Análisis de Pro Evolution Soccer 6

Análisis de Pro Evolution Soccer 6
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Pro Evolution Soccer ha sido siempre una auténtica referencia en lo futbolístico en el mundo de los videojuegos. Su realismo, su concepción de la jugabilidad como un verdadero simulador, y su gran capacidad de adicción, han sido unas bazas contra las que FIFA no ha podido competir desde la salida del juego de Konami. Pro 6 salta al campo este año por primera vez en Next-Gen, ¿lo hará con buen pie?

La campaña 2006/07 se prometía feliz para Microsoft tras dar un vuelco brutal al mercado asegurándose la exclusividad de Pro Evolution Soccer y FIFA en Next-Gen. El bombazo fue comunicado a la prensa hace unos meses, y se entendió como un firme golpe de mando de la compañía norteamericana, al privar a PlayStation 3 de un auténtico vende consolas como es este juego de fútbol.

Tras testear en profundidad el programa en Xbox 360 hemos de decir que el tiro les ha salido por la culata, ya que no sólo no es Pro Evolution Soccer 6 un producto Next-Gen, sino que además es en muchos aspectos claramente inferior a su versión de PlayStation 2.

Al toque
La jugabilidad del título, su gran baza, sigue intacta. No vamos a descubrir a estas alturas la calidad de Pro Evolution Soccer como simulador, pues ya vamos por su sexta edición; pero merecen ser alabados una y otra vez su sensacional realismo, lo imprevisible de sus físicas (en contraposición con los excesivamente automatizados comportamientos del balón en FIFA) y su enorme abanico de movimientos.

El juego nipón además ofrece una curva de aprendizaje diluida en el tiempo de forma poco menos que genial. Los primeros contactos con el título, si nunca se ha jugado a ninguna de las entregas anteriores, acaban en derrota de forma ineludible. Cuesta tiempo hacerse con las mecánicas de su funcionamiento por la gran libertad que ofrece, pero a largo plazo es un juego muy agradecido.

Indudablemente el nivel gráfico de PES6 en Xbox 360 ha crecido con el paso a la nueva generación, pero aún queda lejos de explotar el potencial de la consola.
Indudablemente el nivel gráfico de PES6 en Xbox 360 ha crecido con el paso a la nueva generación, pero aún queda lejos de explotar el potencial de la consola.

Pro Evolution Soccer es, por establecer un paralelismo, como un disco de música en el que no hemos “entrado” en su primera escucha, pero que nos ha dejado un poso agradable y que volvemos a escuchar una y otra vez para empaparnos de su calidad hasta que logramos comprenderlo y disfrutarlo en su justa medida. Su máximo rival, FIFA, era, por seguir con el paralelismo, como un disco de pop fácil, que entra a la primera por ser agradable y sencillo, pero que al cabo de unas cuantas escuchas acabamos aparcando al fondo de nuestra colección sin volver a tocarlo. Pro Evolution Soccer requiere, en cambio, un buen número de horas para hacerse con su control, pero después tenemos una vida entera para convertirnos en maestros hasta tener un estilo propio jugando al fútbol, y este es el principal factor que lo convierte en un juego del que resulta muy difícil cansarse.

Dormido en los laureles
Pocos cambios se han observado en la serie en los últimos años. A decir verdad desde la revolución que supuso Pro Evolution Soccer 3, Konami ha seguido una línea continuista que nos ha deparado pocas novedades en las dos siguientes ediciones.

La sexta entrega ofrece muy pocos cambios. En primer lugar lo que se observa a primera vista es que se ha ampliado el número de licencias. Uno de los mayores defectos de esta saga ha sido siempre la escasez de equipos y jugadores licenciados, eso se ha ido solucionando con parches amateurs, pero cada año se van incorporando nuevas ligas y nuevos jugadores. También se ha mejorado el modelado de los estadios, que este año por cantidad y calidad ya ofrece un apartado a tener en cuenta.

En lo jugable muy pocas novedades. La más relevante son los saques rápidos, una opción muy interesante para sorprender al enemigo; y se ha trabajado también en una buena adaptación de los controles al pad de Xbox 360. En cambio no se ha hecho nada por modificar detalles negativos ya habituales como algunas rutinas de la inteligencia artificial francamente mejorables, los arbitrajes irregulares, y el poco rigor táctico de los jugadores sobre el campo.

Incomprensiblemente la versión de 360 tiene muchas menos opciones que la de PS2. Para empezar el editor no dispone de la posibilidad de crear jugadores o de modificar su aspecto físico, tan sólo podremos modificar sus cualidades técnicas y su nombre. Imperdonable.

Así mismo el siempre interesante entrenamiento ha quedado reducido al entrenamiento libre. Los usuarios de 360, contra todo pronóstico, dicen adiós a las otras formas de entreno, con lo cual sólo les queda la opción del partidillo en el campo de entrenamiento que, honestamente, no sirve para mucho.

Como en cada nueva edición, Pro Evolution Soccer va ganando nuevas licencias de equipos y jugadores disponibles, mejorando igualmente la base de datos del juego.
Como en cada nueva edición, Pro Evolution Soccer va ganando nuevas licencias de equipos y jugadores disponibles, mejorando igualmente la base de datos del juego.

Por si fuera poco el modo live también ha sido recortado severamente, y, por ejemplo, no se podrá jugar 2 contra 2 a través de Internet, o disputar la liga master mediante el servicio Xbox Live. Además el juego presenta unos problemas de lag que pueden llegar a ser espeluznantes.

Los modos de juego también han sufrido supresiones drásticas y desaparecen los partidos al azar y el desafío internacional.

El último factor que no encontramos en la versión de Microsoft es el de la posibilidad de guardar las repeticiones. Otro detalle penoso.

Resultaba impensable hace tan sólo unas semanas que Konami pudiera presentar un producto en estas condiciones, pero su total desinterés por Xbox 360 ha quedado patente de forma plena.

Fuera de juego
En cuanto a los gráficos apenas podemos observar cambios de relevancia. El brutal hardware de Xbox 360 ha sufrido los rigores de un port directo de la versión de PlayStation 2. Una pobre labor de trasvase de información de una plataforma a otra, en la que apenas se han mejorado levemente las texturas, y algunos detalles en los movimientos de los futbolistas, que aprovechan el tan cacareado salto de Pro Evolution Soccer a la alta definición. Lamentable resulta el apartado del público bidimensional, con peor aspecto que en ningún juego deportivo que hayamos visto hasta la fecha.

Otro detalle negativo resulta el hecho de que la mitad de estadios representados tengan un césped que hace parecer impolutas alfombras verdes a los de los equipos de tercera división. En suma, lo tecnológico en Pro Evolution Soccer no ofrece apenas cambios, una auténtica decepción para todos los que esperábamos un verdadero salto del juego a la Next-Gen.

El apartado sonoro es otra decepción importante. En lo referente a lo musical, los temas que suenan en los menús son tan malos como siempre, parecen pequeñas variaciones de las deficientes melodías de ediciones anteriores. Poca variedad y nula calidad, para un repertorio completamente desfasado que podría mejorar un niño de 7 años con un Casio.

Aunque no presenta grandes novedades, la inconfundible jugabilidad de la serie PES sigue intacta en esta entrega.
Aunque no presenta grandes novedades, la inconfundible jugabilidad de la serie PES sigue intacta en esta entrega.

En lo tocante a los comentaristas, que podemos decir, Juan Carlos Rivero e Iñaki Cano rivalizan entre sí por ver quien lo hace peor, aunque hemos de señalar que el segundo gana por goleada. Rivero, habitual locutor de Televisión Española, y nefasto tertuliante de ese pequeño circo que se emite los lunes por la noche bajo el nombre de El Rondo, realiza las labores de narración del encuentro de una forma tremendamente sosa. Iñaki Cano, por su parte, suele apostillar frases inconexas y fuera de lugar, que por su entonación más parecen una narración de un cuento infantil que unos comentarios futbolísticos. Va siendo hora de que las labores de distribución de Konami cuiden el apartado de los comentaristas, porque es totalmente indigno de un producto como Pro Evolution Soccer.

Por otro lado la presentación del producto y sus menús siguen siendo otro punto oscuro del título. Lógicamente es un detalle que no afecta a la valoración final de un juego, pero en definitiva nada les costaría a los chicos de Konami mejorar el aspecto en general de los interfaces del juego, que acusan el no haber sufrido ningún cambio desde hace años.

Interesante

Sin sello

Pro Evolution Soccer 6

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Pro Evolution Soccer 6 para Xbox 360 es un port casi directo de la versión de PS2 en lo tecnológico (con todo lo malo que eso conlleva), y una tremenda decepción en las opciones y modos de juego. En caso de poder elegir, sólo podemos recomendar fervientemente la adquisición del título para PlayStation 2, netamente superior.

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