El coleccionismo de criaturas es una constante en algunos juegos venidos de Japón, sobre todo en el género de rol. Ahora Disney se decanta por un producto que en este sentido quiere rellenar todavía más el mercado consolero de DS.
En estos momentos existe un gran aluvión de juegos basados en las aventuras de personajes con el afán de coleccionar “muñecotes” que realizan mil y una peripecias. Desde que hace un tiempo surgieran los juegos basados en Pokémon, la avalancha ha sido tal que se está a punto de colapsar el mercado con este tipo de entretenimiento.
Leyendo lo anterior, observamos que la dinámica del juego consiste en encontrar y criar estas criaturas para que nos sirvan en las numerosas batallas a las que nos enfrentamos. El sistema de juego posee muchas similitudes con las aventuras de nuestros amigos los Pokémon, creándose desde ya un duro contrincante.
El gran aliciente de esta nueva obra de la desarrolladora de juegos Disney es su estética manga y su colorista estilo, muy acorde con casi todos los títulos para la pequeña DS.
En las entrañas de su historia
Una serie de abominables criaturas llamadas Krawls están invadiendo el sistema Nanairo, y nosotros, unos patrulleros galácticos muy aplicados y con un noble corazón, hemos de impedir su expansión. El héroe de la misión se llama Rallen, e irá acompañado de su fiel compañera Jeena, juntos han de encontrar a unos seres fosilizados llamados Spectrobes, los cuales ayudarán en la lucha contra los Krawls.
El coleccionismo de criaturas será casi nuestro primer paso para derrotar fácilmente a esta plaga de seres malignos. Además de “revivirlas” hemos de poner toda la carne en el asador para cuidarlas y alimentarlas debidamente, pues será la única manera de que se mantengan fuertes para la lucha.
Todos los Spectrobes tienen un tamaño y forma diferentes, cada uno con atributos especiales y únicos. Entre ellos los habrá más fuertes, con movimientos de lucha más sofisticados, movimientos especiales, etc.
Todo el mundo a excavar
Es quizás el aspecto más atractivo del juego, encontrar el lugar donde se encuentran los Spectrobes y desenterrarlos. Una vez que los hemos detectado con nuestro “radar”, debemos proceder a excavar la tierra, y esto es lo divertido, pues con nuestro stick hemos de puntear la pantalla para dejar entrever las figuras. En un principio los Spectrobes se encuentran en forma “niño”, pero irán evolucionando hasta hacerse adultos…
Una vez que hemos conseguido un Spectrobe, hay que llevarlo a la nave, allí se le despierta, con nuestra voz, si, has leído bien. Hemos de utilizar nuestras cuerdas vocales por medio del altavoz de la consola para que el animalito tome conciencia de vida. Esto se realiza en el interior de una especie de incubadora, cuando es bebé se comienza a cuidarlo y alimentarlo para que en un futuro se convierta en un arma implacable.
Algo importante es que desde el propio laboratorio vamos a dirigir nuestros pasos con los Spectrobes, por tanto, elegimos cuál de ellos sirve para la batalla y, por otro lado, cuáles son los más propicios para ayudarnos a desenterrar otros Spectrobes.
Para la crianza de las criaturas se ha ideado un sistema un tanto complejo de menús y opciones que en un primer momento te traerán de cabeza por su dificultad. La combinación de menús hará que en más de una ocasión tengamos que echar mano de la guía de más de 60 páginas que incluye el juego. O consultas el manual o no tendrás nada que hacer…
La diversión en las batallas
En este apartado entramos en harina, pues las batallas son otro de los momentos esenciales del juego de Disney. Para enfrentarnos con los Krawls debemos tener preparados nuestros Spectrobes, cuanto mayor nivel de energía y salud tengan, más posibilidades de salir victoriosos. En el campo de batalla (normalmente el interior de los vórtices Krawls), podemos usar un numero de dos Spectrobes como máximo, dirigiéndose al compás de Rallen, el protagonista. Mediante los botones de la DS, “R” y “L”, dirigimos a una y otra criatura, asestando golpes y coletazos al son que más nos convenga.
También es posible interactuar con las criaturas y, mediante submenús, hacer que desplieguen todo su arsenal de movimientos especiales, si los tuvieran. Cuidado con ambos flancos del personaje, que está rodeado por los Spectrobes, pues si muere uno nos quedaremos sin él, y después de los mimos y cuidados, no sienta muy bien que un Krawl se lo meriende.
El resto del juego, cuando no estamos “batallando”, transcurre en amplios mapas, donde podemos interactuar con otros personajes, hablar, ayudarlos en su quehacer diario, realizar algunas quest, recoger rocas y, en general, explorar mundos alienígenas…
Un rico mundo visual y sonoro
El juego utiliza ambas pantallas de la Nintendo DS para plasmar todo el escenario. Ambas se fusionan para que la vista sea lo más atractiva posible y el jugador tenga la sensación de amplitud y libertad. Los gráficos de los distintos ambientes planetarios no contemplan un aspecto recargado, más bien pobre y escaso de elementos en pantalla. Eso sí, las escarpadas montañas, los vericuetos del terreno y los colores utilizados hacen de este Spectrobes un título muy vistoso.
En cuanto a los personajes si se puede decir que estén un poco más elaborados, su tamaño y sus detalles dejan entrever un trabajo mayor por parte de los creadores. Así sucede también con las criaturas, cuyas características corporales han sido muy bien implementadas y poseen una atractiva apariencia. La originalidad se lleva la palma en el aspecto final de los Spectrobes.
Por otro lado, lo que más destaca en cuanto a las melodías no es su calidad -pues no pasan de normales- pero si su variedad. A lo largo de la aventura, las diferentes melodías que resuenan harán de acompañante en todo momento, y no abandonan la acción en ningún instante.
Una noticia interesante es que el juego está traducido al español, y veremos los subtítulos correspondientes en la pantalla cada vez que hablemos con los demás personajes. Además los menús y todo el juego en general hacen gala del idioma de Cervantes, por lo tanto podemos tener total tranquilidad a la hora de adquirir el juego.
Aspectos interesantes del juego
Además de la campaña individual del modo historia, en Spectrobes también se puede jugar en multijugador. Esto es imprescindible para los jugadores que disfruten mucho más haciéndolo con varios amigos a la vez. Mediante la conexión inalámbrica de la consola vamos a poder realizar torneos e intercambiar nuestros objetos como si fueran moneda de cambio, un aliciente que, a buen seguro, entusiasmará a muchos.
Además, mediante la opción Wifi, lo que podemos hacer es descargar contenidos que nos sirvan para el desarrollo del juego. Un punto a favor de los desarrolladores.
Otro aspecto reseñable es la inclusión de algunas tarjetas o cromos de aspecto holográfico a modo de regalo, incluidas con la caja del juego. Un acicate más para redondear un juego divertido y muy envolvente.
Spectrobes viene a completar la lista de juegos tipo Pokémon, con un desarrollo aparente, unos gráficos adaptados a la situación y realmente bien resueltos, y un sistema “complejo” pero bien definido… Todo hace que este nuevo producto de la gran factoría Disney encandile a los seguidores de los juegos colecciona-mascotas. Recomendado sobre todo a los fanáticos de la estética manga e incondicionales de las series de animación.
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