Los pokémon vuelven de nuevo a una portátil de Nintendo, pero esta vez no será para ponernos en la piel de un entrenador. Tampoco será para que experimentemos lo que se siente al ser un pokémon. Ahora, en el papel de un “ranger”, dejaremos la pokeball a un lado junto a nuestras dotes como entrenador para intentar ayudar a mejorar el mundo de Floresta. Viejas especies y nuevos desafíos en una nueva aventura llena de fantasía. ¿Quieres conocerla?
Pocos podrían haberse imaginado que aquella empresa creada allá a principios de los años 80, y que poco después sufriría un enorme bache económico del cual le sacaría la mismísima Nintendo, sería capaz de dar lugar a uno de los fenómenos sociales más importantes dentro del sector del videojuego. HAL Laboratory, una humilde compañía por aquel entonces, y que contaba con la presidencia de Satoru Iwata (actual presidente de Nintendo), fue la culpable de que muchos cayeran en las redes de Pikachu y compañía tras haber presentado ya al mercado otros notables productos como “Adventures of Lolo” o las divertidas aventuras de otro de los grandes personajes de Nintendo: el simpático Kirby.
Satoshi Tajiri propuso la idea, Miyamoto la pulió y Nintendo ya estaba, tras la salida de los primeros “Pokémon Rojo” y “Pokémon Azul”, frotándose las manos por el nacimiento de una franquicia que, a día de hoy, cuenta con 28 videojuegos a esperas de que lleguen a nuestro continente Pokémon Diamante y Perla. En todo este tiempo, la reconocida serie se ha basado en una estructura RPG de captura y recolección de los conocidos como Pocket Monsters (Pokémons) bajo el ya reconocido lema de “hazte con todos”. Sin embargo, cuando una saga llega ya a un cierto grado de madurez, los fans piden más y más novedades, lo que provoca que ciertos “spins off” de la serie salgan a la luz. Es el caso de “Pokémon Pinball”, “Pokémon Snap”, o “Pokémon Dash”; videojuegos que sin dejar de lado la filosofía Pokémon, exploraban nuevos géneros nunca vistos en la franquicia.
¡Conviértete en un “ranger”!
En este contexto nos encontramos con “Pokémon Ranger”, un título que nos invita (como ya hizo “Pokémon: Mundo Misterioso” al ponernos en la piel de un pokémon), a dejar de lado el papel de entrenador para convertirnos en un defensor de la paz y el medio ambiente, lo que en el videojuego se conoce como un “ranger”. Adoptamos el papel de un chico o una chica a nuestra elección (elemento incorporado por primera vez en “Pokémon Cristal”) con deseos de convertirse en un miembro de la organización Ranger. Tras varios intentos, finalmente nuestro personaje es aceptado y citado para un primer reconocimiento.
El afán de capturar pokémons y entrenarlos para después ponerlos a luchar con otros, deja su lugar a otro concepto que tiene más que ver con la defensa del bien y el medio ambiente dentro de la vasta región de Floresta. Ya no se trata de explorar el mundo en busca de pokémons cada vez más raros y poderosos, ni de hacer que aumenten de nivel, sino que ahora nuestra misión será ayudar a los demás en tareas que al principio tendrán que ver con problemas cotidianos pero que pronto se irán complicando con la aparición de los hermanos Go-Rock (que recuerdan mucho al Team Rocket, por cierto).
Así es cómo empieza esta nueva aventura de Pokémon, una aventura que hace un uso exclusivo de la pantalla táctil de Nintendo DS. Desplazarnos a través de las cuatro ciudades, hablar con sus gentes, interactuar con los objetos o seleccionar opciones, serán acciones que resultarán más fáciles de llevar a cabo con el lápiz que con la cruceta y los botones, que también están disponibles. Enfrentarnos así con esta aventura lineal basada en misiones, que se nos van encomendando a medida que avanzamos y subimos de rango, se hace altamente intuitivo y gratificante.
Capturador… ¡te elijo a ti!
Pero la novedad más importante va a venir por parte de la forma de capturar pokémons, ya que dejaremos de lado la pokeball para adentrarnos en las posibilidades de un nuevo artefacto diseñado para la ocasión: el capturador. Siendo el instrumento oficial de captura para los “ranger”, este artefacto, que consta de un disco con forma de peonza, nos servirá para atrapar los Pocket Monsters como nunca se había visto hasta ahora en un videojuego de la serie.
Al acercarnos a un pokémon salvaje dentro del paraje en que nos encontremos, saltaremos a una pantalla fija donde el animalito no dejará de moverse dentro de un patrón de conducta establecido. Fijándonos en dichas pautas y con mucha destreza, nuestro papel será el de hacer círculos alrededor del objetivo hasta que un número indicador nos señale el momento en el que el pokémon puede ser ya capturado. Retirando el lápiz de la pantalla y con precaución de que en ningún instante choque con nuestra presa en cuestión, daremos por concluida la captura, obteniendo un buen número de puntos de experiencia a cambio.
Aprendiendo de tus batallas
Puntos de experiencia que nos permitirán mejorar el nivel de nuestro dispositivo capturador, que con el paso de las batallas irá adquiriendo cada vez más potencia y alcance, a la par que los pokémon con los que nos iremos encontrando serán cada vez más poderosos y también numerosos. Llegará el punto en el que incluso no nos enfrentemos a cada pokémon individualmente, sino que puede que aparezcan en grupo, haciendo que nuestra línea de captura sea más susceptible de ser rota por los ataques de los mismos.
Adicionalmente, tendremos la posibilidad de usar poderes especiales heredados de los pokémon capturados. De esta forma, podremos crear burbujas para mantener inmóvil durante un momento a nuestra presa, hacer surcos en la tierra para limitar su campo de acción, usar un amigo eléctrico para que nos recargue el capturador o solicitar que nuestro compañero Minum (que será nuestro pokémon acompañante desde el principio) realice una descarga eléctrica sobre nuestro oponente. Esto crea en sí, una manera de jugar que da lugar al elemento estratégico, algo que el presente videojuego debía heredar de sus antecesores.
No todo consiste en capturar
A pesar de ser la parte con más peso dentro de la aventura, las escenas de captura no serán el único elemento de diversión dentro del juego. También deberemos explorar el mundo que nos presenta este notable cartucho. Un mundo dividido en cuatro ciudades (Villavera, Otonia, Villaestío e Hiberna), con una base Ranger cada una y en la cual recibiremos misiones que cada vez conllevarán más responsabilidad.
No obstante, esta vez el aumento de responsabilidad no irá en consonancia con un incremento en la dificultad de los puzzles que se nos van a presentar, los cuales son en su mayor parte, de una variedad y dificultad muy bajas. Acabar con un obstáculo que nos dificulte el camino va a ser, en más de la mitad de los casos, el problema a resolver gracias al poder de alguno de los pokémon que hayamos capturado (inicialmente podremos llevar hasta cuatro acompañantes, ampliando esta capacidad conforme subamos de rango).
Linealidad duradera
La aventura, por su parte, tampoco dejará al jugador la posibilidad de explorar libremente. Muchas veces, nuestro avanzar en el juego, aparte de estar estructurado por el cumplimiento de misiones, también estará guiado por una sucesión lineal de acciones, de manera que cuando hayamos ayudado a una persona, al salir de su casa nos encontraremos con otra que nos llevará hasta el nuevo problema. Este es otro factor que hace de este videojuego una aventura demasiado asequible y destinada, tal vez, a un público de menor edad.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, la baja dificultad no implica que el videojuego sea corto. Más bien, está dentro de un rango más que aceptable: 10-15 horas de juego que, eso sí, no estarán apoyadas por ningún elemento de rejugabilidad más allá de algunas misiones especiales que se presentarán una vez terminada la aventura. Además está el inconveniente de que, al cabo de unas cuantas batallas, se hace repetitivo: dar vueltas y vueltas con el lápiz táctil sobre el pokémon puede llegar a cansar al jugador, a pesar de que exista un elemento estratégico que, eso sí, podremos obviar en ocasiones para seguir adelante.
El Pokémon más vistoso en una portátil
Desde una continua perspectiva aérea, “Pokémon Ranger” presenta, tal vez, el mejor aspecto gráfico de cuantos videojuegos basados en la franquicia han pasado por las portátiles de Nintendo. Una gran cantidad de personajes, de pokémons y de escenarios con gran cantidad de detalle, constituyen el mejor ejemplo del esmero que se ha puesto en hacer que tanto pequeños como grandes “sprites” gocen de colorido y fluidez de animaciones. Todo ello representado en unas correctas dos dimensiones que, en este caso, han sido más que suficientes para llevar a buen término tanto el guión como la mecánica de juego.
Parece que no llegará nunca el día en que los pokémon empiecen a emitir los mismos simpáticos sonidos que en televisión. Los efectos sonoros del juego no han mejorado con respecto a anteriores entregas. Tampoco lo ha hecho el apartado musical, que presenta una mezcla de composiciones brillantes con otras que resultan molestamente repetitivas. En general, podría haber sido bastante mejor, teniendo en cuenta el “background” de melodías que posee HAL Laboratories después de casi una treintena de títulos sobre las extrañas criaturas de Nintendo.
Pokémon Ranger se presenta como un soplo de aire fresco para la franquicia más rentable de Nintendo, proponiendo un relativo alejamiento de la temática original y una nueva y original forma de atrapar pokémons. El uso exclusivo de la pantalla táctil, una duración adecuada y un apartado gráfico correcto son elementos que, sin embargo, se ven empañados por la repetitividad de una mecánica tal vez demasiado fácil y sin mucha variedad. No obstante, y a esperas de la llegada de “Pokémon Diamante” y “Pokémon Perla”, supone una buena alternativa sobre todo para los fans de la saga que esperaban algo innovador.
Comprar Pokémon Ranger