La continuación del que fuera uno de los mejores juegos de plataformas y puzzles para GBA llega a DS. Y aunque mantiene la esencia del original, esta segunda entrega apuesta por un drástico cambio en el sistema de juego, ahora totalmente enfocado a la pantalla táctil.
A este Mario siempre se la están liando, cuando no es Browser o su hijo, es Wario o Donkey Kong. Esta vez, lo que iba a ser una inauguración tranquila y normal de la Toy Company, la empresa juguetera de Mario, se ha convertido en todo un buen follón gracias al bruto de D. Kong. Todos conocemos el temperamento de este mono, y una vez más se ha mosqueado terriblemente, la chica de turno no le ha hecho ni caso, y claro, ha pasado lo de siempre, que D. Kong ha cogido ni corto ni perezoso y ha raptado a la chica para subirse al tejado y dar unos buenos gritos y pataletas de enfado. Bueno Mario, ya sabes que rescate te toca, aunque tranquilo, esta vez la papeleta no recae sólo sobre ti, tus pequeños clones con forma de juguete, los MiniMario, te van ayudar.
Pequeños y obedientes, los minis
El principal cambio que encontramos en esta continuación es el protagonista: Mario pasa a un segundo plano y los miniMarios toman las riendas del asunto. Y claro, como ahora podemos controlar hasta seis de estos pequeños fontaneros de juguete, debemos usar el stylus a tope, dándoles básicamente tres ordenes: “pinchar” una vez para anden, otra para que se paren, y empujar hacia arriba para que salten. Un control sencillo y eficaz, aunque a veces puede dar la sensación de ser algo impreciso si no hacemos el movimiento exacto.
Pero la cosa no sólo queda ahí, también es necesario preparar el camino por el que los minis vayan a pasar: activando distintos tipos de plataformas haciéndolas visibles o invisibles, usando ascensores o muelles, o incluso usando tuberías entre otros cachivaches. No debemos olvidar que nuestro objetivo es conseguir que al menos uno de los minimario llegue a la puerta de salida, aunque lógicamente contra más salvemos mejor, ya que más alta será la puntuación y mejores posibilidades tendremos para enfrentarnos a D. Kong.
Un mundo de juguete
El juego consta de un total de 8 niveles con diez fases cada uno, cada nivel representa la planta del edificio donde se ambienta el juego, y conforme las completemos se irán incorporando sucesivamente nuevos elementos, enemigos y puzzles. Al final de cada nivel, un gran enfrentamiento con Donkey Kong nos espera, resultado a la larga uno de los mayores alicientes del juego, ya que la dificultad aunque progresiva, acaba resultando poco retante y algo falta de gracia en determinado momentos. De todas formas, esta percepción cambia totalmente si intentamos conseguir la mejor puntuación en cada nivel, todo un desafío sin lugar a dudas.
En el apartado gráfico, el colorido y la sencillez son las máximas de Mario vs Donkey Kong 2, y aunque no resulta ni sensacional ni novedoso en ningún aspecto, si que cumple perfectamente con su cometido, logrando al igual que el sonido y la música, un más que agradable acabado. Destacar las graciosas animaciones en los andares de los minis, uno juguetitos muy “monos”.
Añadir para finalizar, que una de las cosas que más nos han gustado es el excelente editor “zona de obras”, con el que podremos crear enteramente nuestros propios niveles, para posteriormente jugarlos o compartirlos con otros amigos, vía red o a través de Nintendo Wifi Connection.
Mario vs Donkey Kong 2 es un buen título que resulta muy entretenido. Su cambio de sistema de juego respecto a su antecesor evita las comparaciones directas, pero aún así debemos decir, que no logra todo lo que de él se esperaba, quizás el listón lo tenía muy alto. En definitiva, diversión y emoción con una buenas dosis de puzzles para darle algo de caña al cerebro.
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