Análisis de Binary Domain

Análisis de Binary Domain
Facebook Twitter Flipboard E-mail

Sin grandes novedades pero con una atractiva puesta en escena, el creador de la saga Yakuza prueba suerte en el género de la acción en tercera persona con un destacable título de disparos que, tras su paso por consolas, llega ahora a PC dispuesto a lograr el éxito. Su interesante base argumental, lo intenso de sus tiroteos y el sistema de órdenes de equipo son sus principales armas.

La exitosa trilogía Gears of War ha marcado un antes y un después en el género de la acción en tercera persona, siendo el espejo en el que se han mirado decenas de desarrolladoras que han tratado de seguir su ejemplo. Sin embargo, el caso que hoy nos ocupa resulta algo más llamativo por tratarse de una obra japonesa a cargo de uno de los creativos más destacables de Sega, el padre de la saga Yakuza, Yoshihiro Nagoshi.

Y como resultado tenemos un intenso juego de acción que no aporta grandes novedades al género, pero sí se desmarca de muchos otros competidores gracias a su interesante argumento, su atractiva puesta en escena y su destacable sistema de órdenes basado en la confianza de los soldados en su líder. Por eso, sin ser el no va más, Binary Domain tiene algo especial que sin duda gustará a los jugadores de PC, que tendrán la oportunidad de vivir una intensa aventura de acción a la japonesa.

Dictadura en Código
El videojuego nos sitúa en el año 2080 en la futura versión de Tokio, y nos pone en el pellejo del sargento Dan Marshall, perteneciente a un escuadrón que trata de infiltrarse en los edificios de una importante corporación. ¿A qué se dedica esa multinacional? A la fabricación en serie de humanoides que están introduciéndose paulatinamente entre la sociedad humana sin hacerse notar. La humanidad comienza a sentirse amenazada, y en respuesta a eso el equipo de operaciones especiales al que pertenecemos es enviado en una misión para solventar la papeleta.

El guión del videojuego tarda en desarrollarse quizá incluso demasiado, no obstante tiene cierta profundidad y algunos toques francamente sorprendentes, algo que es especialmente llamativo en un género tan rutinario como el shooter y que, sobre todo, resulta especialmente meritorio. Así su historia, sin ser nada del otro mundo, nos lleva en volandas hacia un tercio final de campaña individual que cuenta con algunos giros y golpes de efecto bastante interesantes.

Las cinemáticas, por si fuera poco, están ejecutadas con un gran sentido del buen gusto. Se nota que la mano de los creadores de las asombrosas CGIs de la serie Yakuza están detrás de las secuencias de vídeo de Binary Domain, algo de lo que se beneficia la forma de contar la historia que tanta importancia tiene en el videojuego.

Binary Domain ya está  aquí, y ofrece la visión que de los shooters occidentales se tiene desde oriente.
Binary Domain ya está aquí, y ofrece la visión que de los shooters occidentales se tiene desde oriente.

Eso sí, todo lo que resulta medianamente sorprendente en la narrativa de Binary Domain, lamentablemente, no viene acompañado de un ímpetu similar por lograr resultados frescos en la faceta jugable. Aquí cualquier usuario que sea habitual a los shooters en tercera persona se va a sentir como en casa, y es que el juego no ofrece absolutamente nada nuevo en cuanto a mecánicas que no hayamos visto ya una y mil veces en otras ofertas del género...

¿Dónde está el as en la manga del juego de SEGA en este sentido? En nuestros oponentes, los robots. Y es que la última creación del responsable de Yakuza se desmarca completamente de otros títulos con amenazas robóticas, y nos plantea una violentísima acción que parece totalmente impropia de unos enemigos sintéticos como los que debemos abatir. Contra todo pronóstico resulta visceral y sorprendente el machacar a las hordas de cibernéticos con nuestras armas de fuego, lo que, junto al argumental, acaba resultando el gran factor que redime al juego de su convencional planteamiento.

La historia de Binary Domain es uno de los puntos fuertes del videojuego.
La historia de Binary Domain es uno de los puntos fuertes del videojuego.

Hasta el Último Cartucho
Binary Domain respira Gears of War por los cuatro costados. Es difícil entender el desarrollo del género de la acción en tercera persona de los últimos años sin el referente de Epic Games, pero todavía lo es en mayor medida con títulos como el de SEGA, que beben tan directamente de la saga de Marcus Fenix y compañía.

La mecánica de coberturas es, de hecho, la piedra angular sobre la que se cimenta toda la experiencia jugable de este lanzamiento. Como es tradicional en el género podremos asomarnos para disparar, abrir fuego a ciegas sin exponernos, desplazarnos detrás de nuestros parapetos, etcétera... Hay algunas notables ausencias como el hecho de que no podemos doblar una esquina sin renunciar a estar a cubierto, pero en líneas generales todos los movimientos clásicos de este tipo de videojuegos están presentes.

El juego, sin lograr nada fuera de lo común, es bastante efectivo a la hora de brindarnos un buen puñado de horas de diversión. La campaña puede superarse en unas nueve horas, y por el camino Binary Domain es un no parar de disparos, tiroteos e inagotables secuencias de acción. Nagoshi y compañía han hecho todo lo posible por inyectar variedad a la fórmula, y por el camino pilotaremos algún mecha, seremos perseguidos por robots e incluso haremos surf sobre androides... No obstante, incluso con estos lapsos tan diferentes, el juego acaba pecando de repetitivo en algunas partes de la campaña, especialmente en su último tercio. Son esos momentos en los que el guión hace su trabajo, y es que hacia el final del modo historia el interés que se pierde por la reiterativa experiencia jugable es remplazado por la enorme potencia que cobra lo argumental, atrapándonos con relativo ímpetu.

Por otra parte, no debemos olvidarnos del efectivo sistema de órdenes sobre el equipo que plantea Binary Domain. No en vano, en todo momento podemos dar instrucciones a nuestros acompañantes haciendo uso de cualquier micrófono que dispongamos en PC o, si no contamos con este periférico, a través de sencillos comandos prefijados a los que accederemos mediante atajos de teclado o los botones del pad. Lógicamente, siempre resulta más divertido y directo el gritar las órdenes a los compañeros, pero hay que reconocer que la acción funciona igual de bien en ambos sentidos.

La influencia de nuestras instrucciones sobre cómo se desarrollan los tiroteos acaba siendo engañosa, pero se enmascara de una forma realmente notable, y ofrece un sistema de familiaridad que se apoyará en la experiencia que nuestros acompañantes tengan con nosotros y en la confianza que les merezcamos: algo que hará que en los niveles más altos de confianza apoyen sin protestar hasta las órdenes más alocadas y que, en los más bajos, cuestionen todo lo que les decimos dejándonos prácticamente solos. El procedimiento es más interesante sobre el papel de lo que acaba resultando en la práctica por su tratamiento superficial e intrascendente.

La campaña individual del juego no es la más variada del mundo, pero trae algunas situaciones interesantes y diversas.
La campaña individual del juego no es la más variada del mundo, pero trae algunas situaciones interesantes y diversas.

De esta adaptación a compatibles también hay que destacar el sistema de control, que permite el manejo de la acción mediante un pad o, como apuntábamos líneas más atrás, con el combo teclado y ratón. Una opción bastante recomendable dado el buen trabajo realizado por Sega, que ha sabido aprovechar todas sus ventajas, si bien es cierto a veces puede fallar ligeramente en aspectos como el uso de las coberturas y los disparos desde esa posición.

El multijugador, por su parte, completa la experiencia con algunas alternativas competitivas bastante convencionales. Las variaciones clásicas de combate a muerte en solitario y por equipos, de captura de bandera, de toma de puntos de control... Todos ellos con nombres muy rimbombantes, pero con escasas novedades aunque con una interesante inyección de horas de entretenimiento de una más que aceptable calidad. Hay, además, un modo cooperativo para hasta cuatro usuarios al más puro estilo Horda de Gears of War, y en el que tendremos que retener las incansables oleadas de robots cada vez más y más poderosos.

Yo, Robot -Gráficos y Tecnología-
En el apartado visual, podemos hablar de unos resultados muy similares a los del resto de secciones de Binary Domain: esto es, notables, aunque quizá carentes de la personalidad o el carácter necesarios para trascender dentro del copioso género shooter.

El juego trae un sistema de mejora de personajes... Discreto y superficial, pero bienvenido en definitiva.
El juego trae un sistema de mejora de personajes... Discreto y superficial, pero bienvenido en definitiva.

Las referencias en el modelado de personajes y escenarios beben indefectiblemente de películas como Blade Runner o Yo, Robot, pero también de juegos anteriores del estudio como los de la saga Yakuza; aunque el juego sí ofrece fantásticos resultados en cuanto a ingenio a la hora de retratar la ciudad japonesa del futuro con impecables resultados. La carga poligonal, el nivel de detalle o la calidad de las texturas de todo lo que se muestra en pantalla no es lo suficientemente potente como para competir con los más grandes del género, no obstante sí hacen en general un trabajo más que notable a la hora de trasladarnos a su mundo.

Las secuencias cinemáticas, por el contrario, son realmente asombrosas, con una calidad a la altura de lo que los grandes estudios orientales suelen mostrar y con una dirección muy buena. En un shooter en el que lo que se nos cuenta tiene tanta importancia como en Binary Domain, esta parece una inversión más que razonable y para nada efectista.

Prepara tus mejores armas, los robots de "infantería" serán relativamente fáciles, pero los jefes finales todo un desafío.
Prepara tus mejores armas, los robots de "infantería" serán relativamente fáciles, pero los jefes finales todo un desafío.

En lo tecnológico el juego también resulta compacto, y en su paso a compatibles ha eliminado gran parte de las ralentizaciones que ensombrecían algo el acabado general del juego en consolas; siendo además un título que no exige un equipo de gama alta para funcionar con todos los detalles gráficos al máximo.

En cuanto al audio el juego llega a nuestro país doblado a nuestro idioma, aunque sin unos resultados demasiado boyantes en este sentido. La banda sonora es de corte lógicamente electrónico, y a pesar de que resulta algo intrusiva hace su labor de una forma correcta. Los efectos de audio cumplen con solvencia.

Bueno

Sin sello

Binary Domain

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Recogiendo influencias de aquí y allá, Binary Domain saca partido cuajando un shooter interesante. No trascenderá, y desde luego, no está destinado a revolucionar el género; no obstante es un entretenimiento contundente y bastante divertido para los amantes de la ciencia ficción y la acción más intensa.

Jugadores: 1-16
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en español
Duración:
Ver requisitos del sistema
Comentarios cerrados
VÍDEO ESPECIAL

12.876 visualizaciones

100 DETALLES OCULTOS de RED DEAD REDEMPTION 2

¿Qué detalles ocultos guarda Red Dead Redemption 2? En el video de hoy os presentamos más de 100 curiosidades distintas acerca de la aventura de Arthur Morgan y de John Marston que nos presentó Rockstar Games en 2018.