Connor despierta de un sueño para adentrarse en otro donde tendrá que enfrentarse al déspota Rey Washington en una frontera helada y desolada por la guerra. Llega el primer capítulo del DLC La Tiranía del Rey Washington: La Infamia, una reinterpretación de la aventura y la acción tan características de Assassin's Creed que, en esta ocasión, ofrece la fascinante inclusión de nuevos poderes chamánicos.
Ya tenemos entre nosotros el primer contenido descargable de más importante relevancia para Assassin's Creed III, se trata del bloque que presenta La Tiranía del Rey Washington, que comienza su andadura con su episodio inicial: La Infamia. Un ambicioso plan de añadidos para el juego de Ubisoft, que promete animarnos a pasar todavía más tiempo con un Ratonhnhaké:ton que nos regaló algunos de los mejores momentos del género de aventuras a lo largo del pasado 2012. La Infamia, de hecho, comienza con un perplejo Connor que, al igual que el jugador, toma conciencia de la extraña realidad que se avecina: Washington se ha erigido como rey absoluto tras la Revolución Americana y ha sido corrompido por el poder del Fruto del Edén, instaurando una guerra perpetua y buscando venganza para aquellos que intentan detenerlo.
Se trata de una realidad alternativa, y no de una continuación de Assassin’s Creed III, que rescata personajes que habían muerto y transforma en enemigos a otros que considerábamos aliados. Y es que ninguno de ellos parece recordar los sucesos acontecidos en el pasado, sólo Connor y nosotros mismos comenzaremos a hacernos preguntas sobre La Tiranía y cómo destronar al rey. Un guión que a priori tiene gancho, y que nos regala momentos muy buenos como cuando la realidad y el mundo onírico se entremezclan, pero que no resulta tan rotundo como las historias a las que Ubisoft nos tiene acostumbrados, quedando prácticamente congelado tras la introducción y sin un rumbo muy definido. Confiamos en que los otros dos episodios acaben dándole un mayor sentido a su propuesta, todo apunta a ello.
La Frontera: Un vasto desierto de nieve
Connor o Ratonhnhaké:ton comienza su misión en la Frontera, un terreno nevado, sumido en una permanente represión militar, salpicado de bosques, campamentos militares y pueblos al borde del caos. Un lugar donde, como si de un desierto helado se tratara, somos partícipes de las consecuencias de la guerra: cadáveres enterrados en la nieve, restos de lo que fueron cabañas habitadas, caravanas del ejercito abandonadas... Al igual que en Assassin's Creed III nos valdremos de los recursos que el escenario nos ofrece para eludir a los enemigos, trepando de árbol en árbol para evitar correr por la incómoda nieve, aunque no será posible cubrir largas distancias por las alturas y en muchas ocasiones nos encontraremos desamparados, en medio de un vasto desierto de nieve que nos deja indefensos y un tanto frustrados.
El trabajo de documentación del que siempre ha hecho gala la serie se mantiene intacto, mostrando una recreación bastante aproximada de cómo debía ser el contexto histórico, la arquitectura tanto nativa como colonial, la geografía, el clima, los rituales chamánicos... El diseño permite saborear todos los fascinantes detalles de la cultura nativa americana, resultando un placer para el jugador que disfrute de vagabundear por las localizaciones abiertas y naturales, aunque para esta serie de contenidos descargables se ha tomado la decisión de circunscribir algo nuestros movimientos a entornos algo más delimitados.
Las armas son las mismas: tomahawks, dardos de cuerda, armas de fuego, arcos, flechas y las cuchillas ocultas, y su uso en combate no difiere de lo acostumbrado, con las acciones de atacar, contraatacar, defensa y desarme del enemigo con las que ya estamos familiarizados. También sigue habiendo cabida para las habilidades ya conocidas de Connor para la infiltración, el sigilo o el robo. A estos recursos ya explotados en la serie, Ubisoft añade por primera vez nuevos poderes o capacidades místicas. Ratonhnhaké:ton tomará la decisión de someterse a un ritual chamánico, ingiriendo un té de hojas de un ancestral árbol, para adquirir poderes que le proporcionarán una gran ventaja en combate. Tres capacidades que iremos adquiriendo a lo largo de los tres capítulos mensuales del DLC, uno por capítulo, y que podremos ejecutar encadenados a la hora de enfrentarnos a nuestros obstáculos.
El poder del lobo
El poder con el que seremos bendecidos en La Infamia es el del lobo, tras despertar de una alucinación inducida por el té podemos invocar a una manada de lobos que lucharán con nosotros en los combates. También adquirimos la capacidad de camuflaje óptico para pasar desapercibidos entre los enemigos y el control será brusco e impreciso, como si en efecto un lobo tomara posesión del protagonista. Pero el uso de estos poderes supondrá una penalización a la salud, por lo que debemos plantearnos su empleo con inteligencia: habrá que analizar la situación, calcular el tiempo que tenemos para utilizarlos antes de que la salud se agote y terminemos en medio de un campamento, rodeados de enemigos y agonizantes. Algo que, en cuestión de segundos, nos haría pasar de ser cazador a presa.
Estos nuevos recursos son los que harán del DLC una experiencia diferente a todo lo jugado anteriormente en Assassin's Creed. Nos enfrentaremos a misiones especialmente diseñadas para explotar al máximo las nuevas capacidades místicas de Connor, ya que sin usarlas no podremos avanzar en la trama. Pero quizá sea fuera de esas misiones donde más disfrutaremos de nuestros recién adquiridos poderes, en combates más fortuitos, menos encorsetados, y con misiones secundarias, en los que podremos experimentar complementando ataques con armas e invocación de lobos, y encarando una situación con camuflaje óptico para evitar un enfrentamiento; o posicionarnos en un ángulo más letal que de otra manera habría resultado imposible alcanzar. Así pues, los nuevos poderes transforman la tradicional forma de juego de Assassin’s Creed significativamente, y perdonamos un poco algunas limitaciones de control, como el ya mencionado hecho de que no podamos cruzar el mapa enteramente por las alturas, porque las novedades nos han brindado nuevas maneras muy satisfactorias de jugar.
El reto del asesino
La duración de La Infamia es de aproximadamente 2-3 horas en una partida en la que el jugador se implique concienzudamente en las misiones. Las principales resultan muy variadas, no permitiendo que el jugador caiga en mecánicas repetitivas. Encontraremos situaciones de infiltración y sigilo en las que el manto de lobo será indispensable, otras en las que la agilidad disparando un cañón será decisiva, ocasiones en las que tendremos que seguir pistas como un buen rastreador nativo que se precie de serlo, y auténticas batallas en campo abierto. Las misiones secundarias siguen la línea de las de Assassin’s Creed III, cacerías de animales salvajes, ayudar a civiles llevándoles comida, o buscar cofres escondidos.
Los enemigos aparecen en el DLC siguiendo el mismo patrón que vimos en la tercera entrega, con distintos niveles de fortaleza y destreza, que harán que muramos en ocasiones. Porque a pesar de contar con las ventajas mencionadas anteriormente, a menudo nos encontraremos con enormes contingentes de oponentes que nos costará aniquilar debido a que no se turnarán para atacarnos, lo harán sin pensarlo dos veces y varios a la vez: unos pararán nuestros golpes cuerpo a cuerpo, mientras otros a distancia mermarán nuestra salud. Esto dificultará la consecución de objetivos secundarios tales como mantener la salud lo más intacta posible, pero aportan una necesaria tensión y plena inmersión en el combate, convirtiéndolo en un reto heroico.
Washington aparece como un semidios belicoso y enloquecido por el poder que le ha concedido el Fruto del Edén, aportando algunas líneas introductorias de diálogo a la trama pero "reservándose" para aparecer en plenitud en los siguientes capítulos. Su tratamiento como personaje es muy interesante, y su poder le hará prácticamente invencible e inalcanzable, perfilándose así un enemigo colosal aunque un tanto intangible.
Es importante destacar que los capítulos por sí solos no ofrecen una experiencia de juego completa, están pensados para jugar por orden y no independientemente, tanto la trama como la adquisición de capacidades místicas nos conducirán a través de las misiones hacia una resolución final en el último capítulo. Si tomamos los tres capítulos como una unidad, podemos decir que estamos ante la evolución de Assassin’s Creed, un experimento que puede suponer un nuevo e interesante camino para futuros títulos de la serie. Hablamos, pues, de una apasionante reinvención que se apoya no tanto en la trama, que aparece como una excusa para completar las misiones en este primer capítulo, sino en unos poderes que aportan un amplísimo y dinámico abanico de posibilidades a la hora de enfrentarnos a los retos. Retos y misiones que son el pilar principal de un DLC que satisfará y sorprenderá gratamente al jugador habitual de Assassin's Creed.
Muy Bueno
Assassin's Creed 3 - La Tiranía del Rey Washington - Episodio 1: La Infamia
Por: El equipo de 3DJuegos
Mucho más rápido y directo, el primer episodio de La Tiranía del Rey Washington renuncia a algunos de los elementos clave de la saga para optar por una experiencia claramente enfocada hacia la acción. La Infamia abre una serie de caminos que pueden ser explorados de una forma muy inteligente en los siguientes capítulos, y durante tres horas nos ofrece un giro de lo más interesante para romper con todo lo que sabíamos de Assassin's Creed III. Ya sabes aquello de... "Nada es cierto, todo está permitido".
