No es la primera vez que nos llega desde Europa del Este un juego inspirado en los de antaño. Y esta vez es el estudio ruso Ino-Co, quien nos trae un título de estrategia por turnos de tablero hexagonal. A la vieja usanza y con ejércitos imparables.
Hace unos años, los videojuegos de estrategia por turnos estaban entre los más exitosos de Pc. Por razones de limitaciones técnicas se solía utilizar una especie de panales de abeja para el movimiento de las tropas. Se intentaba, en definitiva, trasladar los juegos del estilo Warhammer a los ordenadores, pudiendo ampliar las posibilidades y la diversión.
Pero el tiempo pasaba y sistemas mucho más dinámicos y libres como Age of Empires fueron sustituyendo a los paneles de hexágonos y a los turnos (quitando algunos juegos como Civilization). Sin embargo, al igual que los amantes del cine o de la música, nosotros también sentimos nostalgia, y de vez en cuando aparece algún título que, sin ser rompedor, nos hace recordar a qué jugábamos antes. Éste es el caso de Fantasy Wars, que recupera el espíritu de los viejos juegos de estrategia, pero con un apartado técnico al nivel de hoy.
En la tierra de Illis la inestabilidad interracial aumenta cada día. Bajo las órdenes del Gran Jefe Ugraum, los Orcos, siempre divididos en tribus, vuelven a unirse con el objetivo de recuperar su antiguo poder. Los humanos, cada vez más enemistados, se afanan por mantener sus ciudades mientras la horda orca les asedia continuamente. Y los elfos, cada vez menos numerosos, ven amenazada su existencia ante la reagrupación de la horda. Como puede observarse, Fantasy Wars no cuenta con una historia demasiado original ni profunda, ni los tres ejércitos de los que disponemos nos resultan novedosos. Aunque la trama no atrae demasiado, sí resulta útil por su fácil reconocimiento, que la hace más inmersiva.
Obsesión por la guerra
Fantasy Wars se centra casi en exclusiva en la estrategia militar. No disponemos de unidades de construcción ni nada parecido y todos los asentamientos nos vienen ya predefinidos en el mapa. De hecho, el único recurso acumulativo del que disponemos es el oro, que nos sirve para reclutar nuevas tropas.
Al ser un título centrado exclusivamente en la batalla, la disposición y uso de las tropas es muy importante. Partimos con un número de unidades determinado en función de la batalla anterior, y podemos comprar más. El número de tropas en activo está limitado en función de la misión, pero podemos mantener otras en la reserva.
Cada ejército cuenta con más de veinte unidades propias diferentes, sin contar héroes. Al principio contaremos con muy pocas, pero a medida que avancemos en el modo campaña se irán añadiendo más. Cada una cuenta con sus características propias, que además pueden ser ampliadas, añadiendo cierto componente RPG al título. Y es que a medida que una unidad lucha va ganando experiencia, lo que le permite adquirir nuevas habilidades. Hay de todo, desde mejoras en los asaltos a las ciudades hasta moverse más rápido o disparar desde más lejos. La conservación de estas unidades puede ser determinante, pues una tropa con experiencia es mucho más fuerte que una de reclutas, aunque es bastante difícil mantenerlas con vida durante varias misiones.
Otro aspecto importante son las ciudades. Suelen suponer una gran sangría de unidades, aunque la conquista de los asentamientos reporta oro a nuestro ejército, así como un nuevo punto en el que situar a nuevas tropas. Pero aun con una buena estrategia, sin los héroes las batallas serían mucho más duras. Además del principal, contamos con héroes ayudantes capaces de eliminar a batallones enteros con sus armas o sus magias. Su supervivencia es esencial para llevar a buen puerto nuestros objetivos, por lo que es bueno conservarlos bien.
Incentivo o disuasión
En cada batalla tenemos un número de misiones que cumplir, tanto principales como secundarias. Existe un sistema de medallas en función del número de turnos que hayamos gastado hasta completarlas, que incentiva a los más jugones, pero que también supone un elemento disuasorio para los más perezosos. La razón es que cada vez que hacemos descansar a una unidad ésta recupera su vida. Si no somos valientes, ganaremos con más seguridad, pero el premio final será menor, y por tanto, el dinero disponible para la siguiente batalla, también.
Aunque el enfoque único a la ofensiva resulta divertido, puede terminar siendo repetitivo. Al fin y al cabo lo único que hay que hacer es eliminar tropas, conquistar ciudades y reclutar a nuevos batallones, por lo que el resultado final queda un poco desvirtuado. Hubiera sido recomendable introducir otros aspectos que permitiesen tener más control sobre el terreno, como la construcción de asentamientos propios, o por lo menos introducir más misiones en las que tomar un papel defensivo, ya que la variedad de éstas es escasa.
Además, Fantasy Wars se muestra parco en cuanto a modos de juego. Contamos con el modo campaña, en el que podremos elegir a uno de los tres ejércitos disponibles (aunque los elfos están bloqueados al principio), y seguir la historia desde su enfoque. También podemos elegir una misión única, que amplía la historia de la campaña, o el tutorial. Y por supuesto el modo multijugador, tanto offline como online. Se echa de menos, especialmente en el modo misión, poder interactuar y decidir más sobre el entorno en el que jugar, así como más opciones sobre el tipo de batalla que queremos.
No obstante, estamos ante un juego que nos puede tener delante del ordenador muchas horas, porque realmente engancha. Las batallas son tremendamente divertidas, y una muy buena interfaz refuerza la jugabilidad. Tenemos en pantalla sólo lo estrictamente necesario para seguir adecuadamente el transcurso de las batallas, de manera muy intuitiva y clara. Además, apenas tenemos que apartar la vista del tablero para ejecutar acciones, únicamente para la selección y mejora de tropas y para leer sus características principales. Es de agradecer, pues aunque los parámetros del juego no son muy numerosos, muchos títulos que a priori eran sencillos se han complicado demasiado por una mala interfaz, llegando incluso a desmejorar la experiencia jugable.
Técnicamente a la altura
Aunque en un título de estas características los aspectos técnicos no son del todo importantes, se agradece el trabajo realizado. Sin poseer gráficos apabullantes, Fantasy Wars cumple con creces. Contamos con un entorno totalmente en 3D de gran detalle, tanto en las tropas como en los escenarios. Además, el modelado de los personajes es de buena calidad, y los enfrentamientos entre batallones están muy bien representados. Contamos, no obstante, con la posibilidad de configurar diferentes opciones de imagen. El juego sólo corre a una resolución de 1024x768, pero podemos seleccionar desde el detalle del modelo a la calidad de las texturas, la vegetación o los materiales.
En el apartado sonoro, Fantasy Wars cumple perfectamente. La música ambienta espléndidamente, y los sonidos de las batallas son muy reales, con multitud de gritos, choques de espadas y demás. Pero sobre todo destaca el gran doblaje al castellano del título. Es de agradecer, y más por el empeño puesto en que las voces resultasen creíbles y con sentimiento.
Fantasy Wars recupera la esencia de la estrategia de antaño con un apartado técnico a la altura de nuestros tiempos. Su enfoque orientado exclusivamente a la batalla puede provocar cierta repetitividad a largo plazo, pero en general estamos ante un título sólido y divertido que engancha desde los primeros compases del juego.
