Cada vez resulta más difícil hacerse un hueco en el género de los shooters en PC. ¿Cómo lograrlo? Los creadores del mod Desert Combat para Battlefield 1942 apuestan por Frontlines, un título orientado al multijugador donde la acción es rápida y directa. Un juego que no quedará para los anales de la historia pero que supone una sorpresa agradable y bienvenida.
Hace meses que advertimos del buen aspecto que comenzaba a presentar Frontlines: Fuel of War. El primer juego de Kaos Studios como desarrolladora –pese a contar con una dilatada experiencia en el género gracias, sobre todo, al memorable mod de Battlefield, Desert Combat- se revela una opción muy interesante en el género multijugador bélico, que si bien no resiste las comparaciones con Enemy Territory Quake Wars o Unreal Tournament 3, se revela como una interesante alternativa para los fanáticos de los tiroteos masivos hasta que lleguen otros pesos pesados como Bad Company.
Frontlines prima la velocidad y la acción más frenética sobre cualquier otro componente, y tiene en su solamente correcto apartado gráfico una forma más que aceptable de llevar a la pantalla su interesante propuesta. Denostado por una demo que no le hacía ninguna justicia, el verdadero calado del título lo ofrece un multijugador francamente interesante, que es el que acaba deparándonos los mejores momentos con el juego.
Oro Negro
El argumento del modo individual tiene tan poco peso como cabía esperar, y nos pone en la piel de un soldado inmerso en el enfrentamiento de la Estrella Roja –China y la Unión Soviética en la enésima reedición del pacto comunista- contra una alianza de países occidentales que tratan de hacerles frente. El motivo del conflicto es el progresivo agotamiento de los yacimientos petrolíferos de Oriente Medio, y la encarnizada lucha entre ambas facciones por el control de las escasas prospecciones que siguen aportando réditos de combustible.
El funcionamiento de la campaña y el multijugador nos lleva a recorrer los escenarios de un punto a otro de éstos, cumpliendo los diferentes objetivos que se nos van encomendando. En esencia Frontlines es virtualmente idéntico a un Battlefield, dejando bien a las claras las influencias y raíces de Kaos Studios. Los mapas tienen puntos que capturar ya sea para colocar cargas explosivas, hacerse con recursos o tomar bases en propiedad del enemigo. La campaña, por ejemplo, ronda las poco más de 6 horas y está conformada por una serie de niveles -8 concretamente- divididos en varios objetivos cada uno. Estas metas suelen ser de corte muy similar, y pueden acabar transmitiendo una cierta sensación de monotonía, pues no hay más modos de juego disponibles que el único que oferta el título.
La campaña, no está muy cuidada y resulta seriamente inconsistente tanto en términos jugables como argumentales. La, en principio, moderadamente interesante historia no es explotada en absoluto, y algunos defectos en inteligencia artificial del enemigo y la pasividad de nuestros compañeros puede acabar derivando en una experiencia muy poco satisfactoria. Y es que por mucha pretensión que en Kaos Studios tuvieran de llevar a cabo una campaña competente, lo cierto es que parece que muy pocos elegidos –Call of Duty 4, por ejemplo- son capaces de aunar un multijugador potente con un modo singleplayer similar en términos de calidad.
El plato fuerte indiscutible de Frontlines es su épico multijugador que, como bien es sabido, permite en PC la presencia simultánea de hasta 50 jugadores de forma simultánea.
Escala Masiva
En Frontlines los mapas para soportar a 50 jugadores tienen la obligación de ser gigantescos, pero el juego busca en todo momento que mantengamos la compostura en una serie de puntos que enfoquen los combates a lugares concretos. De este modo la sucesión de objetivos marcará las pautas de cuales son estos “Puntos Calientes”
De igual modo el fenomenal espectáculo de tiroteos, vehículos blindados, helicópteros y demás parafernalia pondrá a prueba nuestras conexiones y los servidores dedicados que THQ ha puesto a disposición de todos los usuarios con la intención de que experimenten el menor número posible de problemas de lag.
El arsenal de armas es variado y presenta las suficientes diferencias entre uno y otro bando como para hacer recomendable el probarlos a ambos hasta encontrar el ejército y tipo de soldado que más concretamente se adapte a nuestro estilo. El menú radial nos ayudará de forma cómoda a encontrar el arma que deseemos en el campo de batalla -hasta ocho simultáneas-, y en lo que se refiere al control de vehículos éste resulta muy intuitivo y rápido, a excepción de los transportes aéreos, algo más complejos en su manejo.
Cada uno de los roles que podemos adoptar en las batallas –muy diferentes entre ellos: armamento pesado, señalización de objetivos, especialización anticarro, etc- tienen hasta tres niveles de experiencia, y conforme los vamos alcanzando vamos desbloqueando diferentes habilidades especiales que nos convierten en soldados más efectivos sobre el campo de batalla.
Futuro Gris
Gráficamente Frontlines es un producto que no deslumbra, ni muchísimo menos, pero que cumple de forma competente con su intención de trasladarnos a un futuro oscuro, tenebroso y desarraigado. Empleando Unreal Engine 3.0 y sin la necesidad de recurrir a entornos nocturnos o lluviosos Fuel of War transmite muy correctamente la sensación de lugar desangelado con esas grises construcciones futuristas que salpican la inmensidad de los desiertos.
El modelado de los personajes se ajusta a los mínimos de calidad que podemos exigir en un título Next-Gen, aunque las animaciones podrían haberse pulido mucho más. Las texturas son pobres, y los efectos no son especialmente reseñables, pero el conjunto resulta más que aceptable.
En cuestión tecnológica el juego es algo más irregular y su rendimiento en términos de optimización en Pc deja bastante que desear. La tasa de imágenes por segundo es baja y el juego es muy exigente en términos de hardware para lo que ofrece –sobre todo teniendo en cuenta que lo que se ve en pantalla no es ninguna maravilla-, y el título acusa severas ralentizaciones si tenemos altas las opciones visuales de representación de la vegetación. El juego apuesta por entornos parcialmente destructibles lo que enriquece de forma importante los combates, no obstante el criterio de cuales pueden sufrir daños y cuales no, es bastante discutible y a menudo nos sorprenderá una cobertura aparentemente sólida que se derrumba ante los disparos y otra, en principio más ligera, que los resiste sin problemas.
El sonoro es un apartado notable que cumple sus funciones de forma muy buena. Los efectos de disparos y explosiones suenan oportunamente poderosos y fieros a partes iguales, la banda sonora sin brillar encaja, y el doblaje es algo inferior pero como no hay demasiadas líneas de diálogo no se revela como un fallo importante.
Frontlines Fuel of War es una opción muy interesante si somos habituales de los shooters online de corte bélico. Sin aportar ingredientes esencialmente novedosos en términos de concepto, el juego ejecuta de forma notable los factores más característicos del género. Rápido, contundente y frenético Fuel of War es una agradable sorpresa.
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