Datura es inquietante, muy enigmático y en cierto modo, algo experimental. Pero lo nuevo de Sony para PlayStation Network también es una más que interesante aventura gráfica en primera persona, capaz de jugar con nuestra mente planteando uno de los viajes más surrealistas y misteriosos que recordamos. ¿Listo para adentrarte en este viaje plagado de alucinaciones?
¿Dónde estamos? ¿Qué nos ocurre? ¿Quién es ese misterioso hombre que nos vigila? Haciendo honor al tipo de planta alucinógena que da nombre a Datura, los creadores del interesante Linger in Shadows nos sorprenden ahora con una enigmática aventura gráfica en primera persona donde nada es lo que parece y todo es posible. Porque en el mundo de los sueños, hasta la peor de nuestras pesadillas puede tornarse en realidad.
Un viaje hacia lo desconocido
Perdidos en un inquietante bosque en el que nada parece tener sentido, Datura nos propone, precisamente, explorar con cierto grado de libertad este lúgubre entorno con un único objetivo en mente: resolver el misterio que nos reconcome desde el principio. ¿Dónde diablos estamos? ¿Hemos muerto? ¿Qué significado tienen las alucinaciones que sufrimos regularmente?
Alucinaciones, por llamarlas de alguna forma, que romperán con la tranquilidad y misticismo que rodea a la exploración de estos escenarios, planteando variados retos con un denominador común: la sencillez. Porque esta es más una experiencia audiovisual basada en el misterioso viaje de un hombre a través del mundo de los sueños, que una aventura gráfica al uso con ingeniosos rompecabezas y sesudas fases de investigación.
Por eso, tras quedar prendados de la atmósfera del juego, nos ha decepcionado la simpleza de esta obra, que en algunos momentos despunta con algún que otro rompecabezas secuencial en los que deben cumplirse ciertos requisitos para seguir adelante; pero que en líneas generales, se asemeja más a una colección inconexa de minijuegos destinados a experimentar con las bondades de PlayStation Move y el Dualshock 3 (la acción se adapta al sistema de control que usemos).
No nos entendáis mal. Datura funciona muy bien y algunas de las secuencias de juego que plantea son francamente sorprendentes, pero es inevitable no sentirse decepcionado cuando ves que la obra tenía todo lo necesario para convertirse en un referente de PlayStation Network y, al final, se ha quedado lejos de ese objetivo. Al menos en la faceta jugable, ya que como decimos, audiovisualmente, es uno de los títulos con mayor encanto de PlayStation 3.
Y es que muy pocos podrán resistirse al enigmático bosque de Datura en el que, mires donde mires, siempre hay detalles que llaman la atención. Robustas puertas de madera en medio de la nada, intrigantes esculturas ocultas tras la densa bruma que siempre baña el horizonte, cientos de insectos revoloteando a nuestro alrededor y la perpetua lluvia de hojas otoñales, que parecen querer huir de unos árboles en estado de decadencia. Todo destila un aire místico y turbio que nos ha encantado. Pero también nos fascinan los grandes contrastes generados por unas alucinaciones en las que tan pronto podemos ir en un furgón policial, como estar en una trinchera durante un conflicto bélico.
La capacidad para sorprender al usuario –o más bien espectador- es uno de los puntos fuertes de este título, que además cuenta con una banda sonora de calidad y unos buenos efectos de sonido. También la integración de Move y el Dualshock 3 en la acción que se muestra está muy conseguida, planteando retos ya habituales en otros juegos basados en el control por movimientos, aunque con un "pero" bastante significativo: el esquema de control adaptado para recorrer el mundo de Datura es más quisquilloso de lo que aparenta. Algo que dificulta innecesariamente la exploración de su mundo con cualquiera de los dos controladores.
El bien y el mal
Mención aparte merece el sistema de toma de decisiones que incluye el título, que tal vez por sencillo, resulta más sorprendente y natural que el visto en muchos otros juegos. Porque en Datura, la línea entre el bien y el mal no siempre está clara; y la premura con la que deben tomarse algunas decisiones nos hará cometer errores que se quedarán marcados en nuestra cabeza durante un tiempo. Y aunque jugablemente la acción no varía mucho en base a estas decisiones, al menos sí es un ingrediente lo suficientemente interesante como para incitarnos a completar la aventura al menos una vez más.
Sobre todo teniendo en cuenta que el juego puede completarse en una hora y media como mucho, dependiendo de lo que nos cueste dar con las pistas. ¿Demasiado poco? En nuestra opinión sí, porque una segunda partida se puede superar en mucho menos tiempo tras haber perdido por completo el factor sorpresa que tanto incita a seguir adelante al principio de la aventura.
Un elemento que en consonancia con la simpleza de los puzles planteados y el regular sistema de control, nos deja con un título que podría haber sido mucho mejor. Es muy interesante, consigue atrapar gracias a su brillante atmósfera y nos hace vivir situaciones realmente llamativas: pero es corto, demasiado corto. Y eso hace que la acción que va y va creciendo conforme nos acercamos al final, caiga de repente dejándonos con cierta regusto amargo.
Un suspiro. Datura puede completarse en poco más de una hora, y eso es algo que le resta gran valor a una obra que destaca sobremanera por su apartado audiovisual; pero que más allá de eso, no ofrece mucho más debido a la falta de puzles más elaborados o pruebas más originales. Como experiencia audiovisual es bastante bueno, pero como juego, creemos que podría haber sido mejor. Aun así, la sorpresa inicial que transmiten todas y cada una de sus alucinaciones bien merecen una oportunidad.
