Fuego, plantas carnívoras, haces de luz candentes, materiales corrosivos, anticuerpos… ¿quién decía que guiar una pequeña corriente de materiales líquidos iba a ser tarea fácil? Pon a prueba tus reflejos y controla cada uno de tus movimientos en este desafiante juego de puzles que no dejará indiferente a nadie.
Del interior de un vaso de café al estómago de un científico tras recorrer metros y metros de cañerías, disolverse entre la tierra de un jardín, y colarse en la mesa de trabajo de un laboratorio. Nadie dijo que guiar un torrente de materiales líquidos fuera un trabajo sencillo, pero tampoco imaginábamos que fuera tan variado y desafiante como en Puddle. Un divertido juego de puzles y habilidad que tras su paso por Xbox Live Arcade y PlayStation Network, llega ahora a la tienda virtual de Wii U manteniendo intacto todo el encanto del título original.
Lo hace además con los retoques jugables ya vistos en el título de PS Vita, destinados principalmente a facilitar algo las cosas, pero también con un sistema de control adaptado a las posibilidades que brinda la consola de Nintendo. Cambios que no aportan grandes novedades o mejoras sustanciales, pero sí ofrecen un acabado bastante satisfactorio.
Sacudidas líquidas
Moviendo el escenario de un lado a otro. Con estas sacudidas Puddle nos propone transportar, siempre de manera indirecta, una determinada cantidad de material líquido hasta el final de los laberínticos escenarios por los que nos moveremos, cada uno de estos repleto de trampas y obstáculos tan ingeniosos como peligrosos. Elemento que convierte a esta obra de Neko Entertainment en un título francamente desafiante -a veces demasiado-, en el que tendremos que ser muy perseverantes para superar sus pruebas con la mejor puntuación posible.
La variedad de trampas resulta en este punto encomiable, con fosas de fuego, plantas carnívoras, rayos de energía, bichos que dispersarán el líquido, sencillas zonas de plataformeo… Pruebas que pronto nos dejarán claro que no estamos ante un título de puzles al uso, como ha sido definido, sino más bien como un clásico arcade que prima más la capacidad del jugador para superar obstáculos que la resolución de rompecabezas –prácticamente inexistentes en el juego-.
Sin embargo, hay un aspecto que no nos ha gustado tanto, y es que en Puddle se prima más la capacidad del usuario para memorizar cada nivel que el hecho de saber reaccionar ante los imprevistos. Algo que por otro lado resulta a veces imposible, ya que la cámara tarda demasiado en mostrarnos la trampa que nos espera a la vuelta de la esquina. Y aunque es cierto que muchas veces aparecen avisos sobre la pantalla, nunca sabes muy bien cómo actuar hasta que has visto la trampa en cuestión.
Además, el comportamiento de los fluidos no nos parece tan natural y manejable como el visto en otros títulos de corte similar. Por eso, a veces superar algunas pruebas sin sufrir demasiadas pérdidas parece una tarea imposible; aunque con la constancia –decíamos que este es un título para jugadores perseverantes-, todo es posible. Y tal vez este sea uno de los aspectos que más agraden a los aficionados a los retos. Una dureza que también se ve favorecida por una sorprendente variedad –dentro de lo que cabe- de situaciones derivadas de los distintos entornos por los que nos moveremos, siempre siguiendo un hilo conductor tan natural y lógico que sorprende.
Pero cuando hablamos de variedad de situaciones nos referimos, sobre todo, a los distintos tipos de fluidos que podremos manejar. Diferencias que van más allá de su viscosidad, que lógicamente marcará la forma en la que se moverán, ya que habrá momentos en los que trataremos con fluidos que corroerán los elementos del entorno, otros como la nitroglicerina que estallarán si los sacudimos con demasiada brusquedad, e incluso metales líquidos que al estar demasiado tiempo parados, se solidificarán. Entre medias, diversos elementos del entorno como llamas o ráfagas de aire afectarán a estas masas líquidas –normalmente con cambios de estado muy creíbles-, provocando efectos imprevistos.
Algún que otro desafío adicional, como guiar los fluidos dentro de una probeta, consiguen que el juego no aburra en ningún momento, y aunque no estamos ante una aventura excesivamente larga, el que quiera obtener la puntuación más elevada en cada nivel tiene muchas horas por delante. Eso sí, como decíamos, el juego puede resultar desquiciante en algunos momentos, y tal vez pensando en ello los desarrolladores han incluido la opción de llorar, que básicamente nos permite superar automáticamente los niveles en los que nos hemos quedado bloqueados.
Si hablamos de su sistema de control, esta adaptación para Wii U incluye tres opciones claramente diferenciadas como el manejo de la acción con los gatillos, el sensor giroscópico o el stick izquierdo. En los tres casos, el control resulta bastante bueno, así que todo queda en manos del jugador. Además, como otros tantos títulos de la consola, podemos disfrutar de la acción enteramente a través de la pantalla táctil del Gamepad, lo que es otro punto a su favor.
Por todo esto, Puddle es un muy buen arcade que no innova demasiado en lo jugable, aunque sí posee cierta personalidad que le hace destacar por encima de la media. El diseño de sus niveles, la original ambientación de algunos de ellos y lo bien diferenciados que están los retos, han conseguido que disfrutemos de principio a fin de esta obra; aunque como hemos destacado a lo largo de este análisis, tal vez le ha faltado algo más de chispa en aspectos como su jugabilidad o el diseño de los niveles –que priman más el conocer dónde están las trampas que la habilidad del jugador-.
También hemos echado en falta novedades a nivel jugable, ya que esta adaptación se ha limitado a trasladar tal cual los contenidos del original. Que no está mal, por supuesto, pero tras casi un año desde su lanzamiento tal vez esperábamos algo más; o al menos que se hubieran pulido algunos errores jugables.
Por momentos genial pero con una jugabilidad algo caprichosa, Puddle es un muy buen juego arcade que nos pondrá a prueba con unos retos bastante duros en los que la precisión y la correcta sincronización de nuestros movimientos será vital para alcanzar el éxito. Sin duda, le ha faltado algo de chispa para llegar más alto, pero maneras no le faltan.
