Análisis de Hellboy Science of Evil

Análisis de Hellboy Science of Evil
Facebook Twitter Flipboard E-mail

Hellboy vuelve a los videojuegos y lo hace con Science of Evil, una torpe revisitación de los cómics de Mike Mignola. Repetitivo hasta el sopor más absoluto, este Hack and Slash de Konami tira por la borda un puñado de ideas aceptables y un acabado tecnológico muy competente.

A excepción del olvidable Asylum Seeker, la presencia de Hellboy en el mundillo de los videojuegos había sido inexistente hasta ahora. La segunda película de Guillermo del Toro sobre el rojizo superhéroe ha sido el pretexto perfecto para que Konami se embarque en un proyecto que no tiene nada que ver con la cinta, y que trata de recoger el testigo de los cómics de una forma ciertamente poco inspirada.

Hellboy saquea sin sonrojo elementos de Devil May Cry para tratar de introducirlos en el peculiar universo de Mike Mignola, pero fracasa al proponer uno de los desarrollos jugables más repetitivos y aburridos de los últimos meses. Si compras Science of Evil más vale que te guste machacar botones porque no vas a hacer otra cosa.

Muchachito Brazo Infierno
La campaña individual de Hellboy está hilada por un argumento inexistente que nos empuja a través de los seis niveles que la componen. Apenas hay diferencia entre estas fases, y no se nos facilita una historia que una de alguna manera las diferentes localizaciones y flashbacks en el tiempo que se suceden sin explicación alguna.

Podríamos obviar este factor, tan maltratado en el género de la acción, si la jugabilidad fuera competente y la acción efectiva. No es el caso. El modo historia de Science of Evil se puede superar al completo con una nada inspirada técnica de machacar los botones del pad hasta matar a todos los enemigos que hay en pantalla... Que no serán pocos precisamente.

Apenas hay historia en Hellboy Science of Evil, aunque viendo la calidad de los pocos diálogos que hay casi podemos considerarlo una bendición.
Apenas hay historia en Hellboy Science of Evil, aunque viendo la calidad de los pocos diálogos que hay casi podemos considerarlo una bendición.

El problema es que apenas hay combos y no hay maniobras de defensa, con lo cual podremos superar la práctica totalidad del videojuego presionando indistintamente los botones de ataque fuerte y ataque suave.

Hay algunas ocasionales variaciones en esta repetitiva fórmula, pero todas ellas acaban perdiendo peso alarmantemente debido al escaso daño que producen. Por un lado podemos coger la mayoría de elementos que hay en el escenario, y golpear a nuestros enemigos con ellos o arrojárselos directamente. Además también se nos presenta la posibilidad de agarrar a los rivales y golpearlos, o también lanzarlos sobre sus compañeros.

La tercera alternativa es la de emplear el arma de fuego que porta Hellboy, un revólver de dimensiones extraordinarias. De todas ellas esta opción será la menos aconsejable, y es que el protagonista tarda tanto en disparar y en cargar la pistola que a no ser que la distancia que nos separe de los enemigos sea descomunal no merecerá la pena usarla.

Hellboy: Tan Grande como Torpe
De nuevo pasaríamos por alto todos estos inconvenientes si el videojuego fuera entretenido, retador o divertido; pero lamentablemente no es ninguna de las tres cosas. Cada nivel es una sucesión de salones donde deberemos acabar con todos los enemigos que aparezcan hasta desbloquear la siguiente estancia, y así sucesivamente. Esta fórmula recuerda especialmente a Devil May Cry, pues incluso se usa sin ningún rubor unas especies de puertas espectrales que no se abren hasta que no matamos todo lo que se mueve.

A muchos les chocará el hecho de que no haya forma de cubrirse. Sin embargo no será algo que echen de menos pues el desinterés de los enemigos por nosotros será total, y muy mal tendremos que estar haciendo las cosas para que nos hagan daño.
A muchos les chocará el hecho de que no haya forma de cubrirse. Sin embargo no será algo que echen de menos pues el desinterés de los enemigos por nosotros será total, y muy mal tendremos que estar haciendo las cosas para que nos hagan daño.

Los enemigos tampoco es que sean exactamente el colmo de la variedad, y responden a unos parámetros temáticos verdaderamente abrumadores. ¿Nivel del cementerio? Todos los enemigos son idénticos duendecillos, y al final de la fase hay media docena de hombres lobo. ¿Nivel en el castillo nazi? Todos los enemigos son idénticos soldados nazis, y al final de la fase otra media docena de mayor dureza. El bombardeo por saturación de Science of Evil en el tema de los enemigos es salvaje y difícilmente soportable.

Tampoco hace el videojuego ningún esfuerzo por dotar a su desarrollo de algo de variación con los puzzles. Todos ellos se limitan a abrir alguna puerta que, de nuevo, cierra el camino. El rompecabezas, por llamarlo de alguna manera, se resuelve retrocediendo unos pasos y hablando con alguien o solucionando algún problema a guantazo limpio. Hellboy es la clase de superhéroe que primero golpea y después pregunta, bueno… de hecho después ni tan siquiera pregunta.

Gráficamente es el único apartado donde el videojuego mantiene el tipo. Los modelados no están del todo mal, aunque su reciclaje es totalmente abusivo. Por su parte los decorados también gozan de un buen aspecto, aunque de nuevo son fácilmente intercambiables entre si.

Tecnológicamente Hellboy podría ser un videojuego de PlayStation 2 y la primera Xbox. Los caminos en los mapas están tremendamente marcados y son muy estrechos, y la interacción con el entorno es amplia pero siempre está encorsetada por el pequeño puñado de objetos que los desarrolladores querían que empleáramos como arma.

El multijugador es el único punto que salva a Science of Evil de obtener una calificación peor. El destrozar en cooperativo a los enemigos hace un poco más llevadero lo que, por lo demás, es un tostón de proporciones bíblicas.
El multijugador es el único punto que salva a Science of Evil de obtener una calificación peor. El destrozar en cooperativo a los enemigos hace un poco más llevadero lo que, por lo demás, es un tostón de proporciones bíblicas.

Por otro lado el videojuego llega a nuestro país en inglés, con la única traducción de los textos. Esto como prevención de un mal menor –un doblaje nefasto a nuestro idioma, por ejemplo,- no nos parece una medida del todo desacertada, pero es que la versión original no es particularmente buena, con el protagonista de las películas, Ron Perlman, leyendo sus líneas totalmente desganado. Por último cabe destacar que la música es tan repetitiva como el resto del videojuego, y que los efectos cumplen con solvencia.

Horrible

No recomendado

Hellboy: Science of Evil

Por: El equipo de 3DJuegos
No recomendado

Es difícil recomendar Hellboy Science of Evil a nadie. Los usuarios comunes encontrarán serios problemas en digerir semejante machacabotones sin sentido, mientras que los hardcore del Hack and Slash saben sobradamente que hay decenas de propuestas muy superiores en calidad. Su ausencia de argumento y del carisma de sus personajes desagradará incluso a los fans de la obra de Mignola.

Comprar Hellboy: Science of Evil
Jugadores: 1-2, 2 online
Idioma:
Duración:
Comentarios cerrados
VÍDEO ESPECIAL

12.876 visualizaciones

100 DETALLES OCULTOS de RED DEAD REDEMPTION 2

¿Qué detalles ocultos guarda Red Dead Redemption 2? En el video de hoy os presentamos más de 100 curiosidades distintas acerca de la aventura de Arthur Morgan y de John Marston que nos presentó Rockstar Games en 2018.