Sam Fisher debuta en Play Station 3 con uno de los más espectaculares títulos de la serie Splinter Cell. Una increíble aventura que nos pondrá en la piel del mejor agente de espionaje en una de sus más oscuras historias.
Si volvemos la vista atrás, ya han pasado unos añitos desde que las primeras partes de esta gran serie. Vio la luz en nuestros queridos compatibles y se extendió como la pólvora entre las demás plataformas. Hace unos meses vio la luz la cuarta entrega de la serie, una de las mejores, y destacó especialmente la edición de la plataforma Xbox 360. Ahora llega a nuestras PlayStation 3 el port directo de ésta.
Sam, ¿qué ha pasado?
En esta ocasión, la historia viene cargada de emocionantes sucesos, a la vez que intrigantes tramas que a más de uno le pondrá en tesituras bastantes comprometidas. Sam ha sido herido en lo más hondo de su corazón, pues ha perdido a uno de sus seres más queridos, su hija. Dentro de él la rabia quiere aflorar, no puede acabar de creerse lo que la vida le ha deparado. Comienza en su interior un tira y afloja que tendrá consecuencias en el futuro, y no sabemos si son del todo buenas…
Además todo se complica con su ingreso en prisión; no es que nuestro espía haya cometido un delito del que deba avergonzarse, sino que la propia NSA, la compañía para la que él trabaja, lo ha introducido allí para completar una misión.
Como buen agente, tendrá que investigar y asociarse a un importante cabecilla de una organización terrorista (EJB) para poder así inmiscuirse en ella. Una vez dentro deberá desenmascarar a los jefes y destruir los planes que tienen concretados, para así frustrar todo intento de terrorismo.
Esta vez Sam debe soportar una gran carga moral, pues de él mismo dependerá su lealtad a la NSA o a la EJB. Esto es, llevaremos a cabo acciones que nos alejen de uno u otro bando, o al revés, que nos impliquen más. De este modo, si vamos cumpliendo los objetivos que nos encarga la NSA, la balanza girará a favor del bando correcto, de lo contrario, si servimos en demasía a la EJB, nuestra reputación como agente secreto irá mermando.
De cualquier forma, la jugabilidad de este título será de lo más novedosa, pues tenemos diferentes caminos que seguir, suponiendo esto un gran aliciente para continuar la aventura. Nuestro papel de agente doble será predominante durante todo el juego, consiguiendo que nos mantengamos en todo momento interesados por lo que vendrá después.
El Sam más duro, en constante movimiento
Parece una obviedad, pero el movimiento y la dotación de acciones del personaje es increíble en este Splinter Cell. Mejor resuelto no podía haber sido, pues ahora, todo lo que podíamos realizar en otras entregas se ha acentuado, incluyendo nuevos gadgets.
Nos han cambiado hasta la manera de andar, y nunca mejor dicho, pues la sincronización de movimientos y su resolución final se ha visto reforzada, haciendo especial hincapié en posturas que se insinuaron en el gran “Chaos Theory”, y que ahora han sido totalmente implementadas y dotan al juego de un mayor esplendor y atractivo.
Entre las acciones nuevas se incluye: natación (un gran acierto), podemos tirarnos al agua, tirar al enemigo de su barca, romper desde abajo finas capas de hielo para arrastrar a las profundidades marinas a nuestros rivales, e incluso podemos escondernos en armarios, debajo de las mesas, etc.
No podemos dejar de lado las acciones típicas propias del sigilo, como agacharnos y andar entre las sombras para no ser vistos. Esta particularidad se ha resuelto de una forma muy novedosa. El sistema que se utilizaba anteriormente se basaba en un gráfico, representado por una línea en la parte inferior de la pantalla. Gracias a ella podíamos observar si éramos vistos, ya fuera por nuestra exposición excesiva a la luz o por no escondernos debidamente. En la situación actual, esto se cambia por un indicador que cambiará de color verde a rojo, en el caso de que nos vea un personaje enemigo. Los distintos grados se dividen en Verde, que indica que pasamos desapercibidos; Amarillo, el enemigo puede intuir nuestra presencia y por lo tanto alarmarse; Rojo, hemos sido vistos y el enemigo ha comenzado a dispararnos.
Las demás acciones pasan por tirarnos en tirolina, utilizar la cuerda de escalada, subir escaleras, agarrarnos y sortear alambradas, abrir puertas o similares, gatear por tuberías y conductos, agarrarnos en cornisas, rasgar tejidos con nuestro cuchillo, pegarnos a las paredes, deslizarnos por barras metálicas o cuerdas… Como puedes ver, toda una retahíla de acciones a realizar, donde la variedad es la especial característica de este gran título para PlayStation 3.
Espléndido visualmente
Sin lugar a dudas este es el capítulo que bien merece una mención aparte. No hay ninguna duda de la potencia del motor que ha utilizado UbiSoft esta vez. Atrás quedan las buenas pero aún regulares superficies, el diseño de personajes a medias, y mapas que habíamos visto. El espectáculo está servido, por fin no estamos ante meras caras con aspecto de mimo, ahora se han recreado unos aspectos faciales a la altura de los demás efectos gráficos. El motor Unreal sigue demostrando su versatilidad.
Echando un vistazo al rostro de Sam, podemos observar como todo el contorno de la cara está finamente trabajado. Se observa un realismo brutal en sus facciones, ahora puede mover los ojos de un lado para otro, observando lo que pasa a su alrededor. El nivel de detalle del que es capaz la nueva consola de Sony permite recrear los pasmosos detalles de la versión de 360, y dibuja aspectos maravillosos como el hecho de que incluso puede percibirse el sudor brillando sobre su piel. Sobre todo en la fase donde estamos en la cárcel se advierte su cuerpo fornido y atlético, dejando comprobar que por él no pasan los años.
Comprobando el entorno de juego, podemos ver como las luces dinámicas se han apoderado de las estancias, ahora si que resultan verdaderamente creíbles. Según nuestro grado de inclinación o la exposición a la luz - ya sea solar o artificial-, así serán los reflejos que observemos en pantalla, y así mismo todo esto se reflejará en el cuerpo de Sam que según la incidencia de la luz sobre su figura, variará de una forma tremendamente realista. La versión de PS3 es notoriamente inferior a la de 360 en estos detalles de iluminación, y resulta decepcionante la ausencia de HDR, pero aún así sigue aportando un espectáculo vigoroso.
Los escenarios brillan por su excelente acabado y mejoría en la texturización, utilizando mejores reflejos y usando con gran acierto los píxel shaders, la filtración anisotrópica y el antialiasing; aunque, como en la versión de 360, se echa en falta un mejor empleo de la sincronía vertical. El potente Hardware de PS3 contra todo pronóstico no mueve el conjunto con la soltura que se le presupone, y es que en más momentos de lo deseable el juego sufre de algunos notorios bajones de frame rate.
El mapeado es sensacional, y muy variado; y algunos escenarios como el barco encallado en el iceberg o la prisión ya han quedado grabados en la retina de los fans de Splinter Cell por su calidad. Se ha optado además por entornos mucho más luminosos que los del tremendamente oscuro Chaos Theory, donde pasábamos la mayor parte del tiempo con las gafas de visión nocturna; esto permite admirar en mayor grado el gran trabajo de UbiSoft en los escenarios.
En lo sonoro de nuevo un gran trabajo. El doblaje es excelente y se ha vuelto a contar con habituales actores de doblaje para dar más peso dramático al título, y la decisión es de nuevo acertada. En lo musical el trabajo es esplendido. Si bien no se ha contratado esta vez al portentoso Jesper Kyd, el trabajo ha recaído en buenas manos y el resultado de Michael McCann al frente del score del título es excelente. Temas melancólicos y otros frenéticos se alternan a la perfección con un sistema musical activo que se adapta a la situación que estemos viviendo. ¿El resultado? Un éxito.
Los modos de juego
Sam puede lucirse en dos tipos de juego diferentes. Puede probar suerte en el modo un jugador, donde recorrerá los escenarios él sólo. En esta modalidad puede llevar a cabo sus acciones de la forma que quiera, comprometiéndose a ayudar a la NSA o a la EJB. Según sus elecciones así será el desarrollo de la historia, y el juego dispone de diferentes finales según nuestras acciones, con lo que el componente rejugable está muy presente. Hay que vigilar este aspecto, pues el interfaz de pantalla nos muestra una barra para cada facción. Una y otra, y según nuestro aporte, irá mermando o ampliándose. Si nuestra barra de la NSA, por ejemplo, llega a su final, habremos perdido la partida y tendremos que cargar desde el punto donde nos quedamos.
Es un detalle a tener en cuenta la inclusión de pantallas de introducción donde nos tiran en paracaídas, o debemos dirigir un helicóptero descontrolado, o camuflarnos debajo de un camión… Esto hace que la acción se haga mucho más dinámica y le da un toque más de interacción al conjunto.
Una vez hayamos visto todo lo que la poderosa campaña individual tiene para ofrecernos podremos disfrutar del espectacular modo multijugador. En esta ocasión, y separándose de las directrices de Splinter Cell Chaos Theory, dispondremos de un modo Enfrentamiento muy interesante. Los jugadores se dividirán en equipos, y mientras que unos intentarán robar información, el resto tratará de evitarlo. Las estadísticas se almacenan, y como si de un juego de rol muy light se tratara, iremos mejorando en distintos aspectos como el sigilo o la precisión.
Splinter Cell Double Agent es una de las mejores entregas de las aventuras de Sam Fisher, y la versión de PS3 es notable. Carece de los innumerables bugs de la entrega de compatibles, y posee un apartado gráfico tremendamente superior al de PS2, aunque no ha logrado igualar el portentoso espectáculo visual de Xbox 360 ni su rendimiento. Sin embargo sus espectaculares gráficos, una campaña sensacional y un excelente estilo multijugador son las principales bazas de este brillante juego. No busques imitaciones, no hay otro igual.
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