralladoras (gratis), entre los segundos algunos apoyos como los ataques aéreos o blindajes y mejoras de salud (de pago con dinero real), y en lo último diferentes paquetes de todos los elementos anteriores con suculentos descuentos (también de pago con dinero real).
El juego es bastante divertido y, a pesar de que la rigidez de su control y lo repetitivo de las misiones y escenarios juegan en su contra, lo cierto es que incluso podemos encontrar algún factor que ayuda a potenciar la adicción como el procedimiento de desbloqueo de armas que nos animará a continuar jugando. Resulta algo molesto, por el contrario, algún aspecto de la experiencia jugable como, por ejemplo, el hecho de que si estamos recargando no podemos cambiar de posición, algo que nos costará más de un disgusto si no acertamos con el tempo de nuestra próxima acción ya que sólo a cubierto o apartándonos podemos evitar daños. No obstante cuando aceptamos este hecho nos damos cuenta de que forma parte del propio juego, y amoldándonos a ello podemos seguir disfrutando incluso con sus obvias limitaciones.
Cabe destacar, en última instancia, que el juego está completamente en inglés y que si bien en las versiones de iPad funciona con tremenda fluidez, en iPhone y Android hemos observado algunas caídas en la tasa de imágenes por segundo algo molestas.
Muy vistoso desde el punto de vista estético y con algunas virtudes en lo jugable, Frontline es un título con fallos y virtudes pero capaz de aportarnos algunas horas de entretenimiento ligero y sin quebraderos de cabeza.
