Análisis de DuckTales - Remastered. El tesoro plataformero del Tío Gilito

Análisis de DuckTales - Remastered. El tesoro plataformero del Tío Gilito
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Muchos jugadores veteranos estamos viviendo una época muy dulce en la presente generación de consolas. Y es que muchas compañías están volcándose en el desarrollo de remasterizaciones e incluso nuevas propuestas de clara orientación clásica, sea del género que sea, siendo Duck Tales una de las más recientes en aparecer.

Aquellos jugadores que tuvimos la fortuna de poseer una consola NES en su momento disfrutamos de multitud de clásicos, muchos de ellos pertenecientes al género de las plataformas. Y es que este tipo de propuestas eran muy populares en la era de los 8 (y también 16) bit, títulos que trataban de seguir la estela de la saga Super Mario Bros. por todos los medios. Y uno de los juegos más aventajados fue Duck Tales, una excelente producción de Capcom que se basaba en la licencia del mismo nombre (aunque en España se conoció como las Patoaventuras). Bien, pues más de dos décadas después de su estreno original la compañía nipona quiere reverdecer viejos laureles con esta remasterización, la cual ha sido realizada por las expertas manos de WayForward, maestros en el terreno de las 2D.

La aventura está protagonizada por el Tío Gilito, personaje que debe recorrer medio mundo en busca de cinco tesoros de un valor incalculable. Y como es menester, la búsqueda de cada uno de estos objetos trae consigo el hecho de tener que superar cinco niveles diferentes ambientados en localizaciones exóticas a más no poder.

De esta forma y tras superar una breve fase que sirve como tutorial, podemos tomar rumbo a parajes tan atractivos como Transilvania, las Minas Africanas, el Himalaya, el Amazonas o incluso viajar hasta la Luna. Tenemos la absoluta libertad de escoger el destino que más nos apetezca y, una vez superados los cinco, nos estará esperando el desafío final que no queremos desvelaros.

Plataformas con sustancia

El desarrollo de cada una de las fases que os acabamos de comentar es sencillo a más no poder. Hasta tal punto es así que únicamente se emplean dos botones más la cruceta o el stick analógico para controlar al personaje central, respetando de esta forma el esquema de control integrado en la obra original (recordad que el mando de NES sólo contaba con dos botones de acción, A y B). Y por eso mismo la gama de acciones de Gilito es bastante limitada, pudiendo desplazarse en todas las direcciones, agacharse, saltar y usar su bastón para ejecutar los llamados Pogo Saltos, brincos que le permiten tanto abatir a la gran mayoría de los adversarios como alcanzar lugares muy elevados.

Por eso mismo nos encontramos ante un arcade puro de plataformas, sin concesiones, que nos exige (especialmente en el nivel de dificultad más duro) calcular al milímetro cada salto para evitar ser alcanzados por los rivales o caernos por alguno de los múltiples vacíos existentes en cada decorado.

Pero no penséis que esta sencillez extrema en el planteamiento está reñida con la diversión, ya que a esta base jugable tan simple se añaden pequeños elementos que elevan la calidad del mismo. Por un lado tenemos la exploración, ingrediente fundamental en la aventura ya que es muy recomendable encontrar todo tipo de tesoros y joyas de gran valor para aumentar nuestra puntuación final y, más aún, dar con determinados objetos clave como recuperadores de salud o vidas extra. Además la disposición de los escenarios invita a ello, ya que poseen un diseño laberíntico que podemos consultar siempre que así lo deseemos en el mapa correspondiente.

El apartado gráfico es más que notable, destacando las extraordinarias animaciones de los personajes y la belleza de los decorados.
El apartado gráfico es más que notable, destacando las extraordinarias animaciones de los personajes y la belleza de los decorados.

Los enfrentamientos contra los jefes de nivel también tienen su miga, siendo bastante diferentes a los dispuestos en el título original. Cada uno de ellos supone un verdadero reto, sobre todo teniendo en cuenta que el juego sólo nos permite guardar la partida antes de iniciar cada una de las fases, por lo que si caemos en la batalla, nos toca reiniciar el nivel de nuevo. Pero como os comentábamos, estas contiendas son excitantes, teniendo que aprender lo más rápidamente posible los patrones de ataque de los rivales para actuar en consecuencia y poder abatirles. SI jugáis en el nivel Difícil, os costará bastante liquidar a un par de estos jefes…

Y por último tampoco queremos olvidarnos de los pequeños extras jugables que incorporan la inmensa mayoría de las fases. De esta forma en Transilvania y en las Minas Africanas, por ejemplo, debemos superar un par de secciones en una vagoneta sobre raíles al más puro estilo Donkey Kong Country. Y en el caso del nivel que tiene lugar en la Luna, en un momento dado tenemos que salir airosos de un pequeño impedimento que tiene lugar en gravedad cero.

Todo esto, unido a un sistema de control muy preciso, hacen de esta aventura un auténtico deleite jugable para los admiradores del género, especialmente para los más expertos y veteranos. ¿Y cuánto dura la aventura? Pues eso depende mucho de la habilidad de cada jugador, del nivel de dificultad seleccionado y de las veces que os toque repetir cada fase: es muy difícil calcularlo con precisión teniendo en cuenta esos factores, aunque desde luego no se trata de un título largo, siendo éste uno de los inconvenientes más reseñables que posee el juego.

Los renovados enfrentamientos contra los jefes finales son de lo mejorcito que nos depara esta aventura plataformera.
Los renovados enfrentamientos contra los jefes finales son de lo mejorcito que nos depara esta aventura plataformera.

Pasando ya a comentar la vertiente técnica, una vez más WayForward ha demostrado su talento a la hora de recrear juegos de jugabilidad 2D. De esta forma los escenarios gozan de una gran profundidad, combinando elementos 3D con otros tradicionales en 2D para dar vida a entornos exquisitamente detallados y dotados de una viveza supina. Y como nota destacada en esta misma área, nos gustaría resaltar el gran homenaje que se han "marcado" en uno de los niveles a Donkey Kong Country Returns, el clásico de Wii.

También es muy notable la variedad de los rivales que nos acechan, adversarios que varían en función de la fase en la que nos encontramos. Todos ellos gozan de unas animaciones excelentes, a las que se unen las mismas del personaje principal y de los secundarios, como los sobrinos del Tío Gilito o el alocado piloto Joe.

Y en lo referente al sonido, la banda sonora sigue siendo tan pegadiza como antaño, respetando el tema central que fuera tan famoso en su momento. Los efectos de sonido han sido muy mejorados, incluyéndose diálogos hablados entre los personajes (en inglés con subtítulos) francamente buenos, que ayudan a seguir el argumento con mayor precisión y detalle.

Duck Tales Remastered es un excelente título de plataformas 2D, ideal para todo tipo de jugadores si escogemos el nivel de dificultad apropiado para cada usuario. El control es magnífico, su sencillez no está reñida con la diversión que aporta cada una de las fases y la simpatía de todos los personajes es notable. Un título de carácter descargable que bien merece la pena probar y que, esperamos, sea la antesala perfecta para el resto de conversiones de clásicos que está por llegar, encabezada por los esperados Flashback y Castle of Illusion.

Bueno

Sin sello
El tesoro plataformero del Tío Gilito

DuckTales - Remastered

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

WayForward ha firmado uno de sus mejores trabajos de los últimos tiempos con una conversión que ha sabido respetar la base del original pero añadiendo pequeños detalles jugables extra y un poderío técnico ejemplar adaptado para la ocasión. Se trata de un juego de plataformas clásico muy recomendable, y más teniendo en cuenta su bajo precio al tratarse de un título descargable.

Comprar DuckTales - Remastered
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 4 horas (mínimo)
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